Uminsa y Coto Minero solicitan la obtención de un acuerdo de refinanciación de sus deudas
“El evidente agravamiento de la situación de las Empresas Mineras del carbón en España, producido por los acontecimientos de los últimos días, ha obligado a Unión Minera del Norte, S.A. (Uminsa) y a Coto Minero Cantábrico, S.A. (CMC) a comunicar este jueves, 7 de febrero, al Juzgado Mercantil de su domicilio, el inicio de negociaciones con sus acreedores para la obtención de un acuerdo de refinanciación de sus deudas”, han comunicado desde el comité a través de una nota de prensa.
Según el comunicado de Uminsa y Coto Cantábrico, la situación de imposibilidad de hacer frente a sus compromisos, viene provocada por la denegación –el pasado día 1 de marzo- de las ayudas correspondientes al año 2012; “por la drástica reducción de su producción vendible para el corriente año 2013 y por la impugnación que las Compañías Eléctricas han anunciado de la Resolución de Restricciones por Garantía de Suministro”.
“La conjunción de estas contingencias, impide 'de facto' a ambas Empresas, suministrar su producción y, con ello, la obtención de ingresos procedentes de la facturación de la misma”, han añadido.
“Se trata de una situación que ya se venía venir desde que el Ministerio de Industria empezó a retrasar el pago de las ayudas –con sucesivos y cambiantes argumentos- y que no cabe en modo alguno interpretar, como recogen hoy algunos medios, en clave de medida de presión para obtener una solución a los gravísimos problemas que afectan al sector carbonero nacional. Sobre todo, porque nadie se acoge a una medida tan extrema por el simple hecho de hacer presión, si no media la necesidad ineludible de reestructurar su deuda”, han expresado desde los comités de empresa.
Una medida, además que, consideran sus órganos de administración y dicta el sentido común, es la única alternativa para salvaguardar de la mejor forma posible los intereses de sus trabajadores, de sus acreedores y, en definitiva, de ambas Compañías.
Ello es así, “porque a nadie le cabrá duda de que después de cinco meses de inactividad en el año 2012 y sin haber cobrado las ayudas aprobadas para ese año, y transcurridos más de dos meses de 2013 sin que se inicien los suministros ni se abran expectativas para el futuro de la minería del carbón, pocas alternativas existen a la dura decisión que se han visto obligadas a adoptar”.
“En todo caso, debe quedar patente el compromiso y la apuesta que ambas Empresas siguen haciendo por el futuro del carbón nacional –acreditados ambos por las importantes inversiones desarrolladas en los últimos años-, empeño en el que seguirán trabajando todo lo que sea necesario”, han finalalizado los portavoces en el comunicado.
