Tierra de Campos: el mapa de una comarca de Castilla y León que se estira por dinero e intereses políticos

El pastel es muy jugoso, casi histórico: 61,5 millones de euros de inversión para convertir en apenas seis años una comarca natural, rural, agrícola y despoblada, Tierra de Campos, repartida entre cuatro provincias de Castilla y León, en una tierra de oportunidades industriales, una nueva meca para empresas y emprendedores.

El llamado Programa Territorial de Fomento para Tierra de Campos, que pilota desde hace más de un año la Consejería de Economía bajo gobierno de PP y Vox, suena apetitoso, siempre que el dinero sea 'a mayores' y no un mero plan de suma de otras partidas presupuestarias simplemente agrupadas.

Tan apetecible es el pastel que el número de comensales, de ayuntamientos ansiosos por entrar al reparto, se ha disparado de manera exponencial. Así, se ha ido estirando esta comarca hasta límites sorprendentes. Ha ocurrido especialmente en la provincia de León, aunque antes otros pequeños municipios de la zona fueran expulsados ya desde la fase inicial. Ocurrió con tres casos distintos, bajo la sospechosa coincidencia de tener todos ellos alcaldes del PSOE.

Esta situación de discriminación contrastaba con la inclusión de otros ayuntamientos, como el de Almanza (PP), tan en el extrarradio de Tierra de Campos que, situado al norte casi montañoso, es oficialmente municipio minero para la Junta de Castilla y León. Tal desigualdad, desvelada en exclusiva por ILEÓN, había sido avalada en pleno por la Diputación leonesa, donde cogobiernan socialistas y leonesistas, pero con votos también de PP y Vox. La lista quedó inicialmente fijada, por unanimidad política, en una lista inicial de 23 municipios adheridos. Y ya parecían demasiados.

El escándalo, que el consejero responsable del Plan, Carlos Fernández Carriedo, se limitaba a ceñir a un ansia creciente de los ayuntamientos al conocer las inversiones previstas, acabó por forzar a la Diputación leonesa a corregir su acuerdo inicial e incrementar en otros nueve los ayuntamientos incluidos en Tierra de Campos: en total, ya son 32. Un 40% más. Ambas listas, la primera y la recrecida, están en este artículo.

Incluso se planteó in extremis adherir a algunos más, todavía más alejados de la zona, como Valencia de Don Juan o Santas Martas, maniobra que ya no triunfó y hubiera elevado a 38 el listado. “Que cada palo aguante su vela”, se trataba de sacudir la responsabilidad Unión del Pueblo Leonés (UPL).

Preguntas relevantes... que se obvian

Tales esperpentos, estrictamente políticos, vividos por el camino, al final dejan una misma pregunta en el aire formulada de diversas maneras: ¿Qué es Tierra de Campos? ¿Cuál es su mapa real, si es que existe? ¿Qué municipios, en puridad, deben incluirse en el plan millonario para intentar sacar del ostracismo a esta comarca que comparten Valladolid, Palencia, Zamora y León? ¿Puede estirarse este territorio hasta los límites donde lleve la avaricia, la necesidad o el interés partidista?

Diferentes publicaciones, de muchos años y décadas atrás, y todos los expertos consultados por este medio admiten que las respuestas no son fáciles. No lo son porque Tierra de Campos no es una comarca administrativa: la única que existe legalmente es la comarca del Bierzo, también en la provincia de León, y por eso con una delimitación estricta y clara.

Para empezar: spoiler en León

Pero sí coinciden en que en ésta, que denominan mucho mejor “comarca natural”, sí ofrece una muy clara delimitación geológica, paisajística, toponímica, cultural, poblacional, incluso agrícola. Y (atención, spoiler): en León los municipios de Tierra de Campos serían cuatro o como mucho cinco... de los 32 ahora incluidos.

“Escobar de Campos, Grajal de Campos, Sahagún, Gordoncillo y Valderas”, señala con bastante firmeza Daniel Herrero, profesor de Geografía de la Universidad de Valladolid (UVA), natural precisamente de esta última villa leonesa.

Es grande la coincidencia con otro experto leonés, Jesús Redondo Cardeñoso, profesor de Historia Moderna, Contemporánea, de América y Periodismo, así como de Historia Política Actual también en la UVA: “El criterio toponímico es simple: la comarca está conformada por los pueblos que tengan el apellido 'de Campos”, o sea en la esquina suroriental de la provincia leonesa, Sahagún de Campos y en su entorno Grajal de Campos, Escobar de Campos, Galleguillos de Campos...“. Y aplicando criterios de paisaje y la bastante común defensa que los estudios de Garrido y Plans hacen, situando como límite el río, Cea, Valderas también entraría.

Las voces expertas

Herrero, oriundo de la zona, es tenido por uno de los mayores expertos actuales. Abruma la cantidad de fuentes de las que bebe. Por eso él ha dirigido algunas acciones de cartelería oficial y turística de la comarca, incluso para la Diputación. Y por eso él estuvo detrás de lo que después supo que fue el embrión, el informe inicial del Programa de Fomento de Tierra de Campos para la Junta, trazando “las primeras líneas de acción y diagnósticos”. Todavía sin nombres propios, sin municipios.

Y es que para él, con toda la ingente información que maneja, planos y publicaciones de todo tipo y época, “el mapa correcto sería uno que no incluya los términos municipales, porque el criterio es físico”. Y bastante claro: Tierra de Campos es esa campiña de tierra arcillosa suavemente ondulada que, como define Eugenio Baraja, catedrático de Análisis Geográfico Regional, “es un tipo de llanura más entre las que aparecen en el interior de Castilla y León” pero “su singularidad radica en que se trata de una llanura entre llanuras, la más central y la más baja de las que aparecen al norte del Duero”.

Se representa en lo que, a juicio de Herrero, es el mapa más fetén, publicado por el propio Baraja, Cayetano Cascos y Fernando Molinero en el libro de 2018 'El paisaje patrimonial de la arquitectura del barro en Tierra de Campos'. Llamativo un detalle: alcanza hasta la provincia de Burgos.

Puestos en texto los límites de la comarca, serían así para Herreros: “Los páramos calcáreos de Los Montes Torozos y de Amusco cierran la comarca por el sur y el sureste; por el norte el límite lo marcan las terrazas fluviales identificables entre Sahagún y Osorno, que conectan con los páramos detríticos del piedemonte de la Cordillera Cantábrica; al oeste el río Cea constituye un elemento nítido de cierre, que da paso a las terrazas fluviales en la margen derecha, desde Sahagún hasta Castrogonzalo, donde el Cea desemboca en el Esla”. Sólo observa dos espacios de límites más imprecisos: “El sector suroccidental, el tránsito hacia la Tierra del pan zamorana, así como el borde nororiental hacia Villadiego en Burgos”.

Pero por León, cero dudas. Jesús Redondo coincide con Herero: “Los estudios de Garrido y Plans establecen que el límite es el río Cea” y “los pueblos y términos municipales que quedan más allá de la margen occidental del Cea ya no se considerarían Tierra de Campos”, porque “su paisaje presenta mayores elevaciones” y además “incluyen dentro de su territorio ríos con caudal notable, como el Esla y el propio Cea”. Tampoco coincidirían la ubicación y morfología de los pueblos.

Cuando los límites son políticos, no geográficos

Parece que los límites ciertos de Tierra de Campos están bastante claros, con apenas excepciones. Pero, ¿le importa esto a la Junta de Castilla y León o las diputaciones? Es más, ¿es grave que la respuesta sea claramente que no les importa, como al menos en León se ha ido aprobando, al incluir a 32 municipios de los cinco que pertenecen a la comarca natural de Campos?

Pues los expertos admiten que los límites, digamos políticos, son difusos. Y como tales, dependen de voluntades. “La delimitación comarcal no presenta muchas dudas, pero si hablamos de la inclusión de municipios en un plan, es otra cuestión, pues igual lo que lo define son los problemas locales que se quieren atender”, admite Herrero.

Javier Pérez Gil, profesor de Teoría de la Arquitectura y Proyectos Arquitectónicos de la UVA, opina que lo que la Junta realmente hace en casos como éste es incluir a “otras llanuras afectadas por males similares”, es decir, “identificar bien un espacio con problemas comunes, sobre todo desindustrialización, envejecimiento, despoblación y falta de servicios”. Aunque nadie lo llamaría Tierra de Campos.

El mapa municipal

Así, aunque alcaldes como el de Matanza de los Oteros, Marcelo Alonso, defiendan que buena parte de la comarca de Los Oteros sea plenamente Tierra de Campos, entre otras cosas porque “recuerdo planos oficiales de hace décadas que ya nos incluían”, lo que los expertos defienden lo desmiente: “Matanza, entre Mayorga de Campos (en Valladolid) y Valencia de Don Juan, por toponimia y características paisajísticas (los propios oteros que les bautizan) quedaría claramente fuera de la comarca de Campos”. Y así, todos los apellidados igual, defiende el profesor Redondo.

Por eso, aunque no termine de gustarles, puesto el anterior atlas geográfico sobre el político, el mapa de municipios que consideran más cercano a la realidad podría ser éste, diseñado con “buen criterio” por el Colectivo para el Desarrollo Rural de Tierra de Campos, de Medina de Rioseco.

Este mapa suma un número preciso de municipios: 181. La cifra que desde el principio ha aireado siempre la Junta. Por provincias serían: Valladolid, 86; Palencia, 61; Zamora, 29; y León, cinco. Pero los últimos movimientos políticos vividos en León desde la Diputación, que han elevado de cinco a 32 los ayuntamientos propuestos, pulverizan esta cifra total hasta superar los 208.

La Junta se echa a un lado ante el 'café para todos'

Otra pregunta es si la Consejería admitirá, como pretende la Diputación leonesa, estirar hasta el infinito el mapa con la excusa de que nadie que desee entrar se quede fuera del plan inversor. Fuentes oficiales de la Consejería de Economía dejan ver que no pondrán excesivos reparos, pero han encontrado la manera de que los 'culpables' de ciertos desmanes no parezcan los despachos de Valladolid: se ha dejado en manos de las diputaciones designar los municipios elegidos. La palabra mágica es “consenso”.

Tan sólo se limitan a advertir que “deberán justificar su pertenencia a la comarca” de Tierra de Campos, y ser “coherentes”. Han de aportar, esgrimen, pruebas “de forma acreditada”.

Esto es algo que, por poner un ejemplo flagrante en León, en opinión de todos los expertos, la casi montañesa Almanza no cumpliría ni de lejos. Su joven alcalde es un destacado dirigente del PP leonés, exsenador y expresidente provincial, que obtuvo una clara mayoría crítica en el seno del Grupo Popular de la Diputación, aunque finalmente en la oposición.

Sea o no por eso, tampoco la Consejería parece dispuesta a ser la mala de la película ni generar tensiones, al admitir de modo genérico que se hayan “incluido algunos a mayores porque quizá no se enteraron” en su momento, y aferrarse a la creencia de que “en el aspecto administrativo, la comarca no está definida”. Lo cual es cierto.

Un precedente franquista

La compleja definición de Tierra de Campos no es la primera vez que dibuja mapas distorsionados. Ya ocurrió con los tecnócratas en otros planes, vinculados más entonces a la mejora de cultivos y regadío en los sistemas hidrográficos Carrión-Pisuerga, Esla-Cea-Valderaduey y el Tera, que la dictadura franquista impulsó en la década de los 60 de siglo pasado. Y que parece que poco o nada solucionó para el futuro de la zona, vista la situación que la comarca arrastra desde hace décadas. Y que obliga a intentar un nuevo 'milagro'.

Aquel Programa Tierra de Campos, recuerda Daniel Herrero, se circunscribía a la comarca geográfica, pero propuso un “examen y corrección” del mapa en 1962. “Sucedió que por la orden de la Presidencia del Gobierno de 12 de abril de 1967 hizo extensivo el programa a otros territorios, incluyendo la comarca del Tera”. Basta echarle un vistazo para ver que en León se acabó estirando hasta La Sobarriba y El Condado, o municipios como Onzonilla, a las puertas de la capital leonesa. A todas luces imposible.

Es más, continúa el profesor: “El decreto 2755/1965 que contenía para seis años el programa de medidas para el desarrollo fue complementado con la orden de la Presidencia del Gobierno de 12 de abril de 1967 y la de 20 de febrero de 1970, por las que se hizo extensivo el programa al río Tera en la provincia de Zamora y la zona comprendida entre los ríos Esla y Cea, en la provincia de León”.

Por eso, para él, ya se demuestra con la historia en la mano que cuando se trata de las administraciones, “una cosa es Tierra de Campos y otra lo que se añade”. Dicho de un modo más gráfico: “En Benavente bien podían utilizar el mismo argumento que un Matadeón de los Oteros para sumarse al Plan actual” de la Junta.

El primer contrato externo oficial

Cuando en 2023 comenzó a haber dinero inicial, y como es habitual, la Junta de Castilla y León entre sus primeros pasos ya otorgó un primer contrato a una empresa externa. Recayó en la consultora Aeice, que se autodenomina clúster Hábitat Eficiente, que suele trabajar de manera recurrente de la mano de la administración autonómica. Se elevo a 55.625 euros el coste de lo que Aeice denominó 'Hábitat Tierra de Campos', con una subvención autonómica de 44.500 euros, suman en su web.

En manos de la consultora acabaron todos los informes previos de los expertos. Con eso y realizando algunas reuniones junto a grupos de acción local (en Sahagún, Medina de Rioseco, Carrión de los Condes y Villalpando), alcanzaron argumentos y conclusiones que están resumidas en este vídeo, recientemente desaparecido de algunas plataformas pero que permanece en otras, como Youtube. También estuvieron disponibles recursos con los hasta siete proyectos desarrollados, pero ahora la web aparece vacía en los apartados de 'transparencia' y 'en desarrollo'. Se pueden ver aquí:

Líneas diseñadas

Esos siete proyectos serían los siguientes: Activa Tierra de Campos, para nuevas actividades económicas y emprendimiento y soluciones de vivienda; Habita Tierra de Campos, para “crear un ente gestor de soluciones habitacionales” y promocionar más viviendas; Escuela de talento, para modernización de oficios y formación; Paisajes de cultura, para “renaturalización” de espacios naturales y trabajar un paisaje homogéneo, algo que parece contradecir la manga ancha en la admisión de municipios; Tierra de Campos forestal, para aprovechar sus recursos endógenos (curiosamente arbóreos) para crear un modelo de aprovechamiento forestal y “afrontar el reto demográfico”; Senderos de agua, para los recursos hídricos de la zona; Enciende tu energía, para una “red de comunidades energéticas” de autoconsumo; y Terra Creara, que anuncia un Centro Internacional de Arquitectura en Tierra recuperando un edificio singular de la comarca en una localidad por designar.

De momento, respecto a qué ayuntamientos se podrán intentar beneficiar de todo ello, con aunque sea un pellizco de los 61,5 millones previstos, no hace falta ser un lince para aventurar que difícilmente la Junta enmendará, recortando, las listas ampliadas que las diputaciones le presenten. Y al final habrá café, dinero, para todos, superándose con creces los 200 municipios en un Plan de Tierra de Campos que muchos esperan como un maná, la última oportunidad de futuro.

Porque como la consultora Aeice defiende de manera muy rimbombante, el programa pretende “imaginar nuevas soluciones”, activando “la fuerza de la inteligencia colectiva” con “proyectos tractores que podrán hacer realidad la activación de la comarca que hemos soñado juntos”. Veremos pronto, en 2031, si estas palabras son algo más que literatura o se las llevarán los vientos de Tierra de Campos.

Campos Góticos, otra forma de llamar a la comarca en la que se asentaron los visigodos por sus tierras cerealistas

La Historia de la comarca de Campos es la de varios pueblos a lo largo de los siglos. Porque como defiende el historiador y profesor de la UVA Jesús Redondo Cardeñoso, la definición de una región o comarca “trasciende las condiciones físicas” y también “puede basarse en cuestiones histórico-culturales”.

En la Edad del Hierro, en la Hispania prerromana la hoy llamada Tierra de Campos estuvo habitada inicialmente por los vacceos y turmódigos, y se caracterizaba por su estilo de vida comunitario, evidenciado por la presencia de bienes procomunales en algunos pueblos. Este territorio sirvió como punto estratégico para los invasores del sur que buscaban llegar a los reductos montañosos del norte. Estaban en permanente conflicto con astures y cántabros.

La llegada de los romanos marcó un cambio significativo en la zona, estableciendo su hegemonía política y militar tras la derrota de Cartago en el año 146 a.C. La romanización trajo consigo la fundación de Grajal por Tiberio Sempronio Graco en el año 179 a.C. Sin embargo, la resistencia de los cántabros, astures y vacceos contra la ocupación romana fue notable, especialmente durante la sublevación que tuvo lugar en el año 26 a.C., bajo el mandato del emperador Augusto. Desde entonces y hasta el siglo V fue un lugar donde sembrar cereales.

Fue a partir del año 400 cuando la comarca experimentó las consecuencias de las guerras entre godos, vándalos y suevos, con victoria para los primeros frente a los vándalos, en su retirada, causaron devastación en Hispania, mientras que el derrumbe político del Imperio Romano en Occidente favoreció el ascenso de la monarquía visigoda como feudatarios (aliados) de Roma haciendo de ejército para las élites hispanorromanas. Los suevos se quedaron en la Gallaecia, con lo que la Tierra de Campos quedó como frontera entre los godos y ellos hasta el 585 cuando Leovigildo anexionó su territorio.

De las tierras más importantes para los visigodos

A partir de su llegada en el siglo V los visigodos la tomarían como una de las tierras más importantes para aposentarse, ya que al ser una estepa cerealista la tomaron para sí, para poder garantizar el grano para el pan, alimento fundamental en la época. “Agradó tanto la región de los vacceos a los godos cuando vinieron a Hispania que la señorearon, hicieron en ella gran parte de su asiento y la llamaron 'Campi Gothorum', más quedole después el nombre de Campos”, según apunta un párrafo del Arcediano del Alcor.

Durante el resto de la Edad Media fue frontera entre el Reino Asturleonés y los musulmanes. Más tarde entre el Reino de León y el de Castilla, con frecuentes disputas entre los dos, aunque aparece citada como tierra leonesa en el tratado de Tordehumos de 1194. A partir de ahí se produjo un periodo de esplendor, debido a que sus suelos arcillosos son muy aptos para el cultivo de cereales, y en la Época Moderna sus pueblos más se llenaron de los imponentes monumentos que vemos hoy en día; al generar mucho dinero por su condición de granero hispano. 

Pudo ser provincia, pero cabalga entre cuatro

El profesor Jesús Redondo Cardeñoso recopila definiciones más amplias, sobre todo las más antiguas, siglos XVII y XVIII), que incluían Tordesillas o Toro, con el ejemplo del Padre Isla, que “en su por famoso 'Fray Gerundio de Campazas' (1758) señala que la zona de Campazas está en el límite occidental de la provincia de Campos (”Su situación es en la provincia de Campos [...] la provincia de Campos, cuya punta occidental comienza por aquella parte“). Convivían con definiciones mucho más restringidas, como la de Pascual Madoz en su 'Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España' (1845-1850), que ”dice que la provincia de Campos sólo incluye 29 villas de Palencia y 5 de Valladolid.

A la postre, la falta de población impidió en el siglo XIX que una comarca con tan fuerte identidad se convirtiera en provincia por sí sola, quedando extrañamente a caballo de cuatro de ellas hasta la actualidad: León, Zamora, Palencia y Valladolid.