León aún mantiene 24 calles franquistas tras quince años incumpliendo la ley de Memoria Histórica
En el actual mandato tan sólo se han modificado dos nomenclaturas para cambiar la Plaza Millán Astray por Manuel Quijano y Capitán Cortés por calle Guardia civil, y se ultima el cambio de Pilotos Regueral por calle Botines, incumpliendo además la intención de elegir más nombres femeninos
En 2007, el entonces presidente del Gobierno, el leonés José Luis Rodríguez Zapatero, vio cumplido uno de sus más importantes compromisos políticos. Nacía la Ley de Memoria Histórica, cuyo espíritu era resarcir en parte la memoria a todos los damnificados por el triunfo del fascismo durante y mucho tiempo después de la Guerra Civil.
Zapatero, el nieto de Juan Rodríguez Lozano, el militar republicano ejecutado curiosamente por “traición” a causa de defender el régimen democrático, como la inmensa mayoría de los políticos electos y sindicalistas de la provincia, defendió que aquella nueva normativa era un paso histórico para dejar atrás los honores públicos aún visibles hacia los golpistas, artífices o colaboradores de la violenta represión sufrida. Entre otras obligaciones, debían retirarse de los espacios públicos símbolos y nomenclaturas de calles vinculados de manera inequívoca al régimen dictatorial que se impuso por la fuerza durante 40 años en España.
Se cumplen 15 años de la entrada en vigor de la Ley de Memoria Histórica y la ciudad de León, en la que el socialista Rodríguez Zapatero forjó su carrera política, aún está muy lejos de su cumplimiento. Todavia perdura en el callejero leonés una vía Generalísimo Franco, otra General Millán Astray, General Sanjurjo, General Yagüe o José Antonio, por Primo de Rivera, fundador de la Falange que el dictador abrazó.
Son sólo algunos ejemplos pero la lista a día de hoy contempla todavía 24 casos de vías públicas de reminiscencia franquista, que podrían ser 23 cuando termine el actual mandato el próximo año 2023. 24 casos de los 26 que sobrevivían cuando en 2019 ascendió a la alcaldía el socialista José Antonio Diez, con el compromiso de hacer cumplir la Ley acomodando a ella el callejero leonés.
Ocho años de gobierno municipal del PP baldíos
En una entrevista concedida a ILEÓN a los cien días de Gobierno municipal, el regidor criticó la casi total inacción en este sentido por parte de sus antecesores, sucesivamente los alcaldes del PP Emilio Gutiérrez y después Antonio Silván. Los tenues intentos de este último incluso acabaron en una demanda presentada por un abogado que pedía la supresión de 36 nombres vinculados al franquismo, demanda que llegó a suponer la personación de la Fundación Nacional Francisco Franco y hasta 34 vecinos de la capital contra la anulación de las calles en un intento de boicotear el proceso.
Tras empuñar el bastón de mando para el PSOE, Diez recordó que “esto se trata de cumplir una Ley” al tiempo que admitía que “administrativamente tiene complejidades, genera algunos trastornos a los vecinos”. Por ese motivo, ya alertaba: “Que nadie piense que yo voy a quitar todo el callejero franquista que hay en la ciudad, no va a ser posible, pero habrá cambios de calles”.
Nacerá la “calle Botines” entre el edificio de Gaudí y la Diputación
Finalmente han sido dos, una de ellas a medias, y si todo va bien se producirá pronto una tercera: la calle Pilotos Regueral, situada en un lateral del edificio Botines de Antonio Gaudí y frente al Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación, pasará a denominarse calle Botines. Fuentes municipales confirman que “pronto irá a Pleno” la propuesta, que consideran “poco compleja” porque afectaría apenas a tres portales de vecinos.
A medias se quedó el primer trueque del mandato en el que el PSOE cogobierna con un concejal tránsfuga elegido por Podemos, Nicanor Pastrana.
'Adiós', pero a medias, a Millán Astray y 'hola' a Quijano
Pero lo cierto es que la calle Millán Astray que hay aledaña aún conserva el nombre del fundador de la Legión, amigo personal de Franco, diputado en las Cortes golpistas y autor de la frase “¡Muera la inteligencia!” con que respondió a Unamuno cuando éste censuró la violencia que ejercía el régimen.
Aunque el cambio para eliminar el honor público al héroe mutilado del fascismo nacional no fuera completo, aún así el Ayuntamiento de León fue denunciado ante los Juzgados por silenciar su nombre de la plaza de manos de la Plataforma Millán Astray, formada por la mayoría veteranos de la Legión, que llegaron a criticar “la decadencia e ignorancia de los ingratos y acomplejados que han participado de semejante agravio en su retirada”.
La segunda y única modificación del callejero leonés en aplicación de la Ley de Zapatero tuvo lugar con la aprobación en Pleno en enero de este año para retirar el nombre de la céntrica vía Capitán Cortés y renombrarla como calle de la Guardia Civil. El acto, con honores militares, tuvo lugar en febrero con la presencia de la directora general del Instituto armado, María Gámez, primera mujer en ocupar ese puesto.
Sin más espacio para las mujeres en las placas
Si se da por hecho que antes de que concluyan los cuatro años de mandato político se cambiará una tercera y última calle, la mencionada Pilotos Regueral por calle Botines, en honor a la obra de Gaudí. Una oportunidad para haberla bautizado con el nombre del joven presidente republicano de la Diputación, Ramiro Armesto, fusilado el 21 de noviembre de 1936.
Sea como sea, se habrá incumplido además otro compromiso que ha sido objeto de debate desde hace dos legislaturas: el de aprovechar los cambios de nombres de calles para elegir un mayor número de nomenclaturas femeninas, de entre destacadas figuras de mujeres.
La iniciativa surgió de León en Común, nombre con el que Izquierda Unida obtuvo dos concejales entre 2015 y 2019. Puso en marcha una campaña a través de Internet para sustituir los nombres de calles vinculadas al régimen golpista con por otros de féminas ilustres, propuso 40 casos concretos y tras recibir 2.300 votos incluso las propuestas se ampliaron hasta 60. Pero desde entonces no se ha producido cambio alguno tampoco en este sentido.
El listado completo
La lista de las 26 calles finalmente pactada para retirar por reminiscencias al régimen golpista que encabezó Franco fue elaborada por el del Área de Historia Contemporánea de la Universidad de León, bajo la firma de Elena Aguado Cabezas, Francisco Carantoña Álvarez, Beatriz García Prieto, Javier Revilla Casado y Javier Rodríguez González.
Tal y como defendió el catedrático Francisco Carantoña en su presentación, ya bajo mandato de José Antonio Diez, era el momento para ahondar en un proceso de cambio de nombres de calles para “culminar algo que ya se empezó” retirando nombres muy significativos en el centro de la ciudad en 1997, época del alcalde del PP Mario Amilivia, como por ejemplo la Calle Ancha en vez de Generalísimo.
Las 26 calles propuestas finalmente fueron: Calle Alcázar de Toledo; Alférez Provisional; Calvo Sotelo (Trobajo del Cerecedo); Las Campanillas; Capitán Cortés; avenida Carlos Pinilla, barrio Pinilla (León y San Andrés); glorieta Carlos Pinilla; avenida Fernández Ladreda; calle Fernando González Regueral (Armunia); calle Fernando González Regueral (León); calle General Aranda (Armunia); calle General Lafuente; calle Generalísimo Franco (Trobajo del Cerecedo); calle General Mola (Armunia); calle General Millán Astray (Armunia); calle General Sanjurjo (Armunia); calle General Yagüe (Armunia); calle Joaquín López Robles; avenida José Aguado; calle José Antonio (Armunia); calle José María Fernández (León); calle Mariano Domínguez Berrueta; calle Marqués de Montevirgen; calle Obispo Almarcha; calle Obispo Álvarez Miranda; calle Pilotos Regueral; avenida de Roma; y calle Teniente Andrés González.
Una última, calle Ausente, en el barrio de Pinilla, entró en dudas ya que los historiadores localizaron que pudo haberse referido al Lago Ausente de la Montaña leonesa y no al 'Ausente', sobrenombre con el que el franquismo denominaba las más de las veces a José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange.