Los tilos de Ordoño que trasladaron a San Marcelo y que el Ayuntamiento de León pretende llevarse medio siglo después

Los tilos entrela plaza de Botines y San Marcelo. // Uribe

Jesús María López de Uribe

Cincuenta años llevan allí dando sombra a todos los leoneses y, sobre todo, a los visitantes de la ciudad que observan la Casa Botines de Gaudí. Sin embargo, en poco tiempo, una vez se conceda la obra de remodelación y reparación del aparcamiento subterráneo de Santo Domingo, dejarán de hacerlo.

Una solución planteada por el equipo de Gobierno del socialista José Antonio Diez que ha levantado la voz de alarma en toda la oposición municipal, que ha solicitado consenso para no perder la sombrilla natural de estos dos imponentes árboles y el asiento para los viandantes del parterre.

Los dos tilos de San Marcelo, que son parte fundamental del recuerdo visual de todos los habitantes de la ciudad, no siempre estuvieron allí sino que crecieron en Ordoño II y fueron trasladados a esta ubicación hace medio siglo. Su futuro es otro cambio de ubicación.

El primer viaje fue en 1971, justo cuando terminaban las obras del aparcamiento bajo tierra, desde el Chalet de Alfageme situado en la finca de lo que fue la sede de Caja León y hoy el edificio central administrativo del mismo Ayuntamiento de León.

Y aquello se realizó gracias a una espectacular operación de transplante que quedó inmortalizada en una curiosa foto de César que se conserva en el Archivo Provincial que muestra cómo era Ordoño II hace cincuenta años, y cómo vestían los policías locales al estar uno de ellos protagonizando la imagen. Un camión tuvo que llevar los árboles con sus raíces protegidas por tocones de madera.

Hoy, el Ayuntamiento de León quiere llevárselos a otro lugar, que se desconoce, derribar el parterre en el que se sienta la gente y los turistas y mover –también a un lugar desconocido– la maqueta histórica de bronce de la ciudad de León en tiempos del campamento romano, medieval y actual que realizó Juan Carlos Ponga y que es otro de los hitos fotográficos de la confluencia entre la Plaza de San Marcelo (la de las Palomas), la calle Ancha y la plaza de Botines.

El proyecto de remodelación

El Ayuntamiento de León publica en su sede electrónica los planos y el proyecto de remodelación del parking subterráneo de Santo Domingo con un presupuesto base de licitación de 2.697.656,46 euros. En él se explica sucintamente qué pasará con los tilos de Alfageme: “Arranque y retirada de árboles exitentes en la zona de la fuente con aprovechamiento de los mismos para trasplante en lugar a definir por la Dirección de Obra. Carga en camión y transporte a nuevo emplazamiento. Se incluye en las operaciones de arrancado las medidas de seguridad necesarias y la señalización y balizamiento de la zona de actuación”. En los planos no se ve que queden en la plaza.

Las obras se realizarán para evitar las humedades y filtraciones del estacionamiento subterráneo con dos sótanos de 3.600 metros cuadrados cada uno y con un total de 267 plazas de garaje. “El Proyecto fue redactado por el ingeniero de caminos José Ynzenga en septiembre de 1969. Se iniciaron los trabajos en el año 1970, finalizándose en el año 1972 y siendo inaugurado el 21 de junio de 1972. El aparcamiento fue construido mediante muros pantalla de hormigón armado, estructura mixta de hormigón y metálica, con forjados realizados mediante placas alveolares de hormigón, carpintería interior metálica y de madera; suelos de hormigón pulido en zona de aparcamiento, de gres en zonas comunes y aseos”, explica el informe municipal.

Algunas humedades han sido “ocasionadas por filtraciones producidas desde el exterior” por lo que se estima que “requieren una intervención en la plaza de San Marcelo, pues no existe una impermeabilización adecuada y existen juntas y puntos singulares cuyos remates están deteriorados o mal ejecutados y ello compromete aún más la impermeabilidad con la que se debería contar”. “Al ser este un problema generalizado en toda la planta del aparcamiento, este conjunto de situaciones no permite la reparación de zonas puntuales o áreas concretas sobre el forjado del aparcamiento, pues con esta solución no se resolvería el problema, debiéndose optar por una solución global que, por un lado, resuelva los problemas constructivos existentes y, por otro, resulte una propuesta urbanística que modernice y actualice la imagen de esta plaza singular dela ciudad de Léon”, estiman los técnicos municipales.

Resultado: una plaza seca, sin sombra

El informe aprobado por la Junta de Gobierno Municipal conformada por los ediles del PSOE y el concejal Pastrana (en proceso de expulsión de Podemos) apunta que “en primer lugar, se pretende dar continuidad al comienzo de la Calle Ancha con la Plaza de San Marcelo mediante la modificación del espacio situado en el entorno de la fuente y en el que se localiza el acceso al aparcamiento. Se propone la eliminación del desnivel existente mediante la creación de gran rampa similar a la rampa existente en la parte oeste, pero dejando la fuente a la cota actual”. Es decir, adiós a los tilos, al parterre a las escaleras y al muro.

Para ello las actuaciones planificadas serían: El “desmontaje del lucernario que cubre la antigua entrada al parking, las barandillas de las jardineras existentes y el desmontaje de las papeleras y demás mobiliario urbano como farolas, bancos y demás”. También se retirará “la maqueta de la ciudad de León y su traslado a un lugar de almacenamiento para su posterior recolocación”.

Se arrancarán y retirarán “los árboles existentes y la tierra vegetal de las jardineras y su traslado a otro lugar de trasplante que determine la Dirección de Obra.” También, “para su aprovechamiento” los muros de mampostería que bordean las jardineras y el muro que salva el desnivel entre la zona de la fuente y la Plaza de San Marcelo“ además de levantar todo del pavimento de piedra de toda la zona de actuación (zona de fuente y plaza). Lo único que quedará en su sitio será la fuente dieciochesca.

Una propuesta que no gusta a nadie en León. Prácticamente ningún leonés considera que deba modificarse la composición de la doble plaza, y mucho menos retirar la sombra dejando el lugar como “un erial vacío, sin espacios verdes ni cobertura vegetal que proporcione sombra”. La única que se conseguiría sería la de las sombrillas de las terrazas de hostelería, algunas de las cuales siguen manteniendo estructuras ilegales en la plaza con el permiso explícito del Ayuntamiento y en contra de la normativa de la Junta.

Además, esta propuesta tan agresiva con uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad afectaría a un enclave de valor patrimonial tanto por los elementos que contiene como por su ubicación en el centro histórico, próximo al Camino de Santiago y con edificios de alto valor arquitectónico. El Ayuntamiento socialista pretende iniciar un nuevo viaje, medio siglo después, con los tilos de Alfageme, pero esta vez sin saber a dónde. Y con qué consecuencias en la opinión pública y en las siguientes elecciones municipales de mayo del año que viene.

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