'Spider-Man: No way home': cine de superhéroes

Poster promocional de la película 'Spider-Man: No Way Home'.

Antonio Boñar

¿Quién no ha soñado alguna vez con tener superpoderes, ser invisible, tener más fuerza que nadie o poder volar sobre el mundo? Los superhéroes son proyecciones de la imaginación humana que han existido desde siempre, desde ese primer homínido que fue capaz de abstraer la imagen de un pájaro surcando el cielo para manipularla y crear (y creer) en su mente otra hecha de deseos, fantasía y cierta clarividencia.

Por eso, los superhombres que surgieron de la cultura del cómic y que hoy conviven con nosotros no dejan de ser mitología contemporánea. Son seres extraordinarios nacidos en la era tecnológica que entroncan directamente con aquellos otros mitos clásicos, porque están hechos del mismo material, de ese que nos permite deformar la realidad y convertirla en sueños.

El Hombre Araña es un personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko en 1962 para Marvel como respuesta al éxito que habían tenido Los 4 Fantásticos y al creciente y ya imparable interés del público adolescente por los cómics. Desde entonces la historia de Peter Parker, un joven huérfano neoyorquino que adquiere superpoderes después de ser mordido por una araña radiactiva, ha sido una historia de éxito. Además de ser uno de los superhéroes más conocidos y queridos de la Cultura Pop, es posiblemente el más rentable de la industria gracias a una franquicia que incluye producciones televisivas, radiofónicas, literarias, de videojuegos y, como no, cinematográficas.

Spider-Man: No Way Home, tercera entrega de la serie de películas protagonizadas por Tom Holland, se ha convertido en la película de Hollywood más taquillera del año que estamos despidiendo, recaudando cerca de 800 millones de euros en apenas 10 días, sin duda un motivo de regocijo y tranquilidad para las salas de cine en estos tiempos tan duros que les ha tocado sobrellevar. Y vaya por delante que uno no es espectador natural de este tipo de producciones de superhéroes que desde hace tiempo fagocitan las carteleras de todo el mundo. Pero hablamos del primer fenómeno de público que acontece en los dos últimos y erráticos años, atrayendo además a un sector de la audiencia, el adolescente, que será el que decida el futuro del cine en la gran pantalla. Solo por esta razón uno no puede estar más que agradecido.

Además, para contrarrestar esa posible mirada adulta y descreída, acudí a la sala acompañado por mis sobrinos Dani y Jorge, de diez y ocho años respectivamente. De esta forma no solo vi la nueva, apabullante y entretenida entrega de las aventuras del Hombre Araña, sino que también pude ver como la veían ellos, algo definitivamente más enriquecedor que cualquier sesudo discurso que críticos como el que suscribe podamos armar sobre este esperado y celebrado regreso.

Porque no hay nada mejor que se pueda decir sobre la película: ambos mantuvieron los ojos como platos ante la pantalla durante los 150 minutos de metraje. Y disfrutaron y rieron y, como todo el público que llenaba la sala, también aplaudieron emocionados con la aparición de los tres Peter Parker cuando la trama mezcla, en un virtuoso juego de metaficción, las tres series compuestas hasta la fecha: la trilogía de producciones protagonizadas por Tobey Maguire y dirigidas por Sam Raimi; los dos títulos protagonizados por Andrew Garfield y dirigidos por Marc Webb; y estas tres con Holland y con Jon Watts tras la cámara.

En fin, divertimento puro, y de eso también va el cine.

___Antonio Boñar es un crítico de cine leonés que fue guionista en varios programas de la TVG y creador del blog 'En el cine no llueve' para el periódico La Opinión de La Coruña. Ha ejercido también como escritor para las publicaciones Art Notes, Santiago 7 Días, Vive Santiago, Vive Galicia y Oviedo Diario. En su etapa viviendo en Malta fue creador y director de los festivales de cine Triq Cinemoon Festival y Malta Klimafilm Festival, ambos patrocinados por el Ayuntamiento de La Valeta y el Ministerio de Cultura de Malta.
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