Roscón de Reyes, un festín 'real'

Elaboración del roscón de Reyes en panadería La Esperanza.

Antonio Vega

Es el dulce por antonomasia en la primera semana de cada año, el bollo que toma el relevo de los turrones y los mantecados, que quedan ya un poco olvidados por aquello de estrenar el año con algo nuevo. El origen de este bollo dulce se desconoce, podría tener orígenes paganos romanos, pero lo cierto es que es una de las tradiciones navideñas españolas con más solera, y que logra mantenerse en el tiempo. Desde el 2 de enero y hasta el día de Reyes se venden miles, sino millones, de roscones en todo el país eligiendo si se prefiere seco o relleno de mil y una maneras.

Hemos estado en tres obradores que no paran de trabajar estos días haciendo roscones para endulzar la llegada de los Reyes y descubrir quién el 'rey' de la casa, y a quién le toca pagar el convite, dependiendo de la sorpresa con que te encuentres. Un roscón del que es esquivar probar, ya que pueblan casi todas las casas, muchos bares, pubs y restaurantes e incluso te los encuentras en la oficina, listos para desyunar.

Conrado, el roscón con el premio más famoso del país.

Hace ya cinco años que la confitería más famosa de La Bañeza (C/ El Reloj, 6) se embarco en una aventura de poner a sus roscones un premio muy jugoso, dinero para uno de sus clientes que tuviera la suerte de su lado. En aquella ocasión eran 500 euros pero este 2013 se ponen en juego 4.000 euros. Sergio González nos comenta en un hueco del intenso trabajo de la conocida confitería bañezana, que también vende los roscones en algunos puntos de León, lo lejos que ha llegado su iniciativa, interesando a Radio Caracol de Colombia o Radio Azul de Uruguay.

Sus previsiones son vender alrededor de 4.000 o 4.500 roscones, que también han enviado a muchos puntos de España. Lo que triunfa ahora son los roscones rellenos (el 95% de los vendidos) al contrario que hace 10 años, cuando eran puntuales los que se vendían rellenos. La nata y la crema son, por supuesto, las estrellas interiores.

La Dulcería, roscones 'hipster' y aptos para intolerantes a la lactosa.

Roscón de Reyes de La Dulcería.

Las pasteleras más 'indies' del panorama gastronómico leonés (C/ Azorín, 27) también tienen su versión del roscón de Reyes, fieles a la tradición de la receta pero rota con la ausencia de las polémicas frutas escarchadas. En su roscón usan naranja, almendra y azúcar infusionada como condimentos de acompañamiento a la tradicional masa del bollo. Sus previsiones son mantener las ventas del año pasado y lo ofrecen bien en seco o bien relleno de nata o crema, esos clásicos que nunca faltan en los hogares leoneses estos días.

Entre las novedades está la versión para alérgicos o intolerantes a la lactosa (siempre bajo pedido) que así pueden disfrutar del último manjar navideño, incluso relleno con nata de origen vegetal para los más golosos.

La Esperanza, tradición artesana de barrio

Esta populosa panadería y pastelería (Avda Av. Mariano Andrés, 91) ofrece la receta tradicional del roscón en una amplísima variedad de tamaños y rellenos. Hasta cinco tamaños, adaptándose a todos los modelos de familia, que pueden ir secos o rellenos de nata, crema, chocolate (a su estilo argentino) o de trufa, uno de los que más triunfa en los últimos tiempos.

Antonio Álvarez, su propietario, amasa sin descanso los bollos que decorará con azúcar y fruta escarchada según la receta más tradicional de esta popular panadería del barrio de Las Ventas, donde lleva décadas despachando miles de roscones cada Navidad. En medio de una amasada nos cuenta su secreto, un bollo “sin aditivos ni conservantes con una receta tradicional”.

Lo bueno de estos días es también poder ejercer de Chicote (Capel o El Comidista) y comentar con la familia y amigos cuál de todos los roscones ha estado mejor, cuál ha sido el peor y cuál regalarías a tu peor enemigo. Éste será un tema de conversación que por lo menos nos durará hasta mediados de la cuesta de enero. Buen provecho.

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