Una protesta ilegal contra la amnistía provoca tensión en un acto tradicional en la Plaza Mayor de Salamanca

Presencia policial en la Plaza Mayor de Salamanca ante la protesta anti amnistía en las fiestas.

Redacción ILEÓN

Un considerable grupo de personas, integrantes o simpatizantes de extrema derecha, ha protagonizado este domingo una manifestación no autorizada de boicot al tradicional acto del Día del Tamborilero que cada año se celebra en la Plaza Mayor de Salamanca como uno de los actos centrales de sus fiestas patronales.

La presencia de decenas de personas, que portaban banderas de España, empañó el normal desarrollo del evento tradicional que convoca cada año a miles de personas entre los desfiles de los grupos regionales charros por numerosas calles de la ciudad hasta confluir en un colorido festival en el centro histórico.

Sin embargo, este año, según recoge Salamanca24horas.com de testigos de la escena, a la mitad de la actuación en la Plaza Mayor ese grupo de personas han comenzado a corear a gritos un sonoro “No a la amnistía”. Frente a ellos, no menos personas, molestas con la interrupción, han comenzado a proferir en su contra gritos de “fuera”, viviéndose momentos de tensión incluso física entre varias personas.

Así se puede apreciar con detalle en el vídeo publicado por Salamanca24horas.com. Se trataba de una protesta improvisada contra las negociaciones entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el partido nacionalista catalán Junts en el sentido de negociar una amnistía a los condenados por los hechos del referéndum del 1-O.

La irrupción de esta concentración, para la que no constaba autorización oficial alguna, ha provocado empujones e insultos, entre los manifestantes y algunos de los asistentes al Día del Tamborilero, que deseaban disfrutar con la normalidad de todos los años de una tradición muy querida en Salamanca, como se ha demostrado durante los 35 años en que se ha desarrollado.

La situación provocó finalmente la decisión de que los grupos de folclore que estaban sobre el escenario actuando, para facilitar que los ánimos se calmaran, decidieran parar cinco minutos sus interpretaciones, algo que otra parte numerosa del público no juzgó apropiado, afeando el hecho de dejar que los participantes en una protesta ilegal se salieran con la suya. Transcurrido ese tiempo, desde el escenario se les invitó a abandonar la protesta y la plaza: “Aquí hay gente vestida con estos trajes desde las seis de la mañana, os hemos respetado, ya nos hemos enterado todos, así que por favor, dejadnos continuar”

Ante esa tensión, frente a las personas que gritaban tuvieron que situarse algunos agentes de Policía Nacional presentes en el populoso acto, pero sin adoptar medidas para poner fin a un acto de crítica política del que ni el Ayuntamiento ni la Subdelegación del Gobierno tenía conocimiento formal, como es preceptivo, entre otras cosas para garantizar la seguridad de todas las personas. Todo volvió a la normalidad cuando finalmente este grupo abandonó la Plaza Mayor cuando lo consideró oportuno.

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