Europa fija a León como nudo logístico intermodal al nivel de Valladolid pero secundario en conexión con puertos

Transporte por carretera y por ferrocarril pasando junto a la futura Plataforma Logística Intermodal de Torneros en León.

C.J. Domínguez / Agencia ICAL

Apurando la Presidencia española de turno de la Unión Europea, en las últimas horas se ha cerrado de reglamento a medio plazo para actualizar y poner calendario oficial a la Red Transeuropea de Transportes (RTE-T) , pactado entre el Parlamento y el Consejo, y con el respaldo de la Comisión, que definitivamente otorga a la provincia de León el principal protagonismo logístico de ferrocarril y por carretera en las conexiones dentro del Corredor Atlántico con Europa, aunque la relega en las conexiones con los puertos de mar.

Principalmente, la nueva revisión provisional de 2023 fija en el Corredor Atlántico en Castilla y León dos únicas terminales intermodales para logística y mercancías que aúnen tren y transporte por carretera, que serán las de León y Valladolid dentro de la red básica, la cual que debe estar lista como muy tarde en el año 2030. En segundo plano quedan las de Burgos y Salamanca, que figuran en la red global, con horizonte a 2050.

Además, estas cuatro capitales se convertirán en nodos urbanos de este trazado, y destaca el hecho de que se incorpora la Ruta de la Plata ferroviaria, la línea cerrada en 1985 entre Astorga (León) y Plasencia (Extremadura) para vertebrar todo el oeste más despoblado del país. En este caso, también la reapertura de esta línea, que últimamente se exige con más fuerza, el plazo de ejecución también se alargaría hasta 2050. Esta línea es la principal novedad respecto a la revisión, no muy positiva para León pero mucho mejor que la pretensión de la Junta, que se hizo en 2018.

En lo que también afecta a la provincia leonesa, dentro de esa red global con idéntico escenario temporal se relega la mejora del tramo ferroviario entre Astorga y El Bierzo, en el llamado Nudo del Manzanal, el embudo de comunicaciones de tren que asfixia a la provincia leonesa al mismo nivel que el peaje de la autopista León-Astorga. El arreglo a 27 años vista permitirá, eso sí, garantizar para entonces la circulación de trenes por encima de los 200 kilómetros por hora.

En el caso de los corredores ferroviarios de pasajeros, los nuevos mapas recogen las líneas de alta velocidad desde Madrid a Valladolid, Burgos, León y Asturias o Medina del Campo y Salamanca, como hacia Zamora y Galicia. También en este ámbito figuran en el reglamento actualizado la Ruta de la Plata, la construcción de la conezión mejorada entre Astorga y el Bierzo hacia Galicia, así como entre Palencia y Santander; Burgos y Vitoria, y Ávila y Segovia.

Lo peor de los nuevos mapas es que se confirma ahora desde Europa el plan que comenzó a diseñar la Junta de Castilla y León en 2014, y que dejaba a León fuera del trazado de conexiones de los importantes puertos de mar portugueses de Lisboa y Oporto hacia Europa, ya que esas conexiones se ceñirán excusivamente en el eje que forman las estaciones, puertos secos y provincias del eje Salamanca-Valladolid-Palencia-Burgos. La no ejecución en dos décadas de la autovía o vía rápida entre Bragança (Portugal) y León por Sanabria y La Bañeza ha sido finalmente un lastre, como siempre de advirtió. Al menos, en el resto de conexiones León sí vuelve al mapa a corto y largo plazo, como la propia Europa tuvo que enmendar al Gobierno autonómico.

Ninguna autovía prioritaria en León

Respecto a las carreteras, el reglamento recoge el trazado de la Autovía de Castilla (A-62) en la red básica y la autovía del Norte (A-1) entre Madrid y Burgos. En la global (hasta 2050) se dejan tres que afectan a León, como son la Autovía del Noroeste (A-6), la Ruta de la Plata (A-66, León-Benavente en nuestro caso) y su continuidad de peaje de la autopista León -Asturias AP-66, cuya concesión precisamente termina en ese año 2025.

También con el hismo horizonte aparecen las autovías de la Rías Bajas (A-52), la A-50 (Salamanca-Madrid), o la A-73 (Burgos-Aguilar), junto a dos tramos de la Autovía del Duero (A-11) entre Tordesillas y la frontera portuguesa, y la A-65 entre Palencia y Benavente (Zamora).

En cuanto a las ciudades en sí, León será considerado como Valladolid, Burgos y Salamanca nodo urbano. Se designan como tales un total de 430 ciudades principales de la red en toda Europa, y eso significa entre otras cosas que tendrán que desarrollar planes de movilidad urbana sostenible para promover un transporte de “bajas emisiones” obligatorio.

Gobernanza de los tres niveles

Para garantizar la finalización oportuna de la red (para 2030 para la red central, 2040 para la red central extendida y 2050 para la red integral), este acuerdo, según fuentes de la Comisión, incluye una mejor gobernanza, con, por ejemplo, proyectos ejecución para los principales tramos transfronterizos y otros tramos nacionales específicos a lo largo de los nueve corredores de transporte europeos.

Además, Bruselas entiende que esto, junto con una mayor alineación entre los planes nacionales de transporte e inversión y los objetivos de la RTE-T, garantizará la coherencia a la hora de establecer prioridades para infraestructura e inversión.

El acuerdo político alcanzado anoche debe ahora adoptarse formalmente. Una vez que el Parlamento Europeo y el Consejo completen este proceso, las nuevas normas se publicarán en el Diario Oficial de la Unión Europea y entrarán en vigor 20 días después.

El lanzamiento de la nueva RTE-T y sus nueve nuevos corredores de transporte europeos será un tema clave en los Connecting Europe Days que se celebrarán en Bruselas del 2 al 5 de abril de 2024 y que supone el evento tradicional de la movilidad en Europa.

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