El futuro del aprendizaje de idiomas: Preply y su enfoque impulsado por IA hacia una educación personalizada

El aprendizaje de idiomas sigue cambiando con las herramientas que construimos. Los libros de frases dieron paso a las aplicaciones, y los ejercicios estáticos fueron reemplazados por clases en vivo con tutores en todo el mundo. En 2025, la verdadera pregunta no es cómo conectarse en línea, sino cómo hacer que cada minuto cuente para la persona que está frente a la pantalla.

La apuesta de Preply es sencilla: usar la tecnología para perfeccionar lo que los humanos ya hacen mejor. La plataforma conecta a los estudiantes con tutores expertos y añade una capa de orientación que se adapta a lo que sucede en la clase en lugar de seguir un plan de estudios genérico. La nueva era trata de la Personalización del aprendizaje de idiomas con IA, donde cada corrección y cada logro se incorporan a la siguiente sesión.

Cómo la IA ayuda a los tutores a sacar lo mejor de ti

Preply ha lanzado recientemente tres nuevas funciones impulsadas por IA que marcan un paso adelante en la personalización del aprendizaje de idiomas: “Lesson Insights”, “Daily Exercises” y “Scenario Practice”. Estas herramientas están diseñadas para complementar el trabajo de los tutores y hacer que cada minuto de clase sea más productivo.

Cualquiera que haya intentado aprender un idioma conoce esa sensación. Terminas una clase excelente y, al día siguiente, los detalles empiezan a desvanecerse. Aquí es donde entra “Lesson Insights”, recopilando las palabras con las que te has topado, las frases que te funcionaron y las correcciones más importantes. Con la ayuda de la IA, transforma esos datos en una instantánea de tu progreso mientras aún está fresco.

Entre las lecciones, “Daily Exercises” mantiene vivo el impulso con tareas breves ajustadas a tu nivel y a lo que mostraste en tu última sesión. Cinco minutos de concentración al día pueden rendir más que una hora a la semana cuando esos minutos se centran en tus verdaderas carencias.

Por su parte, “Scenario Practice” va un paso más allá. Crea simulaciones que se sienten como la vida real fuera de la llamada: pedir un café en Madrid, dirigir una reunión en Londres por Zoom o desenvolverte en una charla de pasillo en una conferencia en Toronto. El objetivo no es ganar un juego, sino practicar para momentos que realmente llegarán.

Para los tutores, estas herramientas de inteligencia artificial no solo mejoran la experiencia del alumno, sino que también simplifican su día a día. La IA analiza el progreso de cada alumno, sugiere materiales adaptados y automatiza parte de la preparación de clases. Así, los profesores pueden centrarse en lo esencial: la interacción humana y el acompañamiento que ningún algoritmo puede sustituir.

Por qué los tutores siguen en el centro

El miedo con la nueva tecnología siempre es el mismo: ¿reemplazará al profesor? Preply trata al tutor como el ancla del aprendizaje. El sistema resalta patrones, ahorra tiempo de preparación y aporta claridad sobre dónde un estudiante es fuerte o necesita refuerzo. Pero el humano sigue al mando, marcando el tono y decidiendo cuándo avanzar o frenar. Allí vive la confianza, y la confianza es lo que hace que los alumnos regresen.

Como explica Sofia Tavares, Directora de Marca de Preply:

Aprender un idioma es mucho más que memorizar palabras o mantener una racha. Se trata de abrazar una cultura, ganar confianza y crear conexiones significativas. Un profesor de carne y hueso aporta empatía, confianza y orientación personalizada, cualidades que ningún algoritmo puede replicar. Este compromiso con la conexión humana es lo que convierte a Preply en un lugar donde sucede el progreso real.

El viaje de un estudiante en la vida real

Aprender un idioma suele empezar como un objetivo personal, pero pronto se convierte en una experiencia compartida entre tutor y estudiante. En la comunidad de Preply, muchas historias muestran cómo la conexión humana y la tecnología se complementan, como se recoge en el artículo “El Mejor Dúo”

Tomemos el caso de Daniel, un estudiante que descubrió que avanzar significa mucho más que memorizar:

Es un profesor increíblemente motivador y su apoyo ha sido fundamental para sobrevivir al reto de aprender los tiempos verbales en español, incluso cuando necesitaba que me lo explicara cien veces más.

Esa paciencia personalizada saber cuándo repetir, cuándo avanzar y cuándo frenar es algo que ningún algoritmo puede reproducir. La IA puede ofrecer recordatorios y ejercicios, pero la empatía y el ritmo siguen siendo del profesor.

Desde el otro lado de la clase, José Luis, tutor, reflexiona sobre cómo las herramientas de IA hacen su enseñanza más humana, no menos:

Tenemos que usar la intuición humana para entender al alumno. Estamos ahí para escucharle y adaptar la clase a las habilidades que necesita y desea potenciar.

Su experiencia demuestra que la tecnología funciona como un espejo, no como un sustituto. Ayuda a los tutores a reconocer patrones, preparar materiales con mayor rapidez y dedicar más tiempo a la interacción real.

Otros miembros de la comunidad lo expresan con la misma claridad. Evangelia, tutora de griego, lo explica así:

La experiencia humana es, ante todo, humana. La IA puede ayudar, pero no es real, no tiene los ojos, el alma ni los sentimientos que acompañan a las palabras. No solo enseñamos un idioma. Te introducimos en un mundo nuevo.

En conjunto, estas voces muestran cómo la colaboración entre las personas y los sistemas inteligentes convierte el aprendizaje en algo orgánico y continuo. La IA aporta precisión; los tutores aportan calidez, intuición y significado.

El resultado no es un proceso mecánico, sino un ritmo que se siente vivo: un aprendizaje que avanza al compás humano, acompañado por una tecnología que escucha, aprende y se adapta.

El futuro que ya empieza a transformarse

Tal como lo anticipa Kirill Bigai, CEO de Preply, la verdadera revolución no está en que la IA reemplace al profesor, sino en hacer posible una educación personalizada a gran escala. Preply Él visualiza un modelo en el que el aprendizaje se concibe como una danza entre dos fuerzas:

Este modelo permitirá un seguimiento de progreso más preciso, planes de estudio altamente adaptados al alumno, y retroalimentación instantánea tanto para estudiante como tutor. 

En definitiva, lo que está emergiendo es un nuevo estándar educativo: aquel en que la IA actúa como aliada, no competidora; como pulidora de detalles, no creadora de experiencias. Los maestros con su sensibilidad, contexto y humanidad seguirán al frente, mientras la tecnología multiplica su alcance.

Si esta es la frontera del aprendizaje de idiomas y más allá, estamos viendo el comienzo de una era donde cada clase, cada corrección y cada momento entre sesiones puede ser significativo. El cambio no es absoluto, pero es profundo.