Fresno del Camino recibe sus antruejos el martes 1 de marzo
La localidad leonesa de Fresno del Camino recupera su tradicional Antruejo. En los años 50 del pasado fue la última vez que el “toro” de Fresno salió acompañado por diferentes personajes y guirrios mascarados a recorrer las calles de esta localidad.
Los actos comienzan el sábado 26 de febrero, a las 10.30 de la mañana, con la tradicional Hacendera de Carnaval, que consiste en una limpieza del valle y repoblación de los árboles.
La salida tradicional del Toro tendrá lugar el martes 1 de marzo a las 19 horas, acompañado por los demás personajes del Antruejo. Una hora más tarde, a las 20 horas, comenzará la degustación de “fijuelos” y orejas de carnaval en el Local de Actividades.
Para los más pequeños de la casa, el sábado 5 de marzo tendrá lugar un acto de animación infantil con Txirispita. Por la tarde, a las 19.30 horas, dará comiendo el carnaval menos tradicional y una degustación de escabeche.
Motivos de diferentes índoles hicieron que esta tradición ancestral se dejara de celebrar. A pesar de ello, la tradición del antruejo siempre ha tenido arraigo en la localidad, y cada año sus vecinos trataban de disfrazarse de tal manera que el resto no los reconocieran. Juntos disfrutaban y degustaban escabeche en las escuelas del pueblo, el martes de Carnaval.
En los últimos años, gracias a la iniciativa de un grupo de personas de esta pequeña localidad, junto a la colaboración de la junta vecinal y de la Asociación Fresno y Ermita, ha sido posible recuperar esta tradición. Los relatos de los más mayores de la localidad, que aún recordaban cómo se celebraba el Antruejo en Fresno, han sido claves para recuperar esta tradición de la forma más fiel.
El tradicional Antruejo de Fresno del Camino se caracteriza entonces por la presencia de un “toro” elaborado con un armazón de madera, recubierto por una manta vieja, un par de cuernos, una careta de madera y una mullida. Bajo este armazón va un mozo embistiendo a todo el mundo que encuentra a su paso. Las máscaras de los diferentes personajes y guirrios, están elaboradas con madera de palera y las personas van vestidas con ropas antiguas llevando elementos fustigadores y cencerros que delatan su presencia y pretenden ahuyentar a “los malos espíritus” recorriendo las calles de la localidad tratando de untar con ceniza a todo aquel se encuentra a su paso.
