El área ocupada por el urogallo en la cordillera Cantábrica se ha reducido un 83% desde la década de 1970. A esta preocupante conclusión ha llegado un estudio a cargo de varias instituciones portuguesas, suizas y españolas, que ha utilizado modelos de captura-recaptura espacial y muestreo no invasivo de ADN para estimar el tamaño actual de la población de urogallo en toda la cordillera Cantábrica.
El urogallo occidental ('Tetrao urogallus'), el mayor urogallo del mundo, es una especie forestal circumboreal de la que sólo quedan dos poblaciones en España: una en la cordillera Cantábrica y otra en los Pirineos. Ambas sufren un severo declive, especialmente acentuado en la población cantábrica, lo que motivó su declaración en 2018 como “especie en situación crítica”.
Para desarrollar planes de gestión de las poblaciones amenazadas de fauna silvestre es necesario disponer de información veraz y actualizada sobre sus parámetros demográficos, ya que a partir de los modelos resultantes es posible comprender y prever la dinámica poblacional e implementar estrategias de gestión más adecuadas.
Esto ha motivado el trabajo realizado por científicos del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), la Junta de Castilla y León, CIBIO (Portugal), Tragsatec, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el Principado de Asturias y el Instituto de Ornitología suizo.
Se trata del mismo grupo que ya confirmó hace algo más de dos años que quedan tan solo 292 ejemplares de urogallo Cantábrico en España, que sobreviven en un área de distribución de 350 kilómetros cuadrados de la Cordillera Cantábrica.
El informe determina que 80% de los ejemplares existentes se localiza en las comarcas leonesas de Alto Sil y Omaña, en el norte de la provincia leonesa, y el 20 % restante, en el suroccidente asturiano, donde se ha reducido en mucha mayor medida.
Mediante captura-recaptura espacial, los científicos han estimado el tamaño de toda la población en alrededor de 191 individuos en 2019, con 60 hembras y 131 machos. Los resultados del estudio muestran que, desde la década de 1970, se ha producido una reducción del 83% del área ocupada por el urogallo en la cordillera Cantábrica.
Para evaluar el estado poblacional, el equipo ha analizado la trayectoria en los últimos 42 años (1978-2019) de 196 leks o grupos de animales de la vertiente sur de la cordillera, utilizando un modelo poblacional integrado. En este sentido, la población en los grupos estudiados en 2019 se situaba en torno al 10 por ciento del tamaño estimado en 1978, según la información del IREC recogida por DiCYT.
José Jiménez, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) adscrito al IREC y primer firmante del artículo, señala que “estos parámetros marcan las causas inmediatas del declive, ya que son claramente insuficientes para mantener una población estable”.
Los autores del estudio sugieren que se debe trabajar para mejorar el reclutamiento y la supervivencia del urogallo, y planificar una gestión forestal que fomente su conservación. Además, señalan que la gestión de la especie debería contemplar la evaluación y consideración de la viabilidad genética de esta población.