Ponferrada, capital de una izquierda más fragmentada que nunca ¿vocación crítica o lucha de egos?
La izquierda sigue practicando la desunión, nada nuevo. El Ayuntamiento de Ponferrada se convierte estas elecciones municipales en ejemplo de la eterna división de un bloque que raras veces consigue ponerse de acuerdo en lo esencial para aunar las diferentes sensibilidades. El próximo 26 de mayo los electores de la capital berciana podrán elegir entre once candidaturas. La derecha lo tiene más fácil, tras la guerra interna que llevó a la no concurrencia de Vox, los ponferradinos tienen dos opciones, Partido Popular y Ciudadanos. Dos posibilidades tienen también los que opten por partidos de corte regionalista, Coalición por El Bierzo y PRB. Al otro lado, sin embargo, las alternativas se multiplican. PSOE, USE, IU, Podemos, Más Ponferrada, Municipalistas por el cambio, y una formación que puede pescar en ambos bandos, Vecinos Independientes Agrupados. Y podrían haber sido más ya que el partido Actúa (impulsado por Gaspar Llamazares) estuvo hasta el último minuto pensando si presentar una candidatura. Esta proliferación de partidos, ¿responde a una vocación crítica o a una lucha de egos?
A esta ya tradicional fragmentación salpicada con tintes personalistas se ha venido a sumar en los últimos tiempos un concepto que han puesto de moda las nuevas formaciones, la transversalidad. Si nos fiamos de Wikipedia, la transversalidad sería, citando literalmente, una corriente ideológica que defiende la renuncia a identificar sus ideas con el espectro político clásico basado en la distinción izquierda-derecha“. Formaciones como Podemos han dejado de hablar de izquierda-derecha para pasar a hacerlo de arriba-abajo. Veamos, ¿se trata de repensar la izquierda para calibrar qué medidas se pueden implementar en una sociedad capitalista y en un país como España en pleno siglo XXI o es una estrategia de no posicionamiento para difuminar los límites y captar votos de diferentes colores?
En 2015, Ponferrada en Común (PeC) una confluencia de izquierdas de la que no formaba parte Podemos, entró en el consistorio ponferradino con dos concejales. “Ahora pretendíamos generar también una confluencia pero no ha sido posible”, afirma el candidato por Izquierda Unida, Javier Arias. “La división puede perjudicar pero nosotros somos los únicos que hablamos abiertamente de la remunicipalización de los servicios públicos y entendemos que el voto de la izquierda en Ponferrada será para IU”.
“El único partido con el que considerábamos que podíamos confluir era IU”, explica la candidata de Podemos, Lorena González, “pero ellos dijeron que querían un proyecto de izquierdas, con personas de izquierdas y para el electorado de izquierdas y nosotros queremos un proyecto más amplio que aglutine al tejido social de la ciudad”. “No nos conformábamos con llegar al 5% de la población, queríamos un proyecto transversal, al final se trata de elegir entre un proyecto de minoría o uno de mayoría”, añade. En cuanto a Más Ponferrada y Municipalistas, dice, “lo bueno que tienen Ponferrada es que nos conocemos todos. Son proyectos personalistas que juegan a la confusión”.
Para Emilia Esteban, de Más Ponferrada y exmiembro de Podemos, la ausencia de candidatura conjunta se debe a que “imponían sus normas e ideas por encima de los demás”. “Hay sensibilidades diferentes y hasta cierto punto se explica que cada uno defienda las suyas pero ha sido un problema de personas y de siglas más que de ideas. El problema han sido los egos”, sostiene. “Cuando ya te dicen de primeras vamos a llevar nuestras propias siglas y esta persona tiene que ir de número uno hay poco lugar para la negociación, hay que ceder”, dice.
El candidato de Municipalistas por el Cambio, Plácido Martínez, por el cambio tiene una visión más optimista. “Abrir el abanico puede beneficiar a los indecisos, hay más posibilidades”, afirma. Defiende que el municipalismo “tiene que ser una opción distinta a la de los partidos de izquierda, la participación real de los ciudadanos en la política tiene que ser un hecho”. También opina sobre la falta de unión de la izquierda. “Hay algunos egos monstruosos, nosotros teníamos voluntad y en ningún momento hablamos de personas, jamás dijimos quién tenía que ir de primero o de segundo”.
Según la socióloga berciana y militante de izquierdas Adelina Rodríguez la cosa está clara. “En la izquierda, tradicionalmente, cada uno de sus integrantes tiene la sensación de que está en posesión de la verdad y nadie es capaz de admitir que no está en posesión de la verdad ni de la pureza. No se ha sabido llegar a un acuerdo de mínimos y la izquierda a la izquierda del PSOE se ha dedicado a aniquilarse”. Además, deja claro, “el lenguaje no es neutro, todas las palabras están cargadas de significado y es importante mantenerlo y no confundir al electorado”. Veremos qué pasa el 26 de mayo y a quién de los electores ha convencido más las distintas opciones de izquierdas.