Las encrucijadas de MasterChef 4

Nuria V. Martín

La primera prueba se basaba en la elección más ancestral, cielo o infierno. Los aspirantes más comedidos se quedaron con la caja del cielo, para elaborar un pastel de cabracho, y los más valientes eligieron el infierno, con menos tiempo pero haciendo una elaboración propia de setas. En lo que ellos metían las manos en la masa los jueces se paseaban por las cocinas y para variar Jordi soltó alguna perlita a David, nuestro descendiente leonés y estudiante de INEF en la ULE. Pero los elogios del chef no se quedaron ahí, a la hora de presentar los platos tenían que elegir entre el de su compañero de al lado o el propio y el que ganará hará capitanes a los dos, y aunque el seleccionado para la cata fue el del joven Juan el estudiante leonés tuvo que probar su propio plato y escuchar: “si Pepe tiene el pin de la inmunidad yo quiero el de la eliminación. No llega a plato de amateur ni plato de nada. Ponte las pilas”. Mal de muchos consuelo de tontos, ya que sólo dos cabrachos fueron los mejor parados, siendo Natalia la nueva capitana y su compañera Dania la otra.

La prueba por equipos se traslada hasta Teruel para escarbar en busca de un manjar, la trufa. A ciegas los aspirantes fueron sacando de una caja el color de su equipo, David cayó en el de la rusa. La elección del menú también fue a ciegas, pero la sorpresa llegó a mitad de la prueba cuando les añadieron un postre a mayores, en el equipo rojo le tocó a David hacerse cargo de él, cometiendo el error de meter una tabla de cortar en el horno. Los jueces les pidieron a los equipos que hicieran una bandeja extra para que ellos la probaran, pero al no hacerlas tuvieron que rebañar las sobras. El enfado hizo que el los aspirantes que irían a la prueba de eliminación fueran las dos capitanas, las que tuvieron que decir a dos de sus compañeros para que se pusieron en delantal negro, pero para desgracia de David la última palabra la tenían los jueces penalizándole por la madera en el horno.

Raquel, Juan, Dania, Raichel, Natalia y David se jugaron seguir cocinando en el programa con todas las elaboraciones que se les ocurriera con un microondas y un robot de cocina. El “leonés” tuvo más problemas con sus nervios que con los cacharros de cocina, asegurando que sólo utiliza el microondas para calentar. Como siempre es Jordi el que le da el toque de atención remarcando que sólo estaba utilizando el robot, además de tener pocos ingredientes. David no supo afrontar esta prueba sin encender los fogones y como resultado fue que el aspirante más risueño abandona las cocinas de MasterChef 4.