¿Cómo se toma el café en León?
¿Te ha pasado que cuando estás en una cafetería o restaurante con un grupo de personas a la hora de pedir el café es raro que más de uno coincida? “Si algo tienen los leoneses es carácter, es un ser de costumbres, orgulloso de su idiosincrasia y tradiciones. Y eso también se traslada al café”, nos cuenta Sergio, experto cafetero y propietario de Culture Coffee.
Puede que te suene este pequeño negocio, donde el tiempo se detiene para degustar las creaciones del barista. En este caso, hemos recurrido a sus años innovando, durante los que ha aprendido mucho de su clientela.
Tipos de cafeteros leoneses
Desde el Cuture Coffee han localizado a dos tipos de cafeteros leoneses. “Por un lado, el leonés del día a día. Ese que está de paso y tiene clarísimo qué es lo que le gusta. Goza de sabores intensos y lácteos, por lo que el cortado es el café predilecto, y a ser posible, para nuestro tormento, ¡azucarado!”, afirma dolido el maestro cafetero. Y concreta, “la idiosincrasia leonesa también se detecta a la hora de pedir el café el 'largo' o el 'largo de café'. Si para gustos los colores, para proporciones los paladares”.
Sergio justifica esta manera de degustar el café desde el punto de vista geo-nutricional, “ya que la tierra de León es bella pero exigente. Los fríos y heladas, días largos de trabajo, han forjado el recetario gastronómico leonés a base de grasas y azúcares necesarios para sobrevivir inviernos duros. Y el terraceo, esa costumbre de tomar el 'cafetín' fuera haga la temperatura que haga, es muy leonés”.
El otro tipo de amante del café, que ha detectado Sergio en su local, es el leonés que cuenta con tiempo. “Es otro consumidor totalmente distinto, en el sentido de que enfatiza tanto su 'golosismo' como su capacidad para salir de la rutina. Una tarde en un ambiente tranquilo. Donde pueda disfrutar de una buena conversación y de un gran café, en todos los sentidos”, explica. “Desde nuestra experiencia, si el leonés tiene un perfil de sabor predilecto para su café es el achocolatado. Por la relación entre untuosidad/dulzor y amargor”, detalla.
Precisamente, para ese consumidor es para los que innovan nuevas versiones con matices muy concretas. Como es el caso, por ejemplo, del francés, un café muy demandado en el que combinan café espresso, con leche y mantequilla proveniente de vacas de la región, la cual tuestan a baja temperatura para obtener notas a croissant en la taza. Y como homenaje a la tierrina, concretamente a la repostería, ofrecen el San Froilán, un café que infusionan en rosquillas.
Independientemente, del tipo de cafetero que seas todos los leoneses tienen un punto en común: “La fidelidad, son de su bar y de su cafetería de toda la vida. En un pacto no escrito de compromiso recíproco. La hostelería es parte de la familia leonesa”, afirma Sergio.
Tipos de café
Se podría decir que hay tantos tipos de grano de café como de arena en una playa, así que para ofrecer a los leoneses la mejor calidad desde el origen han dado el paso para tener el control de gran parte del proceso de elaboración. “Ahora tostamos café desde Coffreaks. Nuestro compromiso siempre es aportar cafés arábicos de especialidad, de orígenes únicos, sin mezclas ni torrefactos. Maximizamos tanto su jugosidad como su dulzor, que van desde la fruta al chocolate negro”, comenta orgulloso sobre la diversificación de su negocio.
Con esta nueva línea quieren conseguir que una taza de café se entienda por sí sola. Pone un ejemplo muy claro: “Al igual que un gran lechazo no necesita ‘kétchup’ para realzar su sabor, un gran café no necesita azúcar para enamorar al paladar”.