San Isidoro brilla cada sábado con la historia del Reino de León. La iniciativa del exvicealcalde Javier Chamorro de traer a León el proyecto de Xavier de Richemont ha sido un acierto por la cantidad de gente que se concentra los fines de semana ante la fachada del espectáculo luminoso de la basílica.
La idea ha funcionado y lo reconocen incluso desde el Partido Popular, que ahora gobierna en León, pero es difícil que la intención del leonesista Chamorro, que hasta las pasadas elecciones gobernaba en coalición con el Psoe, de extender el proyecto a otros edificios de la ciudad, como la Catedral o San Marcos, no llegue a buen puerto.
El actual concejal de Turismo, Julio Cayón, admite que el trabajo de Richemont constituye un atractivo para la ciudad, pero advierte de que “sale caro” y que será difícil continuar con ello con “la situación de las arcas municipales”.
Aunque el edil asegura que todavía están estudiando la prolongación o no de esta exhibición más allá de octubre, fecha hasta la que estaba programada. “Aguantaremos hasta que concluya el contrato de utilización y luego nos replantearemos qué hacemos con ello, no porque queramos destruir nada sino porque tenemos un problema económico”, comenta.
Un proyecto internacional
León es solo un lugar más en los que el artista francés Xavier de Richemont ha pintado la historia a través de la luz. En Alemania, Canadá, México, Escocia o Francia ha dejado su impronta con sus cuentos luminosos. Precisamente la Catedral de Chartres fue la que cautivó a Chamorro en su visita a la ciudad y quiso traer el proyecto también a León.
Richemont se enamoró de León desde su primera visita y fue aprendiendo el devenir del Reino de la mano del historiador Alejandro Valderas para luego plasmarlo sobre la Colegiata. Tanto en la presentación del proyecto a los medios de comunicación como durante el estreno de la proyección, el artista estuvo presente para explicar el contenido de su presentación.
La proyección de las imágenes que relatan, con acompañamiento musical, la historia de León hasta nuestros días tiene lugar en San Isidoro cada sábado en dos sesiones, a las 23 y a las 23.30 horas.