Vuelta a clase con todo tipo de incógnitas oficiales desde la Junta sobre el tramo final de curso

La aplicación de Educacyl, caída.

Cuando hace hoy un mes se celebraron las últimas clases presenciales en todos los centros educativos de Castilla y León por causa del coronavirus, que acabó en un estado de alarma que aún dura y por tiempo indefinido, todo eran incógnitas sobre cómo resolver el problema de la educación a distancia de los chavales y chalavas de la Comunidad y la provincia leonesa.

Un mes después, y habiendo pasado de por medio semana y media de vacaciones de Semana Santa, todo siguen siendo incógnitas sobre cómo se culminará este fatídico curso escolar en la Comunidad en tanto se mantiene el cierre de colegios e institutos. Unas dudas que asaltan a todos, desde alumnos a sus familias, y por supuesto también a los docentes.

Para más inri, gran parte de la mañana de este martes 14 de abril, la aplicación educativa Educacyl en la que la Junta exige a docentes y alumnos interaccionar ha permanecido caída, con constantes cortes de acceso, posiblemente por la profusión de intentos de entrada a poco que un amplio porcentaje de la comunidad educativa haya intentado entrar, muchas veces en vano. Son problemas que se dieron, hace ya un mes, los primeros días de confinamiento y que en este dilatado plazo no parecen haberse resuelto en absoluto.

Lo único oficial que se sabe es a través de una circular de la Consejería de Educación, que ya ha sido duramente criticada por la vaguedad de sus decisiones. En ella, la Junta de Castilla y León, por boca de la consejera Rocío Lucas se limita a pedir que se detecten a los niños con dificultades de conexión para la 'tele-educación'.

El escueto comunicado con fecha de ayer 13 de abril “relativo a la puesta en marcha del tercer trimestre”, única instrucción emitida a los centros y profesores, se ciñe casi en exclusiva en que “los centros velarán por la situación del alumnado en relación con las posibilidades de continuar su aprendizaje”.

“En los casos donde sea necesario, los centros docentes, a través del equipo directivo, darán cuenta al inspector encargado del centro de los alumnos que presenten dificultades para mantener una relación regular durante el periodo en que se ha desarrollado la actividad lectiva no presencial hasta la finalización del segundo trimestre. Todo ello con el fin de que se puedan adoptar las medidas pedagógicas y organizativas que sean necesarias”, reza el escrito.

Pero colegios e institutos, y sus profesionales, se preguntan qué han de hacer en concreto con sus alumnos de aquí a final de curso. Y la Consejería no es que aclare mucho con el segundo y último párrafo de su escrito oficial: “Se continuará con el proceso de enseñanza-aprendizaje de forma no presencial, iniciado tras la suspensión de las actividades lectivas, repasando y reforzando los contenidos trabajados hasta el momento”. Punto.

La situación no sólo causa estupor entre los docentes, que no saben a qué atenerse a partir de hoy. También quita el sueño a las familias y a los propios alumnos.

Hace ya días que las diferentes organizaciones de asociaciones de madres y padres, como la Confapacal a nivel autonómico pero también la Felampa en León, han exigido a la Junta una serie de pautas concretas que, llegado el momento, en nada han concretado la Consejería. Y es que, a decir verdad, no es que se hayan tomado apenas decisiones consensuadas y generales en todas las comunidades autónomas bajo el amparo del Ministerio de Educación.

Entre las más importantes, las familias reclaman que bajo ningún concepto se avance en el temario, sino que éste, llegado el caso se retome “más adelante y de manera presencial”; también piden que se utilice la evaluación continua y se valore el curso “sin necesidad de poner una nota al periodo no presencial”, es decir, en concreto a este tercer y último trimestre.

Del mismo modo, creen razonable que teniendo que 'tele-educarse' y compaginarse con el teletrabajo o el trabajo de sus progenitores, se cambie el currículo de este tramo final por un “aprendizaje de herramientas” que hagan al alumnado “más competente” aunque avance menos materia de las asignaturas.

Por último, madres y padres defienden que, ahora incluso más que en clase, la labor del profesorado con el alumnado es “imprescindible como acompañamiento educativo y emocional”, sin que las familias sean un sustitutivo. Y respecto a la prueba de acceso a la Universidad EBAU -antigua Selectividad-, que ya se ha decidido atrasar hasta principios de julio en primera instancia y septiembre en segunda, exigen que se realice “acorde al temario de los dos primeros trimestres” y se garantice, ahora más que nunca, “una prueba equitativa en todas las comunidades”.

Aula virtual... demasiado desconocida

Por otro lado, ante la profusión de herramientas distintas, desde el correo electrónico hasta apps de empresas particulares, para contactar con los alumnos e ir monitorizando su tarea a distancia, lo que sí ha hecho la Consejería es recomendar el uso exclusivo del Aula Virtual de la Educacyl.

Sin embargo, en el mes que ha transcurrido en esta situación, la mayor parte de las familias y no pocos profesores, por falta de información y experiencia, no están familiarizadas en absoluto con esta herramienta, que además en los primeros días, en marzo, sufrió graves problemas de conectividad al parecer ya resueltos. Un problema añadido más que hace que al final cada maestro y profesor elija la vía que considere más oportuna para no perder el contacto y la actividad de sus alumnos.

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