He querido titular así este artículo porque hablé con Teresa Gancedo el pasado 15 de octubre iba a ir a la Feria Estampa con la Galería RocíoSantaCruz, con un sólo espacio expositivo para ella. En ningún momento me dijo que iba a participar con la directora de la Fundación Tapies Imma Prieto el día 19 de octubre en una charla titulada 'Al rescate del factor femenino del surrealismo de postguerra', que me parece el mejor título para definir a Teresa Gancedo. Añadiendo que además en esa feria de arte, ha sido galardonada con el premio de la Comunidad de Madrid el día 20 de octubre de la Comunidad de Madrid en Estampa por su obra La Caza (1976), que se incorporará a la colección del Museo Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles (CA2M). Solo dos mujeres han sido premiadas en este certamen, dedicado también al fotógrafo leonés Alberto García-Alix.
Teresa Gancedo es una enamorada de León, su tierra, donde nació el día 28 de marzo de 1937 en la preciosa localidad de Tejedo del Sil, hoy berciana, en aquél momento lacianiega, en plena Guerra Civil, porque su madre se había venido a vivir al pueblo desde Madrid cuando estalló la guerra, pues su padre fue al frente a luchar.
La historia que me contó en nuestra larga conversación telefónica, seguro que la ha contado mil veces, pero quiero subrayar el amor que se desprende por esta tierra que la vio nacer y en la que pasó los mejores años de su vida. En Tejedo del Sil aprendió a ver de esa forma tan particular que ella lo ve, los árboles, las hojas, las nubes, los cantos, las piedras en las que siempre veía una figura real, toda la naturaleza que estaba a su alcance. Recuerda a su abuela materna, “ una mujer fantástica”. Me confiesa: “León es lo más importante que me ha pasado en la vida”. Y que sin duda, resume todo lo que aprendió y vivió en Tejedo del Sil en su infancia, ese lugar tan especial entre el Alto de la Vieja y el Cueto del Oso, lleno de tejos, robles ,abedules y el capubre o serbal de los cazadores, tan bello. Oliendo la genciana, la manzanilla o el orégano, donde sus condiciones ofrecen un cobijo propicio para especies como el lobo el oso pardo o el urogallo tan apreciadas por estar al borde de la extinción, o las que son más comunes como corzos, jabalíes, águilas, ciervos o zorros. Una tierra preciosa.
Nadie en su familia se dedica al arte, aunque recuerda a su abuelo paterno que en un momento de su vida se dedicó a la carpintería, de forma autodidacta, aunque un artista haciendo tallas, de hecho tiene un metro y un compás en su tumba.
Sus padres eran de pueblos muy cercanos, si bien, su padre al quedar huérfano de madre a los 12 años, lo llevaron unos familiares a Madrid, a trabajar en una tienda muy modesta que todavía hoy existe, Telas Gancedo, que él con su trabajo y su inteligencia logró convertir en la tienda que es hoy, un lugar importante, con estilo propio y distinción.
Al finalizar la guerra, vuelven para Madrid. A ella, lo repite en cada entrevista, no le gustaba nada estudiar, lo que practicaba era la pintura, así que su inteligente padre le pone a los 12 años un maestro de pintura, a un pintor paisajista excepcional .Empezó haciendo un retrato a su hermana pequeña, dibujó sus trenzas de forma magistral. De hecho su padre lo reconoció: “Algo tiene lo que hace”.
Toda esa obra de la juventud fue vendida en su totalidad y ahora es la más buscada, la que ella echa más de menos.
Estaba preparándose para entrar en la Escuela de Bellas Artes, pero el amor entró en su vida en la persona de un ingeniero granadino. Se casaron rápidamente, él encontró trabajo en parques y jardines de Barcelona y para allá se fueron en 1960. Tuvo dos niños. Ahora es bisabuela y está encantada.
Una vez que sus hijos fueron un poco mayores y ya no la necesitaban tanto se puso a estudiar en la Escuela Massana, la escuela de bellas artes más antigua de Barcelona situada en el Barrio del Raval. Allí aprende de todo un poco: cristalería, pintura, escultura, diseña joyas, etcétera. Estuvo allí dos años y se examinó para entrar en la Escuela de Bellas Artes, en 1969; tan excelente es Teresa que no solo aprobó, sino que pasó dos cursos. Más tarde trabajó en la Escuela como profesora, hasta 1982 año en que se jubiló.
Empezó a ser conocida en Barcelona por sus grabados y sus dibujos.
Tiene el mérito de ser la primera mujer española que ha expuesto en el Museo Guggenheim de Nueva York, junto a la artista valenciana Carmen Calvo (1950). A finales de los años 70, Teresa fue seleccionada por la comisaria estadounidense Margit Rowell para formar parte de la exposición colectiva 'New Images from Spain', que se inauguró en el Solomon R. Guggenheim Museum en 1980. En esta exposición también participaron Antoni Muntadas (1942), Carmen Calvo (1950), Guillermo Pérez Villalta (1948), Darío Villalba (1939-2018), Miquel Navarro (1945), Jordi Teixidor (1941), Zush (1946), Sergi Aguilar (1946) y Ginés Serrán-Pagán (1949). De todos ella es la mayor, la de la posguerra.
Pero ella, junto con Carmen Calvo es la primera mujer que expone en este Museo en Nueva York. La señora Rowell la descubrió en la Galería de Fernando Vijande que fue el gran galerista y visionario del arte contemporáneo en España. Alcanzó fama internacional hasta su fallecimiento, pero hoy olvidado. El mundo del arte es un mundo muy duro, en el que, además de ser excelente, hay que “tener suerte”, como me cuenta acertadamente Teresa, aunque, como decía Picasso, la suerte te tiene que pillar trabajando.
Su paso por Nueva York y el Museo Guggenheim fue para ella una suerte, una experiencia maravillosa, un lugar en que comenzó a vender su obra asesorada por Fernando Vijande. Vendió mucho y es muy apreciada en Estados Unidos. El mismo Museo Guggenheim tiene obra suya.
Esa etapa fue maravillosa, solo empañada por esa envidia que en el mundo del arte se cristaliza, así, muchos no valoraron este importante hito, una mujer de la posguerra la primera que expone en el Guggenheim de New York, y vende allí, y vende mucho, no por su mérito, sino “por influencias”. A pesar de lo cual, ella sigue pintando y todas esas voces que la criticaron, se han tenido que callar ante la evidencia.
La carrera de Teresa Gancedo
Su primera exposición individual tuvo lugar en la Sala Provincia en el ILC Instituto Leonés de Cultura de la Diputación de León en 1972, cuando fue invitada por el director de la sala, el poeta Antonio Gamoneda.
Durante casi cinco décadas Teresa ha realizado 60 exposiciones individuales en galerías privadas y en museos. Una de las más recientes fue una amplia retrospectiva celebrada en el MUSAC de León en el año 2018, que fue comisariada por Manuel Olveira (1964). También ha expuesto en la Galería Armaga de León y lo volverá a hacer pronto.
El trabajo de Teresa Gancedo se centra sobre todo en la creación pictórica, aunque también incluye en sus obras objetos domésticos, dibujos, collages, grabados o fotografías familiares. Su lenguaje plástico es muy poético y simbólico. En el proceso creativo se deja guiar por rituales personales cotidianos que contienen una mágica fuerza espiritual. Como si fuera un medio visionario para establecer comunicación con algún tipo de energía desconocida, su obra deja intuir una especie de invocación estética que nos conecta con el pasado, con los sueños y con otras vidas.
Sus últimas exposiciones tuvieron lugar en 2019, en el Museo de la Industria Harinera de Castilla y León (Mihacale), en la Galería N2 de Barcelona (2020) y en 'La Iberoamericana de Toro' en 2021, donde recibió el Premio de Honor. Eneste 2024 en la Feria Estampa donde ha resultado ser la única pintora galardonada.
Me quedo con la definición de Teresa Gancedo, nuestra pintora, que obra en el cartel de la Feria Estampa del año 2024, que aparece en El Cultural del medio El Español: “Rocío Santa Cruz se ha decantado por un solo project protagonizado por Teresa Gancedo, artista que desde sus inicios ha trabajado con las inquietudes humanas con una sensibilidad poética. La pintora, que recurre al dibujo, la pintura, el collage y la escultura para dar rienda suelta a sus búsquedas expresivas, se dio a conocer en New images from Spain, una exposición que tuvo lugar en el Museo Guggenheim de Nueva York. Junto a la directora de la Fundación Tàpies, Imma Prieto, el día 19 mantendrá una conversación en torno al rescate del factor femenino del surrealismo de posguerra”.
Teresa Gancedo nuestra paisana pintora excepcional, no tiene calle en León.