Denuncian un ataque contra la estación rupestre de Alija del Infantado para convertirla en abrevadero

La 'presa' de cemento y piedras realizada en La Raposera en una foto de septiembre de 2021. // Juan Carlos Campos

astorgaredaccion.com

El investigador astorgano Juan Carlos Campos ha denunciado que seis meses después de que “alguien” construyera un reborde de cemento en uno de los petroglifos de la estación rupestre de 'La Raposera' en Alija del Infantado, ni el Ayuntamiento de Alija ni la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León han actuado para la conservación de este conjunto rupestre, que el Servicio Territorial de Cultura está obligado a velar por su protección y conservación al figurar en la Carta Arqueológica de la provincia desde hace una década, y también a incluir los petroglifos en la lista de los Bienes de Interés Cultural de León.

En 'La Raposera' existe una agrupación de una treintena de pequeñas cazoletas asociadas a una cazoleta central mucho más profunda que las demás. De esta cazoleta principal sale un pequeño canal que desagua el agua de lluvia o cualquier otro líquido vertido sobre el panel a una zona cóncava que actúa como cubeta. “Esta composición más elaborada de lo normal destaca sobre la mayoría de los paneles de la provincia, donde las cazoletas aparecen colocadas sin un orden aparente”, asegura Campos que los incluyó en su libro 'Grabados Rupestres de la Provincia de León' por tratarse de “un excelente panel” arqueológico.

Es la segunda vez

La aplicación de cemento en estos petroglifos fue detectada por Campos en septiembre de 2021, aunque no ha sido la primera vez, sino que se trata de la segunda porque en julio de 2018 “alguien”, probablemente la misma persona, construyó un reborde de cemento y piedras en un lateral del panel, “con la intención evidente de crear un abrevadero que pronto se llenó de agua putrefacta”, explica el investigador, que “ante tamaño disparate, envié un informe al Servicio Territorial de Cultura, denunciando el acto y aportando algunas fotos. No volví a saber nada del tema hasta que en septiembre de ese mismo año [2018] volví a la zona, y comprobé que el reborde había desaparecido, quedando en su lugar la roca con los líquenes quemados por el cemento y algunos restos del hormigón”, pensando que habría sido una restauración de Patrimonio, “incauto de mí” porque “mi sorpresa fue cuando a los pocos días me llamó el arqueólogo territorial, Julio Vidal Encinas, mostrándose ”estupefacto“ por haber ido a ver los petroglifos, tres meses después de mi comunicado (repito, tres meses después), y ver que alguien había retirado el reborde de cemento. Y cuando le dije que eso mismo había visto yo dos días antes, poco menos que me quería llamar la atención por no habérselo comunicado al instante y haberle ahorrado el viaje, como si yo estuviese a su servicio”, cuenta Campos en su blog 'La tierra de los Amacos'.

En septiembre de 2021, Juan Carlos Campos volvió a la estación rupestre y cuál no fue su sorpresa que “parece que la misma persona ha vuelto a construir un nuevo reborde de cemento con piedras, con el agravante de que ha excavado en varios afloramientos de roca cercanos, no se sabe si para 'buscar tesoros' o para construir nuevos bebederos”. Esta situación provocó la actuación de la Policía Judicial de Patrimonio Histórico, “supongo que alertados por alguna denuncia. Me consta que se informó de los hechos a la Dirección General de Patrimonio de la Junta, que se supone que es el organismo competente en estos casos”, explica el investigador.

Sin embargo, como pasó en el año 2018, ahora en 2022 “el arqueólogo territorial esté esperando que el tema se resuelva solo”, denuncia Campos, porque seis meses después “la estación arqueológica sigue abandonada a su suerte, con los afloramientos de roca excavados y, lo más sangrante, con el panel de cazoletas reconvertido otra vez en un bebedero”. No cree Juan Carlos Campos que la persona que haya realizado la actuación trate de vandalizar los petroglifos porque “me parece que su conducta se debe a la falta de conocimiento de la importancia de esa 'roca con agujeros' que se ha empeñado en tapar con cemento. Para ella simplemente no existen, pues ningún cartel anuncia su importancia ni nadie se ha molestado en explicárselo”.

Llamamiento desesperado

Juan Carlos hace “un llamamiento desesperado” a las partes implicadas para que detengan el atentado contra este patrimonio. Por una parte, a los responsables del Ayuntamiento de Alija del Infantado por haber demostrado “una nula sensibilidad y una gran ignorancia respecto al patrimonio rupestre que poseen”, a pesar de haber puesto en contacto con ellos “para ofrecerme de manera desinteresada a realizar una charla sobre los petroglifos del municipio. La intención era la de dar a conocer y explicar la importancia de estos vestigios a las gentes de la zona, y que esto fuese el primer paso para valorarlos”. Pero la propuesta cayó en 'saco roto'.

Y por otra parte, a los responsables de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, “que se erigen como los dueños de nuestro patrimonio en vez de ser sus servidores, esos que todavía no han sido capaces de incluir un solo grabado rupestre en la lista de los Bienes de Interés Cultural, y en especial al citado Julio Vidal Encinas, para que por el bien del patrimonio leonés dimita inmediatamente de su cargo como arqueólogo territorial”.

Campos no espera que actúen ni restauren el panel con cazoletas, “solo digo, para mayor vergüenza del Ayuntamiento de Alija del Infantado y de la Junta de Castilla y León que gracias a su desidia perdemos un petroglifo pero ganamos un abrevadero”.

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