Alvaro González Borge recibe hoy el homenaje de sus compañeros en El Gran Café

Álvaro González Borge

ileon.com

Los compañeros del malogrado Alvaro González Borge de León y Ponferrada le rendirán hoy homenaje en el transcurso de una sesión expresamente organizada para ello en El Gran Café.

Alvaro, vallisoletano de nacimiento y leonés de adopción, nació en 1955.

La música desde muy joven, tuvo un gran atractivo para él y como muchos de nosotros, comenzó construyéndose sus propios cacharros, reciclando objetos y útiles que encontraba.

C

omenzó a trabajar con su padre en un aserradero de madera, circunstancia que con el paso del tiempo retomaría, en plan profesional e industrial, cuando se dedicó a construir bafles de todo tipo, cajas de transporte (racks) y baúles de todas las medidas, para el transporte de útiles e instrumentos musicales.

Pero su pasión primera, la música, la desarrolló tocando la batería en grupos como Alborada, Mobby Dick y Suavecito. Siempre preocupado por el sonido, su verdadera profesión y dedicación, no dudó en bajarse del escenario para pilotar con talento, los botones de las mesas de mezclas del grupo, para que todo sonase, alto, fuerte, limpio y equilibrado.

La pasión de Alvaro por el sonido era inmensa. No contento con los rendimientos de los sistemas de audio de la época, comenzó a diseñar y construir sus propios bafles.

En un principio se inspiró en los grandes fabricantes españoles y desarrolló sistemas muy similares pero mejorados ostensiblemente. Posteriormente, crearía su propia marca (AGV), estilo y diseño, los comúnmente denominados “alvaritos”, que siguen funcionando en la actualidad sin mayor problema.

Su concepto de fabricación o estilo era que el bafle fuera pequeño, manejable, apilable y funcional. Debería manejarse por una sola persona, en casos extremos, por eso, las cajas acústicas solía fabricarlas de un solo altavoz, bien de 15 o 18 pulgadas, para las frecuencias bajas, así como otras, en las que incorporaba varios altavoces pequeños de frecuencias medias, con sus correspondientes motores de agudos, cubicando bien su ensamblado para que todas las cajas tuvieran las mismas dimensiones externas. El acabado externo era una capa de fibra de vidrio que dotaba a los bafles de una gran resistencia a la abrasión, eran inpermeables y no sufrían con la lluvia y además, eran ... ¡eternas!. Alvaro poseía el don de sacarle a cada grupo y a cada sistema de audio (ya fuera propio o ajeno) el mejor resultado posible. Como sonorizador de grupos de diverso corte y espectáculos en general, Alvaro forma parte de ese Olimpo de eternos sonorizadores leoneses junto a otros grandes de este oficio como Modesto Sandin, Julio Cesar, Jose Maria Buru Aramburez (José Marcilla) y Raul Valdezate.

Alvaro, buen compañero, músico, profesional de la madera y del aluminio, sonorizador, investigador, diseñador y constructor-creador de grandes y efectivos sistemas de audio, falleció el 6 de Diciembre de 2012.

Lugar: El Gran Café. A las 22 horas

Día: 13 de noviembre de 2014

Entrada: Libre

Etiquetas
stats