El acta de defunción secreta de la Mesa por León: la reunión que certificó el fin del intento institucional por frenar a la calle

En concreto, a las dos y cuarto de un lunes del 20 de enero del año 2021, la Mesa por el Futuro de León se murió. Así, sin aspavientos ni avisos previos, desaparecía para siempre aquel foro que las instituciones públicas, y los partidos que las gobernaban, empresarios y sindicatos habían impulsado con mucha urgencia como respuesta al aldabonazo que supusieron las 80.000 personas que habían salido a las calles de la capital leonesa, Ponferrada y Villablino casi un año antes, en la histórica manifestación del 16 de febrero de 2020, convocada por UGT y CCOO, gritando al unísono que la provincia se moría y necesitaba sin demora un plan de choque, entre una gran reivindicación leonesista.
El día de su muerte, la Mesa por León duró exactamente tres horas y cuarto de intervenciones de casi todos sus 17 integrantes. No hacía presagiar nada bueno que, tras meses de demoras y críticas cruzadas, la curia se citara ese día con la frialdad de una videoconferencia, con la excusa de mascarillas y restricciones de pandemia pero sobre todo de agendas apretadas.
Convocaba y presidía el máximo representante del Gobierno en Castilla y León, el socialista Javier Izquierdo, pero coordinaba la reunión desde el Palacio de los Guzmanes el presidente de la Diputación, Eduardo Morán, secundado por la recién nombrada coordinadora de lo que se llamó 'Agencia para el Desarrollo Económico y Social de la Provincia de León'.
Sin embargo, precisamente en esa última reunión casi el único acuerdo adoptado es que la Agencia, reclamada por los sindicatos para trabajar con independencia de influencias políticas, no iba a ser una Agencia. La excusa oficial: “Imposibilidad jurídica”. No todo el mundo estaba de acuerdo.
14.15 horas. Causas de la muerte:
ILEÓN ha tenido acceso en exclusiva al acta jamás desvelada de esa última Mesa por León, en realidad un borrador que se elaboró pero nunca se ratificó, porque no hubo ninguna otra reunión jamás para hacerlo. Un guión de lo ocurrido que ha permanecido 'secreto' hasta ahora. Y esa acta no sólo contradice las versiones oficiales conocidas entonces sino que desvela, por primera vez, las grandes críticas internas hacia la deriva de este foro, su creciente inoperancia, la grave falta de medios o la descoordinación interesada de las instituciones.

De esto último dan cuenta todas las intervenciones políticas de ese día, tratando de quedar bien pero sin apenas compromiso real por parte de Gobierno, Junta de Castilla y León, Diputación de León y Consejo Comarcal de El Bierzo, esta última con menor responsabilidad. Y enfrente, unos sindicatos y también miembros de la Patronal de empresarios armados con el látigo de unas críticas que nunca salieron a la luz pública. Pero que hoy aireamos, casi cuatro años después.
Cuando a las 14.15 horas se levantó la sesión, apagaron sus ordenadores los 17 intervinientes para no verse juntos ya nunca más. Entonces no pero ahora sabemos que el fracaso era casi total.
Últimos testigos
El acta secreta retrata a los protagonistas de aquel fallecimiento de la rimbombante 'Mesa por el Desarrollo Económico y Social de la Provincia de León': por el Gobierno, el mencionado Javier Izquierdo y su homólogo en León, Faustino Sánchez, ambos del PSOE. Por la Junta de Castilla y León, el consejero de Economía Carlos Fernández Carriedo, el que entonces aunaba Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y la de Empleo e Industria, Ana Carlota Amigo, ambos leoneses, ella de Ciudadanos y los demás del Partido Popular (PP).
A nivel provincial, en las pantallas aparecía el socialista Eduardo Morán por la Diputación de León, el popular Juan Martínez Majo, delegado de la Junta en la provincia, y Gerardo Álvarez Courel, entonces presidente del Consejo Comarcal de El Bierzo -hoy sustituto de Morán en la Diputación-. Humildad Rodríguez oficiaba de secretaria y coordinadora electa de una Agencia que jamás existió como tal.
Un Plan Estratégico vital que se quedó en un cajón
En sus intervenciones, todo buenas palabras y promesas. El verbo “colaborar” se repitió siete veces ese día, casi todas por boca de Fernández Carriedo. Eso sí, pocos meses después, uno de los pocos acuerdos materializados fue una subvención de 80.861 euros de la Junta destinada la Diputación de León para financiar parte del coste de la gran esperanza, la hoja de ruta: un Plan Estratégico de la Provincia de León, “con el que trabajar en la identificación de proyectos estratégicos para atraer inversión y generar una transformación de la economía de la provincia” a medio plazo, a diez años vista.
Finalmente, la Diputación contrataría a la empresa pública Tragsa por 161.722,94 euros la elaboración de ese Plan Estratégico de León, que debía entregarse antes del 31 de diciembre de 2022. El documento final, de pobre contenido por sus obviedades y pocas alternativas concretas o novedosas, se terminó mucho más tarde y la Diputación lo guardó más de un año en un cajón hasta que lo publicó de extranjis ante la insistencia de ILEÓN vía Transparencia para conocerlo, saltándose todos los plazos obligatorios y oficiales.
La parte 'social', la parte crítica
Volviendo a la reunión, como era de prever, dada la poca concreción de las tres reuniones previas de la Mesa por León en las que apenas se había nombrado a Humildad, aprobado un logo, un eslogan (“Somos León”) y una web sin contenido, junto a las buenas palabras políticas saltaron ya duras críticas a su pobre devenir.
Por la parte 'social' los participantes fueron Javier Cepedano, Álvaro Diez y Juan María Vallejo por la Federación Leonesa de Empresarios (Fele); en representación del sindicato CCOO se conectaron Vicente Andrés, leonés y líder autonómico, Carmen Álvarez, secretaria de Formación, Estudios y Política Industrial, y uno de los instigadores de la gran manifestación de 2020: Xosepe Vega, todavía entonces secretario provincial y de corte más leonesista de lo que a Valladolid le gustaba.
UGT aportaba a los secretarios generales autonómico, Faustino Temprano, y el leonés Enrique Reguero, el otro pilar de la marea callejera por León. Como curiosidad, Xosepe y Enrique, Vega y Reguero, las dos 'almas' de las manifestaciones que provocaron el nacimiento de la Mesa por León, no llegaron a intervenir. Su malestar por la constante inoperancia de las hipotéticas soluciones, también de las citas anteriores, casi se masticaba, aunque los silencios no se recogen en el acta de defunción de la reunión.
Manteniendo el rango interno, las mayores críticas internas fueron expresadas por Vicente Andrés y Faustino Temprano. Coincidieron en el desesperante ritmo lento de las actuaciones de la Mesa y la falta de avances concretos desde su creación. “Frustración” que también verbalizó por la Patronal Álvaro Díez.

Ambos saltaban tras el intento del socialista Javier Izquierdo, representante del Gobierno, de hablar de consensos y hechos concretos. Especialmente exigían que la Mesa diera un paso atrás para que fuera una Agencia, independiente, libre de presiones e injerencias, y con medios suficientes, pilotada por Humidad Rodríguez, la que avanzara en análisis y soluciones. Pero tras más que tenso debate sobre todo con la parte sindical, se certificó -y consta por escrito- que no habría Agencia alguna. Ese fue, de hecho, el mensaje que se trasladó en la rueda de prensa posterior, ocultando, por supuesto, toda la trifulca interna. El maná de los fondos europeos de recuperación tras la pandemia fue el otro gran asunto de la cita, a pesar de que León no sería especialmente privilegiado respecto a otros territorios.
“Se ha elegido ese modelo para no ser operativo”
Los ánimos se encendían. Temprano acusaba de “deficiencias en la estructura” y de “operatividad de la Agencia”. “La Mesa carece de personal y estructura suficiente, lo que impide su funcionamiento”, decía el líder de UGT, añadiendo Comisiones que “la coordinadora de la Agencia -Humidad Rodríguez- no tiene capacidad de gasto ni recursos”. “Tanto la Junta, como el Gobierno y la Diputación hacen cosas por León, pero el asunto es saber qué papel juega la Mesa en todo esto; No queremos que la Mesa sea algo en lo que cada uno cuenta por separado lo que está haciendo, eso no es lo que los sindicatos querían al plantear la creación de la Mesa”, recoge textualmente el acta.
El resultado, añadió UGT, era una clara “desafección de los leoneses hacia la Mesa y no la sienten como suya, siendo necesario romper esa dinámica y percepción de la ciudadanía”. La puntilla vino por boca de Vallejo (Fele), con una grave acusación directa: “No se ha sido ágil, ni operativos ni eficaces y eso puede ser por dos motivos: o se ha elegido un modelo inadecuado o se ha elegido ese modelo para no ser operativo”.
Y e final no podía ser otro que el órdago sindical: “Mientras no se solucione el tema de la Agencia, no seguirán”, reza el acta.
“Mensajes positivos” frente a las críticas
Las reacciones finales fueron de 'templar gaitas, tanto de los socialistas Morán e Izquierdo como del consejero popular de la Junta Fernández Carriedo. Los tres tomaron la palabra para reclamar que, a pesar de la frustración manifestada, se hiciera un esfuerzo de “enviarse mensajes positivos para generar las mejores condiciones para la inversión”.

Se quedó en trasladar a la opinión pública el inicio de los anunciados foros con los que se quería dar participación a toda la sociedad leonesa en la radiografía de la situación y la guía de posibles soluciones para sacar a León del atolladero: por un lado los foros municipales, reuniones con todos los alcaldes de las comarcas leonesas, que se distribuirían por zonas, simultaneándolo con los también prometidos foros social y por sectores. Sin embargo, ni entonces habían comenzado ni jamás se produjeron.
Para la Patronal eso era peor que mentir: “Cerrar con un carpetazo” y para los sindicatos “el cierre en falso de la Mesa”. El Presidente de la Diputación, como portavoz de la Mesa que luego daría la cara en la rueda de prensa, concluyó el larguísimo punto 3 pidiendo “que haya sintonía en las declaraciones particulares que cada miembro de la Mesa pueda hacer”, en un claro intento por no airear los problemas y las críticas surgidos. Así ocurrió luego ante la prensa, lo que se contó no hacía presagiar otra cosa que la continuidad y normalidad de todos los trabajos.
El borrador de acta que certifica la defunción concluye así:
“Punto 4. Informes y asuntos de trámites. No hubo.
Punto 5. Ruegos y preguntas. No hubo.
Sin más asuntos que tratar, a las 14,15 horas se levantó la sesión“. Y aunque se sucedieron al final meses, hasta años, de reproches velados y cruzados por este fracaso y jamás hubo ninguna cita más, ni siquiera para ratificar esta acta, así pasó a la historia la Mesa por el Futuro de León.