Innovación para las personas

S. Gallo/Ical.

La gran mayoría de nosotros conocemos el sistema de comunicación instalado en las camas de los hospitales que permiten, bien al enfermo o a su acompañante, contactar con los profesionales médicos para requerir su atención para cualquier aspecto concreto apretando el botón de lo que se conoce como 'pera'. Sin embargo, y aunque en ocasiones pasa desapercibido, se trata de un sistema que genera más de un problema a los usuarios y también a los sanitarios, además de que en ocasiones resulta totalmente ineficaz.

Su mejora ya es posible gracias a un proyecto diseñado por la consultora de innovación Domo, creada en León hace 14 años por Héctor Robles, y que acaba de recibir el primer premio en la categoría de 'Diseño para todos' en la Bienal Iberoamericana de Diseño (BID14) por su sistema 'Connectia User Experience'. Se trata de algo más que un sistema de comunicación porque no sólo mejora su funcionalidad, sino que lo hace simplificando el funcionamiento, que se hace más accesible a las personas.

Y es que si en algo piensa esta consultora de innovación es en las personas, de ahí que el enfoque de cualquiera de los proyectos en los que trabaja se dirija siempre “hacia las personas”, insiste su socio director. Para ello, el modelo de trabajo tiene tres fases que son entender al usuario, crear las soluciones y hacer realidad ese proyecto, algo que se pone en marcha aplicando la observación directa y la empatía.

Los primeros pasos del que ahora ha sido el proyecto ganador se dieron hace aproximadamente cuatro años cuando una pequeña empresa madrileña quiso rediseñar el producto, en este caso el sistema de comunicación sanitaria, para hacerlo más competitivo en el mercado. Su petición inicial pasaba por “hacerlo más estético y añadirle funciones”. Desde Domo se replanteó el proyecto porque “se enfocaba hacia el producto y no hacia las personas” y se consideró que el fin último no tenía que ser esa tecnología.

Después de la investigación que se llevó a cabo para captar las necesidades de los usuarios en el más amplio sentido de la palabra, se concluyó que eran posibles múltiples mejoras porque los actuales sistemas de comunicación no se utilizaban en la mayoría de los casos, en ocasiones se llama de forma involuntaria porque no se entienden los botones y no se conoce cómo utilizar el aparato o porque se hace sin intención, no permite intimidad alguna al paciente o requiere de mayor tiempo por parte del sanitario, que tiene que acudir en varias ocasiones a la llamada.

La solución planteada por la consultora Domo fue la de un producto-servicio que consiste en un brazo articulado que oculta el cable, evitando así problemas de manejo y con la 'pera', y dando una mayor privacidad de comunicación entre el paciente y el profesional, al poder acercar el altavoz. Este brazo cuenta también con posibilidad de conexión USB, una bandeja portaobjetos o un soporte similar a un atril, pensando en el tiempo de ocio del paciente.

Los botones son de gran tamaño, con colores identificativos y sus formas indican al paciente la función que tiene cada uno de ellos, que además disponen de sistema braille y que se pueden, o bien posicionar en el brazo articulado o en la pared. Los profesionales sanitarios llevan en su bolsillo un pequeño dispositivo que se activa al pasar por el umbral de la puerta, donde se instalan unas barreras, de manera que el dispositivo se activa, localizando los movimientos de las personas y evitando que dos profesionales puedan acudir a la misma llamada. “Es un producto que se usa, es respetuoso, eficiente y para casi todos, porque amplía el rango de usabilidad”, explica Héctor Robles, lo que ha facilitado su expansión a nivel internacional, en especial en países de Iberoamérica como Perú, Panamá, Chile, Colombia, México y Brasil.

Más reconocimientos

Este primer premio en la categoría de 'Diseño para todos' no ha sido el único reconocimiento que la consultora Domo ha conseguido en BID14, sino que también recibió una mención por este mismo proyecto dentro de la categoría 'Diseño de servicios' y fue finalista en la categoría de 'Diseño industrial/productos' con su proyecto 'Turbo Track'.

Esta iniciativa, 'Turbo Track', consiste en una cinta mecánica de transporte de personas a una velocidad cuatro veces superior a la convencional, de manera que permite recorrer más rápidamente una distancia, pero en todo momento de manera segura. Hasta el momento se encuentra instalado en el aeropuerto de Toronto, en el que sigue siendo el único sistema de estas características en todo el mundo.

En esta Bienal se recibieron más de un millar de proyectos llegados de España, Portugal y 21 países de Latinoamérica, de los que se seleccionaron a 400 de los que salieron los finalistas, premiados y menciones finales. La exposición con los finalistas y premiados se podrá visitar en la Central de Diseño de Matadero Madrid hasta el próximo mes de febrero antes de que viaje por otros países. Además, se editará un libro en el que se recogen los proyectos finalistas y también los premiados.

La transformación, algo innato

Este concepto de innovar las cosas con el claro propósito de mejorarlas para los usuarios finales es algo que Héctor Robles asegura llevarlo “en el ADN” porque se siente “un transformador desde el punto de vista de mejora”. Ya desde pequeño quería “transformar el mundo” y de hecho explica que desde su edad más temprana consiguió “minitransformar” su entorno.

De esta idea fue adquiriendo su forma actual la empresa Domo para dar un giro a la política innovadora actual e “innovar para tener más éxito” centrándose “de nuevo en las personas” porque el usuario final es el verdaderamente importante. “Hay que programarse, tanto visualmente como verbalmente” para poder alcanzar esta transformación, reconoce Héctor Robles.

Otros proyectos

Además de trabajar para innovar, desde Domo también se tiene otra línea de trabajo que pasa por “facilitar la innovación”, algo que tiene como fin transformar la cultura de la empresa hacia una línea más novedosa. “Lo hicimos en Domo y funciona muy bien, porque el simple hecho de que haya una fase inicial que sea entender al usuario, es un gesto para que le equipo entienda que el usuario es lo más importante”, apunta Robles. “Haciendo eso muchas veces, al final está interiorizado y el equipo ya no es uno, sino que fluye entre todos”, añade.

“Lo que hago y cómo lo hago es algo único en el mundo”, matiza Héctor Robles, que reconoce que hay grandes empresas a nivel mundial que están empezando a seguir estas directrices. “Si la empresa no se centra en el usuario y no entiende que eso va a reportar unos beneficios mayores, va pasarlo muy mal”, augura.

El proceso comienza “ayudando a liderarse a sí mismo al líder” y cuando eso “está bien” es cuando puede empezarse a trabajar con un equipo de transformación de la empresa, rediseñando el modelo de negocio y el proceso de innovación. Aunque Robles puntualiza que empezar el cambio desde arriba es algo que “cuesta bastante”, es algo que “acabará llegando”, pero para conseguir unos resultados óptimos, se está diseñando “un pequeño diagnóstico para saber si la empresa está preparada para acometer la transformación o no”.

Facilitar la innovación es una transformación cultural que incluye un proceso de información y cursos de creatividad que ya se está pensando impartir en ciudades de Castilla y León como Valladolid y León. “Es en lo que estamos ahora y luego impartiremos uno de innovación centrado en las personas” porque “no sólo se transforma la cultura de una empresa mediante cursos, sino con un proceso que yo he creado”, y que tiene siempre un destino final, que es el usuario.