Las prejubilaciones se 'estancan' en Castilla y León

J. López / Ical

El endurecimiento de los requisitos decretado a la jubilación anticipada y parcial en la reforma de 2013 y los factores demográficos crónicos que sufre Castilla y León han provocado un estancamiento de las prejubilaciones, es decir, de aquellos trabajadores que tienen entre 55 y 64 años de edad, mientras que en España, incluso, esa cifra se ha reducido.

Castilla y León contaba con más de 23.000 jubilados de ese tramo de edad en agosto de 2012, ejercicio anterior a la aprobación de la reforma de las pensiones por parte del Gobierno, que recrudecía la norma vigente en aquel momento. La cifra suponía un 32 por ciento más de personas que en el año 2005, hace diez años. Pero en los tres últimos ejercicios se ha paralizado prácticamente, con sólo un 0,8 por ciento menos, la concesión de prejubilaciones y se mantiene el mismo número de personas, concretamente 23.072 pensiones.

El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Valladolid e integrante del equipo de Hispalink en la Comunidad, José Luis Rojo, afirma a Ical que ese endurecimiento de las condiciones tiene una doble repercusión: por un lado, disminuyen las pensiones de 55 a 64 años, pero en los años siguientes, se acelerarán las de 65 a 74 años.

Una de las vías para anticipar la jubilación sin que se reflejase en las cifras, opina Rojo, “era pasar a parado durante unos años y la empresa completaba la prestación por desempleo hasta alcanzar el sueldo íntegro”, una cuestión que se modificó parcialmente con la reforma de las pensiones

Y es que en general, como los datos confirman, hay un incremento en el número de pensiones, hasta las 376.811, un 7,7 por ciento más que hace diez años. Rojo achaca este aumento a motivos demográficos, ya que “por un lado los jubilados viven más y cada vez más personas se incorporan a la edad de jubilación”.

De hecho, el catedrático de Economía Aplicada cree que otro efecto pudiera estar afectando a los datos, en concreto a la disminución de las pensiones de entre 75 y 85 años. Se trata de la disminución de la población por escasez de nacimientos que se produjo tras la Guerra Civil. Tal y como explica, se observa una 'V' en las cifras de 65 a 74 años, con mínimo en 2009, que se habría trasladado al siguiente grupo unos años más tarde.

Prejubilación moderada en España

También la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) se ha hecho eco de esta variación sucedida en los últimos años en España, donde la jubilación anticipada “se modera”. “Ni siquiera durante la crisis, en contra de lo que habría cabido esperar, se ha registrado un aumento de las prejubilaciones”, recoge en su 'Focus on Spanish Society', donde advierte de las “diversas evidencias” del retraso de la edad de jubilación y del descenso de la jubilación anticipada.

Hace diez años, un 20 por ciento de los que contaban en el país entre los 53 y 64 años declaraba estar jubilado; en 2014, el porcentaje se había reducido cinco puntos (15 por ciento).

La necesidad de prolongar la vida laboral figura en la agenda de muchos países europeos. En España, prosigue Funcas, los distintos gobiernos han promovido en los últimos años medidas para frenar la jubilación anticipada, lo que ha contribuido “a un aumento lento, pero ininterrumpido, de la edad media efectiva de jubilación”. Según los últimos datos disponibles de la OCDE, en 2012 era de 62,3 años para los hombres, y de 63,2 para las mujeres, superando a Alemania (62,1 y 61,6), Grecia (61,9 y 60,3), Italia (61,1 y 60,5) y Francia (59,7 y 60), aunque sin llegar a las de Holanda (63,6 y 62,3), Reino Unido (63,7 y 63,2), Suecia (66,1 y 64,2) y Portugal (68,4 y 66,4).

La propia ministra de Empleo, Fátima Báñez, achaca este incremento en la edad real de jubilación a la disminución de las anticipadas y al incremento en el número de trabajadores que se jubilan a los 65 años. Con esta normativa, el Gobierno quiso reducir las jubilaciones anticipadas, que representan la mitad del total, porque generaba, decía Báñez, un problema financiero para el sistema y dejaba fuera del mercado laboral a los trabajadores con mayor experiencia.

Mensajes contradictorios

Para el exsecretario de Estado de la Seguridad Social Octavio Granado, con las jubilaciones anticipadas siempre hay diversos mensajes “que a veces son contradictorios entre sí”. “En los momentos más duros de la crisis económica, entre 2007 y 2010, hubo muchos despidos. Esa gente se jubilará como despedida, con 61 años, y eso lastra el sistema de pensiones”, señaló en declaraciones a Ical.

Después de ese período, el PP “ha intentado endurecer la legislación, incluyendo la cuantía de las pensiones con medidas chapuceras, como el año pasado, cuando se intentó que la gente que tenía convenio especial no pudiera prejubilarse, una aberración que duró lo que el agua en una cesta, y la tuvieron que retirar”.

A juicio del político socialista, es “difícil” que a la masa actual de más de 55 años se le pueda aplicar otra cosa que no sea prejubilarse, porque el mercado de trabajo español “no está pensado para absorber a esa gente, a pesar de su formación, experiencia y condiciones, que probablemente sean acreedores a contratos”. En todo caso, en estos momentos, con 57 o 58 años, “encontrar un puesto de trabajo es complicado, porque la empresa buscará a alguien de 25 años al que pagará la mitad y hará el trabajo con más fuerza”.

El burgalés, que integró los dos gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que la política del Gobierno en esta materia “no ha sido muy afortunada”, además de por el endurecimiento de las condiciones, “porque si una persona de 56 años tiene una oferta de trabajo en peores condiciones que su antigua carrera laboral y la acepta, lo que gana en salarios lo pierde en prestaciones sociales y en una menor pensión de jubilación, porque se le aplicará ya la nueva legislación, no la antigua”. “Esto es disuadir a la gente de trabajar”, concluyó.

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