Frustración y sueños rotos tras la suspensión de las oposiciones de enfermería

Ical

Alba Mañanes

La suspensión de las oposiciones de enfermería, convocadas para dentro de menos de un mes, en concreto para el 22 de noviembre, ha supuesto un enorme varapalo para los cientos de opositores leoneses que veían en esta oportunidad de empleo público una salida profesional y una oportunidad de acabar con la temporalidad y el cambio de destino constante que va aparejado muchas veces a la condición de enfermero sin plaza.

Son muchos los aspirantes que han visto frustrada esta oportunidad para la que llevan meses, e incluso años, preparándose. Rebeca, una joven leonesa de 28 años, explica que lleva meses rechazando puestos de trabajo para dedicarse por completo a estudiar, con el esfuerzo que eso supone, dejando de percibir una retribución económica en el presente, y también condicionando su futuro laboral.

Ahora se arrepiente de su decisión y no entiende cómo ha podido ocurrir esto, a menos de un mes del examen, cómo desde la administración pueden jugar así con la vida de casi 20.000 opositores que estaban inscritos en estos exámenes y, además, hacerlo de esta forma tan repentina, sin darles tiempo para reaccionar.

Han sido varias las llamadas que Rebeca ha recibido para incorporarse a un puesto de trabajo, bien para cubrir bajas en la asistencia sanitaria pública o para trabajar en la medicina privada, pero ha rechazado todas ellas porque aspiraba a una de las 554 plazas de personal estatutario fijo que hasta ayer ofertaba el Sacyl.

Similar es el caso de otra mujer de León, Marta, que había solicitado una excedencia de su puesto, de enfermera, para poder estudiar a conciencia la prueba. Tres meses sin empleo y sueldo tirados literalmente a la basura para prepararse unas oposiciones que no se van a celebrar y para las que, al menos por el momento, no hay fecha.

Susana también ha recibido la noticia como un jarro de agua fría. Esta enfermera leonesa de 37 años cree que ha perdido su oportunidad porque veía estas oposiciones como la posibilidad de conseguir una plaza ya que había estudiado a conciencia el temario y, además, contaba con los méritos necesarios en su carrera profesional para lograr puntos y conseguir ser fija.

Susana asegura que los últimos meses ha dejado aparcada su vida con este único objetivo, al que dedicaba seis horas de estudio diarias, que sumaba estoicamente a su horario laboral, compaginando ambas cosas, algo muy duro, reconoce. Un esfuerzo físico y económico que ahora, con esta decisión judicial, ha quedado sin recomensa.

Hay opositores que han rechazado contratos para centrarse en la oposición ahora suspendida

Al perjuicio económico por dejar de trabajar y al varapalo emocional, hay que sumar también el dinero que los opositores destinan a las academias para preparar los exámenes, cuyo precio asciende a los 140 euros mensuales, dependiendo de cada centro, y cuyo coste anual supera los 1.500 euros. Una cantidad invertida en formación y futuro, que va a ser, al menos en este momento, desaprovechada.

Se trata de una situación que afecta no sólo a Castilla y León, sino a toda España, aseguran desde el sindicato de enfermería Satse, donde explican que desde que se conoció la noticia de la suspensión de las oposiciones, se ha producido una avalancha de llamadas para reclamar información. Hay muchas personas que han tenido que cancelar vuelos, reservas de hoteles sin devolución, excedencias, rechazos de trabajo. Cada opositor tiene su historia particular, lamentan.

Llamadas todas ellas de incredulidad porque se haya suspendido un examen a tan pocos días de celebrarse. Desde Satse tampoco pueden creerse que haya ocurrido algo así y creen que desde la administración deben dar explicaciones a estas personas, que llevan meses estudiando, algunas incluso años.

Otro de los perjudicados de esta decisión judicial, aunque de otra forma, es el sector hotelero de la ciudad que ha pasado de estar prácticamente al cien por cien de ocupación para la noche previa al examen, el 21 de noviembre, a una cascada de llamadas de cancelación, que prevén continúen en los próximos días.

Desde la Asociación de Hoteleros de León admiten que ahora va a ser muy complicado llenar el hueco que dejen las cancelaciones porque apenas hay margen de tiempo. Los hoteles de la ciudad, aproximadamente desde el mes de marzo, tenían los sábados una ocupación cercana al 80%, algo que el fin de semana de las fallidas oposiciones no se va a lograr.

El presidente de la asociación, Joaquín Quindós, explica que el problema en sí no son las cancelaciones, sino que se ha rechazado a muchos clientes porque los hoteles estaban al completo y, ahora, se quedarán vacíos.

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