El fuego apaga la fiesta: Torneros de Jamuz prende la mecha de la solidaridad y dona el dinero de las celebraciones

César Fernández

León —
14 de agosto de 2025 22:04 h

La de Torneros de Jamuz (Quintana y Congosto) es solidaridad con conocimiento de causa. Y por partida doble. La localidad fue de las más afectadas por el incendio de Castrocontrigo de 2012, el que pasaba por ser el grave en superficie afectada (11.500 hectáreas) en la provincia de León hasta este agosto maldito de 2025. Y su pedáneo, Fermín Cadierno, todavía se emociona al teléfono cuando relata cómo el pueblo, que esta vez se ha salvado de la quema, ha renunciado a sus fiestas patronales y donado el presupuesto de las celebraciones para la recuperación de la zona. Y es que Cadierno, que fue operario de maquinaria pesada en dispositivos contra los fuegos, sabe de lo que habla.

Ni siquiera hizo falta convocar un concejo abierto, el pleno de los vecinos en los pueblos de la provincia de León. “Las fiestas no tenían sentido ahora”, dice el pedáneo, que aclara que no se trata de un “aplazamiento” sino de la cancelación de las celebraciones vinculadas al 15 de agosto. La decisión deja libre un presupuesto de entre 15.000 y 20.000 euros, también fruto de la solidaridad de orquestas y carpas contratadas por Espectáculos Duerna y que han renunciado a la indemnización que les correspondería por la suspensión de los festejos, así como de la Catedral del Barro, que iba a poner las jarras para la chuletada de este mismo jueves.

Cuando se extingan las llamas y se evalúen los daños, la idea de Torneros de Jamuz es que el dinero “se reparta lo más equitativamente posible” entre las localidades más afectadas (una de ellas, San Esteban de Nogales, tampoco celebrará este puente sus fiestas patronales, y La Bañeza, localidad de referencia de la zona, también ha suspendido la mayoría de sus actos programados) por el incendio que esta vez partió de la vecina provincia de Zamora y saltó al sur de León. El fuego, que apunta a ser el más grave en la historia de España desde que hay registros al afectar ya en torno a 37.000 hectáreas a fecha de este miércoles, se ha cobrado, además, las vidas de dos voluntarios que se sumaron al operativo en Nogarejas (Castrocontrigo).

La comparación se vuelve inevitable con aquel que quedó a apenas unos metros de las casas de Torneros. “Nosotros fuimos de los pueblos más afectados en el incendio de 2012. No sufrimos daños en las casas, pero sí en el pinar. Ahora, por suerte, no nos tocó. Pero lo más lógico es ayudar a los damnificados”, explica el pedáneo de Torneros de Jamuz hasta que se le empieza a quebrar la voz. “Todavía me emociono algunas veces”, cuenta tras recordar el impacto del fuego de 2012 y antes de hablar de su trabajo como operario de maquinaria pesada en dispositivos de extinción de incendios, una tarea que comenzó en diciembre de 1983 hasta su jubilación el pasado año, lo que le da una perspectiva añadida: “Antes, con la mitad de medios, se apagaban los incendios. Y hoy se quema todo”.

“Yo nunca había visto nada como esto”, reconoce sobre la gravedad de los fuegos que asolan León desde este pasado fin de semana antes de empezar a hacer de memoria inventario de fechas de incendios importantes en fechas como 1989 y 1998. “Y el de 2012 fue el más terrible”, añade quien trabajó en operativos de extinción siempre dentro de la provincia de León, en estos días una de las más castigadas por esta virulenta oleada de fuegos en España.

Cadierno ha recogido ahora el sentir de una localidad impactada por el efecto de las llamas en pueblos del entorno como Palacios de Jamuz o Quintana y Congosto hasta el punto de renunciar a sus fiestas en las fechas en las que se acumulan más celebraciones patronales en el país. “No he hablado con todos los vecinos. Íbamos a convocar un concejo, pero ya no ha hecho falta”, dice con el convencimiento de que la cancelación de los festejos responde a la voluntad general del pueblo y con la esperanza de que este gesto se repita en otros puntos. Lo ideal sería que ahora prendiera la mecha, pero de la solidaridad.