Ventas Oeste quiere romper su aislamiento

Milena Pasetti

Un barrio marcado por el aislamiento desde sus inicios. Así se definen a sí mismos los vecinos de Ventas Oeste, un barrio que ha trabajado en los últimos meses para desarrollar el Laboratorio Urbano Ventas Oeste, que esta tarde presenta sus conclusiones en el centro social del barrio de la Inmaculada. Entre ellas, destacan la necesidad de soterramiento de las líneas de alta tensión y la apertura definitiva de la ronda interior.

En el documento, elaborado con la participación de el profesor de la Universidad Lorenzo López Trigal, el arquitecto Nicolás Astiárraga y el coordinador de estas acciones por parte del Ateneo Carlos Pérez-Alfaro, se elabora un detallado perfil del barrio, para luego dar paso a algunas conclusiones.

“Estamos ante un enclave separado y segregado del resto de la ciudad, más de 50 años después de su desarrollo inicial de asentamiento casi informal aunque legalizado, y donde todavía está pendiente el desarrollo de su franja de conexión con la ciudad”, describe el texto.

Los propios vecinos son quienes proponen que, además del acceso al tranvía, el barrio tendría que contar con zonas verdes y y equipamiento social “en los terrenos de Piensos Garrote”, el aprovechamiento de una parcela de 5.000 metros cuadrados para la construcción de un centro de atención a personas dependientes, la apertura definitiva de los tramos de la ronda interior y la ampliación de la rotonda de la carretera de Asturias y el soterramiento de las líneas de alta tensión junto a las antenas de telefonía móvil, que esperan “desaparezcan una vez demostradas las irregularidades con que se impusieron”.

Radiografía de un barrio histórico

El Laboratorio ha realizado también una encuesta que ha permitido dibujar una radiografía precisa de la tipología del barrio. De sus resultados se desprende que más del 45% de las familias viven allí desde hace más de 30 años, que en el 80% de los casos se trata de viviendas en propiedad y que el 20 de los propietarios tienen además una segunda vivienda fuera de la localidad.

Sólo el 32% de las casas unifamiliares cuenta con acceso a Internet, aunque el 91% está dotada con sistemas de calefacción. El medio de transporte predominante es el vehículo propio (54%) y sólo el 13% se mueve en autobús. El tiempo utilizado para los desplazamientos al trabajo oscila entre los 10 y los 30 minutos en el 68% de los casos.

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