El slackline, funambulismo moderno en el Parque San Francisco

Captura del vídeo de la productora de vídeo On6Side Films.

M.C.

No sólo se trata de recorrer el vacío sobre una cinta estrecha, el arte del slackline va mucho más allá. De hecho, con este deporte, el desafío de salvar la distancia de un extremo a otro, propio del funambulismo, puede llevarse al límite con saltos, mortales y otras acrobacias aéreas. La productora de vídeo 'On6Side Films', especializada en grabación y realización de deportes de riesgo como monopatines, parkour, skate, BMX, mountain bike y patinaje, sorprende con una nueva danza improvisada, la de Diego Franco en el parque San Francisco de la capital leonesa.

Un baile con el aire, donde Diego parece perder la gravedad de la Tierra y en la que tan sólo le separa del suelo una cinta, la misma que le ayuda a impulsar su cuerpo para seguir girando y rebotando.

Diego es autodidacta, y tras cinco años de práctica, se ha convertido en un referente en este arte acrobático en León.

El slackline consiste en la extensión de una cinta de poliéster o nylon enganchada entre dos árboles y tensada para poder caminar sobre ella. Se diferencia del funambulismo tradicional en que se utiliza una cinta plana en lugar de una cuerda o cable redondo, y los usuarios no utilizan ningún objeto para ayudarse a mantener el equilibrio. Algunos trucos para lograr una buena estabilidad son que la distancia entre los dos árboles sea de unos 10 metros, la altura de un metro como mínimo y que la cinta esté muy tensa.

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