‘Dani y Jose’, las cafeterías del campus de León, cumplen 20 años convertidas en un sello de identidad universitaria

Jose, Joselu y Dani, las caras detrás de las cafeterías universitarias de León.

Sara Lombas

Dos décadas entre universitarios, viendo cómo los jóvenes han cambiado y cómo el campus se amplía con la construcción de nuevas facultades. Dani y Jose cumplen veinte años al frente de las cafeterías universitarias de León; las caras detrás de una marca que lleva sus nombres propios y que han logrado ser indispensables en la experiencia universitaria leonesa. 

Todo comenzó después de que se conociesen trabajando juntos en una cafetería. Dani puso la idea de abrir un negocio en el campus y Jose se sumó a un proyecto por el que nunca creyeron que llegarían a soplar veinte velas: “Nos juntamos unos amigos, pensando que nos iba a dar un poco para vivir y se fue haciendo grande hasta llegar aquí”, rememoran ahora, desde el ‘Dani y Jose’ de arriba, al lado de la facultad de Económicas e Industriales. Ahora, suman un equipo de varios trabajadores como Juanlu en la de arriba y Sonia, al frente de la cafetería de agrícolas. 

Cuando ellos llegaron al campus, la cafetería desde la que ahora hacen un repaso por su historia estaba cerrada y abandonada. Se pusieron manos a la obra y nació la primera de las tres que ahora llevan sus nombres: “Ya viste que nos comimos la cabeza con el nombre”, bromea Jose, pero el hecho es que hoy nadie habla de cafeterías universitarias, sino que han conseguido que ‘Dani y Jose’ se convierta en una marca reconocida por universitarios y jóvenes leoneses, que aspiran a pasar sus descansos entre clase y clase en alguno de sus locales cuando llegue su momento de pisar el campus. 

Diez años después de la primera apertura, en 2013, abrieron la cafetería de abajo, entre la facultad de Veterinaria y la de Ciencias Biológicas y Ambientales, que hoy es el comedor universitario, donde sirven entre 200 y 300 menús diarios. Más tarde, se hicieron cargo de la cafetería de la Escuela de Ingeniería Agraria, su tercera. 

Aunque oficialmente se llaman cafetería universitaria I, II y III, todo el mundo las distingue como ‘Dani y Jose’ de arriba (II), de abajo (I) y la de agrícolas (III): “Yo flipé cuando en Google Maps en vez de poner cafetería universitaria I y II, lo cambiaron por ‘Dani y Jose’”, apunta Jose. 

Así, los estudiantes, dependiendo de la facultad a la que pertenezcan, acuden a una u otra, que define una serie de cualidades en común que diferencian las costumbres y estilos de los universitarios, dependiendo de su carrera: “Es muy fácil distinguir a los de son de un lado de los del otro. Los clientes de abajo de Jose no tienen nada que ver con los que yo tengo aquí”, explica Dani, “Al final, aquí es donde empieza todo, y son polos opuestos”, aluden sobre esa diferenciación social. 

De generación a generación 

Una marca que está estrechamente relacionada con la experiencia universitaria en la capital leonesa que ha cambiado mucho durante estos veinte años: “De los primeros clientes que tuvimos a los de ahora, son como la noche y el día”, resume Dani. También han conocido ya a muchos rectores, cada uno con sus normativas que dan para anécdota, como la prohibición de jugar a las cartas y ver la televisión que inició Ángel Penas y luego continuó Julio César Santoyo: “Era por el ambiente universitario”, explican, “pero al final la gente jugaba igual”. 

Una de las claves para esa popularidad son los diferentes eventos que han organizado en sus locales, fiestas y torneos que ya traían en la cartera cuando comenzaron con la primera cafetería: “Queríamos ofrecer cosas distintas, no solo lo que hace una cafetería universitaria. Al final trabajas con gente joven, y yo creo que la gente nos conoce porque uno de una generación ha hablado con otro de las fiestas y así”, comentan. 

Hicieron hasta 16 Fiestas de la Cerveza, por ejemplo, y tuvieron que dejar de celebrarlas porque, como ellos afirman, “se nos fue de las manos”: “Dábamos cervezas a un euro, el bar estaba siempre lleno, de ocho a doce de la noche. No se podía ni ir al baño de la gente que había dentro. Salían 100 cajas y 20 barriles de cerveza en dos horas y media”. “Era una cosa de película”, añade Dani, todavía asombrado. “De esas hay muchas”, apuntan. 

Volver a empezar tras la pandemia

Estos 20 años no han sido siempre fáciles. Recientemente, la pandemia, les supuso volver a empezar y a desarrollar mucho más sus redes sociales, que gestionan ellos mismos, y en las que ya suman casi 7.500 seguidores. Su popularidad se da especialmente en X (antes Twitter), donde acumulan más de 5.000 ‘followers’ y se mantienen muy activos. 

La relación con sus clientes tomó un nuevo cariz, más personal, cuando durante la pandemia tuvieron que utilizar este canal para ponerse al día con sus clientes: “Fue inevitable hacer ese paso. Era la única forma de tener contacto con los chicos”, explican. Algo que se ha mantenido hasta hoy, cuando cualquier día es fácil encontrar cómo interactúan con los universitarios desde las redes, compartiendo memes o publicaciones relacionadas con la provincia de León. 

La pandemia supuso también aperturas y cierres consecutivos hasta que, en los meses más duros reabrieron con servicio para llevar, y solo en la cafetería de abajo, la más amplia y que por cuestiones logísticas les permitía realizar el trabajo con seguridad. 

Ellos vieron cómo, en una época en la que el ocio nocturno era inexistente, los universitarios convirtieron la hora del café en la del cubata: “Es cuando más alcohol hemos servido en la Universidad. Nosotros llegábamos a las nueve de la mañana y en vez de vender café vendíamos cubalibres y calimochos. La gente venía a saco, desde los miércoles a los jueves. Eran las seis de la tarde y estaba todo lleno de gente bebiendo”, recuerdan. 

Sus precios tan competitivos, al nivel de los bolsillos universitarios, se han convertido en una dificultad añadida durante los períodos de alta inflación, como el actual. Si durante sus primeros años una taza de café tenía un precio de 70 céntimos, ahora lo venden a 1,10 euros con tapa. 

Un precio que, a pesar de haber subido, se mantiene entre los más baratos de la ciudad: “El problema es la avaricia, si nosotros ponemos el café a 1,10 en vez de a 1,30 es porque tienes que tener en cuenta el hecho de que trabajas con chavales Nosotros lo hemos ido subiendo al final, pero la gente lo entiende”. Los menús, que cambian cada día y se adaptan a diferentes dietas, se mantienen en 5,50 euros para los estudiantes y 7,50 para el resto. 

Y así, durante dos décadas, Dani y Jose se han mantenido al frente de la otra cara de la Universidad, la del disfrute y la socialización, en cuyo honor celebrarán durante todo el trimestre diferentes actividades como concursos de mus, tute y futbolín y alguna que otra Fiesta de la Cerveza más: “Vamos a ir haciéndolo poco a poco”, avisan. Mientras tanto, sus redes ya se vuelcan de ideas para celebrar el cumpleaños de un servicio y una marca fundamental en la experiencia de ser universitario en León: “Salió sin querer, pero lo hemos conseguido trabajando”, resumen. 

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