La nevadina a la que dio paso la nevadona

ileon.com

Aunque la nieve caída este invierno no es comparable a la nevadona del pasado año, la ingeniería humana y los 'ojos' de sus satélites nos brindan espectaculares imágenes que nos permiten observar esta estación del año de una manera diferente.

Este año, además, una de las primeras imágenes hechas públicas corresponde a la misión más reciente puesta en órbita terrestre por la Agencia Espacial Europea (ESA). Fue tomada el 1 de febrero por el satélite Sentinel-3A mediante el instrumento para el color de la tierra y los océanos (OLCI, por sus siglas en inglés), fruto del legado de Envisat que dispone de 21 bandas espectrales, una resolución de 300 m y una anchura de barrido de 1270 km.

Al final de la noticia os dejamos el enlace directo a la imágen de la ESA donde podéis descargarla en alta resolución.

Para ver las diferencias os ofrecemos esta animación que hemos creado y que compara la superficie nevada mostrada por satélites de la NASA y de la ESA los días 10 de febrero de 2015 con la misma el día 1 de marzo de 2016

Aunque la nieve acumulada este año dista bastante de la caída en 2015 que ocasionó el aislamiento durante días de decenas de pueblos leoneses, este invierno nos ha dejado espectaculares estampas de la provincia como el despertar de la hibernación de los osos, el encuentro de un esquiador con un jabalí y nuevamente pueblos aislados como es el caso de Maraña

Programa Copérnico

Conocido como Copérnico, el proyecto Global Monitoring for Environment and Security (GMES) es una iniciativa conjunta de la Agencia Espacial Europea y de la Unión Europea, para dotar a Europa de una capacidad operacional y autónoma de observación de la Tierra. Su objetivo es tratar de agrupar todas las informaciones obtenidas por los satélites medioambientales, y las bases terrestres para proporcionar una visión global del “estado de salud” de la Tierra.

En la fabricación del Sentinel-3A han participado 11 empresas españolas

Con un peso de 1.250 kilogramos, el Sentinel-3A, en el que han participado 11 empresas españolas, es el más completo de los tres satélites de Copérnico lanzados hasta ahora y su misión es estudiar los océanos desde diferentes puntos de vista. Este satélite medirá el crecimiento del nivel del mar, así como el oleaje y la velocidad del viento. Parte de su instrumental estudiará el color del océano midiendo la cantidad de clorofila que hay en el agua, su capacidad para absorber dióxido de carbono y la contaminación. Además, también medirá la temperatura del agua con la precisión necesaria para averiguar si el océano se está calentando.

El lanzamiento de este satélite se produjo el pasado 16 de febrero a las 18:57 horas desde el cosmódromo ruso de Plesetsk a bordo de un Rockot, un cohete balístico reconvertido para su uso civil.