'Ruchare', el proyecto documental que da voz a los verdaderos actores rurales de la tradición musical de León y El Bierzo

Rodrigo Martínez y Domingo Sutil, de Santa Marina del Sil, para el audiovisual 'Ruchare'.

Ruchare, del verbo ruchar, es una palabra propia del asturleonés cuyo significado traducido al castellano es nacer, brotar de la tierra. Y Ruchare, según la sinopsis que aparece en el nuevo trabajo del músico Rodrigo Martínez, es un proyecto discográfico vertebrado en un diálogo directo con personas de dos generaciones anteriores a la suya, grandes depositarias de la memoria de su comunidad.

Este proyecto, añade la explicación, se convierte en un viaje en primera persona que ofrece una visión del fenómeno universal de la transmisión cultural alejada de estereotipos y miradas mitificadoras. El guion y la dirección cuentan con la firma del propio Rodrigo Martínez y la de Ismael Aveleira y los músicos que colaboran son Diego Gutiérrez, Elicio Barrio y Fran Allegre.

Este viernes 11 de abril a las 20.30 en el Teatro el Albéitar tendrá lugar la proyección de Ruchare, cuyas entradas ya se encuentran a la venta en Music Center, Cervecería Céltica y en la propia taquilla del teatro quince minutos antes del comienzo con un descuento del 50% para la comunidad universitaria.

Ruchare es un documental en el que, como podrán comprobar todas las personas que vaya a verlo, se muestran todas las grabaciones con los músicos in situ, en sus pueblos, ya que, tal y como explica Rodrigo, “ellos cantan en su medio natural, es decir, en sus casas y en sus calles, y un estudio no es su medio, y si quieres hacer eso, te equivocas fijo”.

Durante el proceso de grabación de Ruchare alguno de sus participantes falleció. En palabras del propio Rodrigo, “muchos de estos son los últimos y ya no hay relevo, ahora le toca a nuestra generación coger el testigo y con las brasas avivar esa llama”.

Mientras la cámara graba desde el interior de un coche una carretera escoltada a ambos lados por un ejército de árboles ante la llegada del ocaso, Rodrigo lanza una reflexión: “Esto tiene una continuidad, seguimos entendiéndonos con ellos, somos músicos igual que ellos”.

¿Recuerdas el momento en el que dijiste, voy a hacer un proyecto que me va a llevar más de una década?

La verdad es que nunca hubo un momento así, más bien al contrario. Surgió una idea, nos pusimos a trabajar en ella sin pensar demasiado en que nos estábamos metiendo y un buen día nos dimos cuenta de que llevábamos más de una década en el empeño de darle forma.

Hablas de tu abuela Aurora González, con la que tienes un disco y varias grabaciones colgadas en el canal Música con tsume ¿Hasta qué punto ella influye en tu trabajo diario?

Diría que hay algo determinante en el hecho de que mi infancia estuviera atravesada por unas claves culturales que de manera totalmente inconsciente fueron permeando mi persona y que contribuyeron a construir la manera en que percibo el mundo. Una parte importante de esas claves vinieron de la mano de mis abuelos, y en concreto de mi abuela Aurora, con la que viví largas temporadas. Y a diferencia de lo que la gente suele pensar, esa herencia no tiene que ver tanto con el acervo, si no con cómo se entiende y con como hace uso de él.

En un momento del documental dices que la tradición se va inventando continuamente, que no hay nada estanco y que, si algo no se renueva, se pierde. Háblanos de esto.

La tradición, tal y como la solemos entender no existe. Es un constructo, una idea que elaboramos a nuestro antojo para que responda a las claves identitarias que creemos que nos conforman como individuo y como grupo social. La tradición es altamente irrespetuosa consigo misma, en su misma esencia está esa tendencia a la descomposición y la pérdida, que son sustancia básica de su génesis. La tradición es profundamente innovadora porque solo responde a las leyes de la utilidad. Si no lo necesita lo desecha y adopta una nueva forma. Pero este es un proceso lento que apenas se logra ver en la corta vida de un ser humano. Lo que percibimos de la tradición a través de la experiencia no es más que la fotografía de un instante.

En otros lugares como Asturies, Galicia o Euskal Herria pujan por sus costumbres y tradiciones. ¿En el País Leonés estamos a la altura de otros lugares?

Sinceramente creo que no, y tendría que pensarlo un poco, pero así a primera vista diría que las causas son multifactoriales. Es evidente que los recursos económicos tienen que ver, pero también hay otras causas como el tipo de políticas culturales, o la propia despoblación… quizás sean vasos comunicantes y todas ellas se relacionen y se retroalimenten entre sí.

Si te pusieran en el aula de un instituto frente a un grupo muy numeroso de adolescentes y te preguntaran sobre la música tradicional y por qué haces lo que haces, ¿qué les dirías?

Les diría que siento no darles una respuesta romántica sobre el asunto, que básicamente si me dedico a esto es porque las circunstancias me lo han permitido, y que no crean que uno se puede conformar así mismo a su antojo. Les diría que en cualquier caso lo importante es ser feliz y no joder al prójimo, y que echaran tiempo con la literatura, el cine, la música… las artes en general… pero que fueran exigentes con ello.

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