Los hijos perdidos de la minería en Laciana

23 de noviembre de 2025 19:30 h

La despedida de Anilson, muy dolorosa en sí, no por ello dejó de ser respetuosa acompañada de familiares, amigos y vecinos que por centenares acudieron al tanatorio en Villablino para presentar sus respetos y dejar constancia de su empatía y cariño hacia sus allegados más directos.

No dejó de seguir las mismas pautas de conducta cívica ejemplar en sus honras fúnebres. En Caboalles de Abajo, frente al templo parroquial de Santa María, centenares de convecinos, amigos y compañeros de trabajo esperaron pacientemente a la llegada del furgón funerario.

Siempre con un silencio de respeto, convertido en la ausencia absoluta de cualquier leve sonido cuando llegó Ana María, la madre del fallecido. Envuelta en el dolor incompresible de la ilógica razón de la vida que rompe los ciclos vitales de la muerte.

Ana difícilmente podrá comprender por qué a ella le ha tocado sobrevivir a estas tragedias: dos hijos perdidos en circunstancias sorpresivas. No hay respuestas, no hay consuelo. Los demás, no somos capaces pese a nuestros intentos voluntaristas, de entender y tener una mínima empatía, del vacío que provoca la sinrazón de la muerte fuera de su orden natural.

Con ese respeto a quienes realmente sufren las pérdidas de la muerte. Laciana volvió a mostrar una vez más que está habitada por unos ciudadanos diferentes. Y dejó constancia de las evidencias de esa diferenciación en la absoluta normalidad del funeral.

Los presidentes de las comunidades autónomas de Asturias y Castilla y León, Adrián Barbón y Fernández Mañueco respectivamente, presentes en las honras fúnebres. Fueron dos convecinos más, sin recibir un mal gesto o una mala palabra de los asistentes, pudiendo acceder al templo entre el resto del público sin necesidad de escoltas o círculos especiales de protección.

Unas circunstancias totalmente inusuales en el panorama político y publico actual donde o te vilipendian o te aclaman si tienes una representación pública. Saben perfectamente los representantes públicos que en Laciana serán respetados y si algo tienen que reivindicarles lo harán en otros momentos y circunstancias, cuando así proceda.