El maravilloso mundo de los aviones de papel... controlados por teléfono móvil

En la web FoldandFly.com hay cuarenta manuales para construir aviones de papel como éstos.

Jesús María López de Uribe

Una de las aficiones del {tío raro} que lleva esta loca sección {publicada en la peor hora} de los viernes por la noche junto a “esos sus amigos” de la pandilla cuando era crío fue la creación de aviones de papel gracias a uno de los volúmenes de la colección 'Cómo Hacer', en este caso el titulado 'Modelos de Aviones'.

En aquel libro (que aún se puede comprar aquí por menos de diez euros) aquellos {viejunos de hoy} jóvenes adolescentes de los años 80 pudieron comprobar cómo un avión de papel podía volar más de 250 metros... en la calle y desde un lugar elevado. Aunque el avión de papel de un sólo folio y en interiores sólo haya volado en récord mundial certificado 69 metros.

Lo bueno del asunto, ya que esta es la sección más inclasificable del mundo mundial, es que te pasamos un enlace en el que te enseñan los geniales de Gizmodo cómo hacer un avión de papel que vuele más de 60 metros, validado por la universidad de Harvard, y se vé cómo voló 69 metros en un hangar (y de paso también a hacer que un avión de papel flote en el aire indefinidamente para dejar flipaos a los colegas).

Aquel libro sirvió para que aquellos adolescentes leoneses se lo pasaran en grande con los modelos Búfalo MK1 y MK2, 'El Escorpión del Aire', el 'Insecto Lunar', el Planeador hecho con pajas para beber, el caza de la selva KH20, el 'Halcón Devastador' y con las cometas y sorprendentes planeadores dirigidos. Lo que se puede llegar a hacer con aviones de papel es increíble. Y eso que sólo hablamos de los que vuelan, porque lo que se puede hacer con Origami ya es la bomba.

Vamos, que hay de todo en el maravilloso mundo de los aviones de papel. Incluso un librazo llamado, cómo no, 'Modelismo, el libro de los aviones de papel plegado' en el que además se aprende cómo vuela un aparato de éstos, sea de papel o sea de los de verdad. Eso para alimentar el 'aerotrastorno' que tiene esta sección, que es capaz de publicar noticias sobre sillas voladoras (y sí, sobre sillas voladoras de Ikea se ha escrito en este digital por increíble que parezca).

Rizando el rizo, aviones de papel dirigidos con 'móvil'

Pero como aquí en 'Lo Más Friki' estamos para precisamente eso, lo más fricazo y estratosférico posible, hay que rizar el rizo cada viernes y no crean ustedes que es fácil dejarles {preguntándose qué dice este loco y por qué le dejan escribir en su medio favorito} aluncinando. Pero es que, claro, aquí jugamos sobre seguro porque sabemos a ciencia cierta el poder del papel sobre la mente humana (y ya no digamos de lo digital) y tenemos hasta aviones de papel teledirigidos.

Sí, así, teledirigidos (casi como cierta prensa de papel) y además con uno de esos {malditos cacharros} teléfonos móviles que son en realidad ordenadores miles de veces más potentes que los de la NASA que llevaron al hombre a la Luna; y que ya saben, sólo sirven para jugar al 'Candy Crush' o al 'Clash of Clans' (o para los viejunos, que somos más pájaros, al 'Angry Birds' o al 'Flappy Bird').

Aquí tienen al 'PowerUp Dart' (algo así como el Dardo Motorizado) que es un proyecto de la plataforma de mecenazgo {o 'crowdfunding' pero en inglés es casi un trabalenguas para la lengua castellana} Indiegogo que, oiga, qué le vamos a hacer, se llevó nada menos que casi dos millones de dólares de financiación. La idea la tuvo el israelí Shai Goitein y no nosotros, quién lo iba a pensar... y el caso es que León fue en 2012 la capital de la aviación de papel, se lo crean o no.

Y es un proyecto que se llevó seis veces más de lo que pedía dando a la gente “la posibilidad de jugar con aviones de papel de una forma diferente y, para ser sinceros, mucho más divertida”, explican en Teknofusión, con la incorporación de un pequeño cacharrín {en el idioma de la pérfida albión 'gadget') en aviones de papel creados por nosotros mismos que permitiría controlarlos a través de una aplicación disponible en su {'mardito' artilugio} teléfono móvil ya sea de iOS o de Android.

“Una vez instalados estos dos, tanto el dispositivo como la app, podremos controlar el vuelo del avión con nuestro móvil”, cuentan en este currado blog Teknofusión y como se lo han trabajado, sean buenos, pinchen en el enlace anterior y aprendan más de este increíble divertimento tan sencillo y tan sorprendente. Venga, que no les cuesta nada. Luego vuelven a ver cómo termina este artículo.

Hasta un estudio estadístico y todo, con historia de los vuelos de papel

Y esto es lo que da de sí un pequeño avioncín de papel, para que luego digan que esta sección no es la más inclasificable o raruna de todo el periodismo leonés y parte del extranjero o del periodismo en español. Aunque, claro, si resulta que se pueden hacer trabajos estadísticos fantásticos para aprender esta disciplina volando aviones de papel, pues entonces la cosa cambia.

Honor y Gloria a Sergi Ruiz Sánchez del IES Juan del Villar en la localidad de Arjonilla (Jaén) por este trabajo en el que te explica hasta la Historia del 'Aerogami' como él lo llama. Chaval, y ahora va en serio, tú vales mucho (y tu tutora que te dejó presentarlo, también).

Pero hay que terminar el artículo {descacharrao} de la semana con un vídeo como Molesvol manda (ya que es nuestro Monstruo de Espagueti Volador favorito). Que enseñe fácilmente a doblar un folio para sacar de él un avión de papel que vuele pero bien. Aunque en Youtube los hay a porrón y ahí al final de esta frase dejamos el enlace para esos {burros} que no les guste leer con la búsqueda de vídeos de este tipo en plan 'Cómo se hace' un avión de papel.

No se olviden de visitar la página que causó el derroche de {chaladura} imaginación de este artículo en esta su sección {que nadie se cree que pueda publicarse} favorita. Cuarenta manuales para hacer aviones de papel molones, molones. Y a pasárselo en grande (y a aprender inglés, que es en lo que está la web de marras, luego no digan que no promocionamos la cultura personal con el 'Fold & Fly' que viene a ser 'Dobla y Vuela').

Por Molesvol, que vuelan {y volado está el autor de este desmán} cosa fina.

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