Diez años de la nueva vida de la Lechería La Popular, un atractivo turístico y etnográfico único en Sosas de Laciana

Diez años se cumplen ya este mes de julio desde que la Junta Vecinal de Sosas de Laciana abrió las instalaciones de la restaurada Lechería La Popular a las visitas del público como un museo y una referencia de una industria láctea de trascendental importancia en el primer tercio del pasado siglo en la Montaña Leonesa.

El aprovechamiento lácteo, impulsado por las actividades de la Escuela Mercantil y Agrícola de Sierra Pambley en Villablino y la creación en 1914 de la Cooperativa Lacianiega en la capital del municipio, se extendió por todas las comarcas de la Montaña Leonesa con gran rapidez. Así, “hacia 1933 en la provincia de León se contabilizaban más de 23 fábricas de manteca y queso, con 53 obreros y 4.600.000 litros de leche procesada”, según una ponencia de José A. Serrano Álvarez en el XIV Congreso de Historia Agracia celebrado en Badajoz en 2013.

La razón de esta propagación del cooperativismo ganadero aparece en la misma ponencia mencionada en el párrafo anterior y resulta muy sencilla de entender: los beneficios económicos para los cooperativistas. “Los ganaderos de la Cooperativa Lacianiega obtenían una remuneración neta por litro de leche de 18 céntimos, frente a los 14 céntimos que ofrecía la principal industria local”, casi un 23 % más.

De estas lecherías centenarias, se conservan tres instalaciones en Laciana, dos en Rabanal de Arriba y esta de Sosas, la más peculiar y mejor conservada. Peculiar por su característica de ser hidráulica, todas sus máquinas se mueven gracias al impulso del agua del río canalizada hacia el edificio desde unos metros aguas arriba. Todo el proceso de restauración y puesta en funcionamiento de las instalaciones de La Popular lo relata perfectamente el escritor Abel Aparicio en un artículo publicado en ILEÓN en el año 2022.

Excelentes resultados

La presencia de visitantes foráneos en el pueblo de Sosas se ha incrementado de forma notable desde la apertura y cada vez mayor difusión de esta singular instalación. Por ejemplo, según han informado hace escasos días en este medio año transcurrido de 2024, ya han pasado 2.128 personas por la lechería.

Para celebrar este decimo aniversario, la gestión de la lechería y la Junta Vecinal han preparado unos sencillos actos. Con la recepción en la mañana de este miércoles 10 de julio de las autoridades invitadas para que puedan contemplar el sistema de funcionamiento, agasajadas con una recha de manteca (rebanada de pan untada con mantequilla). Y por la tarde de este mismo miércoles, de 17.00 a 20.00 horas, celebran una jornada de puertas abiertas para todos los visitantes que se acerquen.

Además, para financiar la actividad de la lechería-museo, ponen a la venta unas litografías de una obra, regalo de la pintora María del Roxo, estampadas en tela, numeradas y firmadas, que se pueden adquirir en la propia lechería y en la tienda de regalos Rodama en Villablino.

Una ruta como complemento

La cita en Sosas de este verano se amplía con la oferta de una ruta guiada, denominada Los Molinos de Sosas, que ha puesto en marcha desde el pasado día 2 el Grupo de Acción Local de la asociación de municipios Cuatro Valles, para conmemorar su 30 aniversario.

Esta ruta funcionara todos los jueves y domingos, en horario de mañana durante este mes de julio y el próximo de agosto. Es necesaria la inscripción previa llamando al teléfono 659497754, donde además les darán todas las indicaciones necesarias, Tiene un coste por asistencia de 3 euros para adultos y gratis para los menores.

La ruta recorre de forma breve el pueblo, en el que se resaltan distintos aspectos de la arquitectura rural de Laciana como sus hórreos, sus lavaderos, sus casas, se visita la Lechería La Popular. Un paseo por el bosque mixto de La Devesa, en el que abundan arces, olmos, serbales, fresnos y sobre todo robles, llevará a los caminantes por un viejo ramal minero, hasta el Teso La Zamora, donde se ubicaba un castro prerromano; y un poco después hasta un magnífico mirador natural.

De regreso al pueblo se finaliza con la visita a un molino rastrero, situado al lado de la lechería, para conocer cómo se molía el centeno, el cereal más empleado en toda la comarca para amasar el pan.