Un 14% de los leoneses que encontraron trabajo en 2013 lo hizo fuera de la provincia

R. Travesí/Ical

Las dificultades para encontrar trabajo han ampliado los mercados de búsqueda entre los castellanos y leoneses y ha llevado a muchos a dejar su tierra. De hecho, casi un 15 por ciento de los que lograron un empleo entre enero y septiembre de 2013 lo consiguieron en otro territorio diferente al de residencia. En total, los ciudadanos de la Comunidad firmaron 78.671 contratos para trabajar fuera de su provincia de origen. En algunas como Ávila este fenómeno tiene una mayor incidencia por su cercanía a Madrid.

Los residentes en Castilla y León rubricaron entre enero y septiembre del año pasado 547.712 contratos, de los que 78.671 fueron para trabajar en otros territorios, ya sea en la propia Comunidad o bien en otro lugar del país, según los últimos datos disponibles de los boletines trimestrales de movilidad laboral, que elabora el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). El informe no especifica si el empleado va y vuelve en el día o si, en cambio, vive donde tiene su empleo.

Asimismo, Ávila fue la provincia más 'viajera' puesto que de todos los contratos existentes (15.655) durante los nueve primeros meses del año pasado, 7.477 fueron para trabajar fuera. Supuso un 20,6 por ciento. Le sigue Zamora, con un 19,3 por ciento, y Segovia, con un 15,4 por ciento. En este caso, al igual que en Ávila, también influye la cercanía a Madrid, que es con diferencia el lugar de España que atrae a más trabajadores foráneos. En la media autonómica, están territorios como Burgos y León, con un 14,7 y un 14,1 por ciento, respectivamente.

Los contratos para trabajar en otras provincias supusieron ya el 13,1 en Palencia, seguido del 12,9 de Salamanca y el 12,6 de Valladolid. En todos ellos, acumulan muchos trabajadores y escasa actividad económica, generada por la crisis. La provincia de Castilla y León que registró un menor porcentaje de vinculaciones laborales en otros lugares fue Soria, con un 10,9 por ciento.

A la baja

A falta de contabilizar el último cuatrimestre del año, la tasa regional de contratos firmados en otras provincias en la Comunidad en 2013 está por debajo del 16,9 por ciento registrado a lo largo de todo 2012. En ese ejercicio, el SEPE contabilizó 104.783 contratos de castellanos y leoneses que implicaron movilidad interprovincial. Todas las provincias, salvo Soria, tuvieron un saldo negativo, lo que significó que salieron a trabajar fuera más personas que las que entraron.

León, con un saldo negativo de 5.365, fue la que acumuló más diferencia entre contratos formalizados dentro y fuera. Detrás, estaban Ávila (-3.672) y Salamanca (-3.570) frente a la diferencia positiva de 1.141 en Soria. Precisamente, Soria repite con saldo positivo en los tres primeros trimestres de 2013, con 1.294, y se suma Palencia, con 463. El resto de provincias acumuló déficits en la movilidad entre provincias, con más salidas que entradas. La conclusión es que Castilla y León es una autonomía emisora de mano de obra.

Saldo

León fue el territorio con más diferencia, con un saldo negativo de 4.356, seguido de Burgos, con 4.356. Le siguen Ávila (-3.254), Valladolid (-2.811) y Salamanca (-2.441). Cierran esta movilidad laboral Zamora (-1.952) y Segovia (-695). El recrudecimiento de la crisis está detrás del aumento de los contratos formalizados en otros lugares. No en vano, frente a las 76.686 vinculaciones laborales de los tres primeros trimestres de 2012 se pasó a los 78.668 del mismo periodo de 2013. Es decir, un 2,5 por ciento más.

El sector servicios es el gran culpable de trabajar fuera del lugar de residencia. Se firmaron 60.078 contratos de ese sector motivados por la movilidad laboral, lo que supuso un 76,3 por ciento del total. Es un porcentaje similar al experimentado entre enero y septiembre de 2012, cuando los servicios acapararon el 74 por ciento de esa movilidad. Una provincia con la pujanza como Burgos motivó que mantuviera un saldo positivo a lo largo de 2013 en la industria. Se formalizaron 990 contratos de personas que fueron a trabajar a ese lugar frente a los 825 firmados en otras provincias. En una situación similar se encuentra Soria pero en la agricultura, con un saldo positivo de 88 vinculaciones.

Flujos de movimientos

En cuanto a los flujos de movimientos, hay una nota característica. Madrid es el gran polo de atracción para los trabajadores, con un mercado laboral más activo. A lo largo de 2012, que es el último dato disponible, la capital de España formalizó un total de 25.274 contratos de personas residentes en Castilla y León. Es decir, casi uno de cada cuatro contratos que motivó la movilidad laboral en la Comunidad tuvo como destino Madrid.

Así, por ejemplo, la capital registró 5.334 contratos de empadronados en Valladolid, otros 4.820 de abulenses, 3.594 de salmantinos, 2.983 de leoneses o 2.423 de residentes en la provincia burgalesa. La cercanía entre provincias también influye en la movilidad a la hora de trabajar. Los naturales de Valladolid firmaron 2.481 contratos en 2012 en Palencia y otros 1.903 en Burgos. En cambio, hubo 3.958 contratos de burgaleses en Álava o 1.185 en La Rioja. Tras Madrid, los leoneses optaron por trabajar en Asturias, con 1.802 contratos.

Lo peor de esta movilidad laboral es que se trata del capital humano más joven y mejor formado, que una vez finalizado sus estudios no encuentran otra opción que salir de su provincia de origen para encontrar un empleo acorde a su formación y para labrarse un futuro mejor.

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