Te he echado de menos en Pekin Express

Nuria V. Martín

La soledad, es lo que ha padecido un integrante de cada una de las seis parejas que siguen en la carrera. Separados de su otra mitad, que estaba esperándoles en una tribu Soliga, tuvieron que usar todas sus armas para llegar a reunirse, como hizo Sonia con sus encantos de mujer. Llegar cuanto antes tenía la recompensa de poder elegir a su nuevo compañero para la temida etapa de intercambio. Según encontraban la bandera elegían a “pedradas”, tirando pequeñas chinas, en lo que bailaban en círculos los otros integrantes, como hacen los de la tribu para elegir un marido. La madre leonesa llegó cuarta a la elección y le dedicó a su hija unas palabras: “Llevo un hándicap todo el programa contigo”, separarse era necesario para espabilar pero también para echarse de menos.

Las parejas mixtas para llegar a la prueba de la inmunidad se compusieron: el bloguero y el primo de ukulele, los aristócratas y los boxeadores se intercambiaron entre ellos manteniendo la variedad de sexos, la astorgana eligió a la bloguera, la jerezana con la joven leonesa y el primo gorrillas como último en llegar se quedó con la otra ama de casa. A mitad de camino tuvieron que buscar alojamiento, donde algunos concursantes vieron sus incompatibilidades con su acompañante, como Sonia que no llevó muy bien el pasotismo de Priscila, mientras que otras se entendieron a la perfección como Ylenia con Mª José la jerezana, que aunque tuvieron que dormir rodeadas de vacas supieron disfrutar de la experiencia y mimetizarse con el entorno.

No había plazas limitadas en el juego de inmunidad, pero será importante llegar los primeros a la ciudad de Bangalore. Tenían que completar una ristra de flores, sólo la mitad porque la otra parte la terminaba el otro integrante de la pareja original según fueran llegando. Blanca y Pepe fueron los más rápidos y se hicieron con la inmunidad. Pero todas las parejas tuvieron que hacer la ristra de flores porque marcara su posición en la siguiente etapa después de la asamblea. La inmunidad de los aristócratas les vino en el momento que más lo necesitaban, hay dos bandos muy marcados, creando un empate técnico que solventaron los inmunes colocando a sus odiados blogueros como ovejas negras además de salir en la última posición.

Sólo a veinte kilómetros se encontraba la meta. Las leonesas quedaron fuera de peligro en tercera posición y fueron los blogueros los que fueron últimos, a pesar de ello se libraron porque parece que esta es la edición de las tarjetas libres. En cuanto se vieron de nuevo en la competición Priscila firmó la paz con los aristócratas con un abrazo, pero tanto amor no les va a librar del hándicap.