Del “ganamos por goleada” a las lágrimas familiares y la foto de la Corporación 'coja'

Toma de posesión de Emilio Orejas como Presidente de la Diputación

C.J. Domínguez

El histórico Pleno de la Diputación para encumbrar a Emilio Orejas en la Presidencia del Palacio de los Guzmanes estuvo marcada por infinidad de anécdotas de considerable relevancia. Empezando por el universo que separaba el acto de hoy respecto a la anterior toma de posesión hace menos de seis meses, la de Marcos Martínez Barazón, que tuvo un desembarco político y mediático incomparable, tras la violenta muerte de Isabel Carrasco.

Sin estar, Martínez Barazón condicionaba la sesión. Pero no era la del ex presidente encarcelado por presunta corrupción la única ausencia: no acudió ni un sólo cargo orgánico autonómico del PP, ni siquiera el consejero Antonio Silván -vicesecretario del PP de Castilla y León, que 'contraprogramó' con una convocatoria de la Junta en Benamariel-.

Sí acudieron encabezando la comitiva popular sus nuevos números 1 y 2 provinciales, Eduardo Fernández y Luis Aznar, sentados junto al subdelegado del Gobierno y el alcalde de León, Emilio Gutiérrez, a pesar de que no había anunciado su presencia. De esta bancada fue de la que salió la frase “ganamos por goleada” cuando la mesa hizo recuento de los votos, 14 a favor de Emilio Orejas y 10 en contra, que pese al 'no' escrito por todos los diputados de la oposición fueron considerados 'nulos', curiosamente.

Junto a los 'cargos' populares, numerosos procuradores autonómicos y alcaldes -con presencia de un nutrido plantel de 'críticos' carrasquistas-, Miguel Orejas, el padre del nuevo presidente y que le cedió el bastón de mando en la Alcaldía de Valdelugueros, su madrina, hermanos, mujer e hijos, muchos de ellos que acabaron con lágrimas en los ojos al ver el bastón de mando en las manos del joven regidor.

Ausencia también sonada la del Interventor provincial, Jesús Lopez 'Suso', que tras ratificar la Audiencia Provincial su imputación y una fianza de 30.000 euros hoy tampoco se sentó para dar fe de la sesión, a expensas de que el equipo de Gobierno cumpla su compromiso de pedir a la Junta que le aparte del puesto.

Fotos no, estrechones de mano tampoco

Pero a pesar del discurso conciliador e incluso humilde de Orejas, teniendo una mano a la oposición para regresar a la Diputación al norte que ha perdido en los últimos seis meses, otros gestos y desplantes con los diputados del resto de los partidos se sucedieron para dejar claro que esa mano tendida si acaso recibirá algún mordisco que otro. Los siete diputados del PSOE le esperaron para saludarle en persona, besos ellas y manos ellos, pero sin embargo 'pasaron' de hacerse en la escalinatas la tradicionalísima foto de la nueva Corporación. Faltaban, por tanto, socialistas y Martínez Barazón, una foto más que coja.

Una foto para el álbum familiar... y a trabajar

Sí se retrataron el diputado de UPL, Lázaro García Bayón, y los no adscritos encabezados por Matías Llorente, con visible incomodidad por haberle 'empujado' a posar cuando “faltan un montón de diputados”. Incomodidad porque minutos antes ni Emilio Orejas ni el veterano Llorente hicieron nada por saludarse en persona, más bien se rehuyeron.

Seguramente, sólo un hombre respiraba un poco más tranquilo hoy: Francisco Lupicinio Rodrigo, el presidente en funciones de las últimas dos semanas y media, que ha capeado la crisis más sorprendente vivida en la historia de Diputación sin ganar para sobresaltos y aferrado a la tesis de que la transparencia absoluta es vital para pasar página.

Al finalizar el sarao, por estas y otras muchas razones en las antípodas de la toma de posesión de Martínez Barazón, el presidente insistió hasta la saciedad en reforzar el aspecto emotivo haciendose foto del presidente con sus familiares y ya le esperaba el equipo de Gobierno para una reunión de la que saldrá el nuevo reparto de responsabilidades y cargos en un nuevo Pleno (y van...) el próximo lunes.

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