Un día para celebrar la felicidad

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Concurso de fotografía - Día de los Derechos Humanos en Armenia. PNUD/Hovhannes Manukyan

ileon.com

Las redes sociales se han llenado de mensajes 'happy' con motuvo del Día Internacional de la Felicidad, una celebración aprobada por la ONU en 2012 y que este 2014 se celebra por segunda vez.

La ONU aprobó la celebración de este día “consciente de que la búsqueda de la felicidad es un objetivo humano fundamental” y apuntan este año que el mundo necesita “un nuevo paradigma económico” que reconozca «la paridad de los tres pilares del desarrollo sostenible», el social, el económico y el medioambiental.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha reconocido la iniciativa, aprobada a instancias de Bután, un país que reconoce la supremacía de la felicidad nacional por encima de los ingresos nacionales desde principios de los 70, cuando adoptó el concepto de un Índice de Felicidad Nacional Bruta para sustituir al más tradicional Producto Interior Bruto (PIB).

La Asamblea General de la ONU, en la resolución 66/281 el 12 de julio de 2012 decretó el 20 de marzo Día Internacional de la Felicidad, para reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno.

La resolución invita a todos los Estados Miembros, a los organizaciones nacionales, regionales e internacionales, a la sociedad civil y a las personas a celebrar este Día, y promover actividades concretas, especialmente en el ámbito de la educación.

Miles de mensajes de felicidad han llenado Twitter con los Trending Topic “Día Internacional de la Felicidad” y #diadelafelicidad

Mensaje Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU, con motivo del Día Internacional de la Felicidad.

Los dos conceptos parejos de la felicidad y el bienestar ocupan un lugar cada vez más relevante en las deliberaciones internacionales sobre el desarrollo sostenible y el futuro que queremos.

Muchos países están procurando ir más allá de la mera defensa de la calidad de vida y han incorporado ya medidas prácticas para promover esos conceptos en sus procesos legislativos y de adopción de medidas. Esas buenas prácticas pueden servir de inspiración para otros países, a fin de lograr que la medición y la consideración del bienestar personal en un sentido amplio, y no solo del ingreso nacional, se conviertan en una práctica universal.

La felicidad puede tener significados diferentes para cada persona, pero creo que todos podemos estar de acuerdo en que su logro implica trabajar para poner fin a los conflictos, la pobreza y otras circunstancias desafortunadas en las que viven tantos de nuestros semejantes.

La felicidad no es una frivolidad ni un lujo, es un profundo anhelo que compartimos todos los humanos. Por ello, no se debe negar a ninguno y debe estar al alcance de todos. Esa aspiración figura implícitamente en el compromiso asumido en la Carta de las Naciones Unidas de promover la paz, la justicia, los derechos humanos, el progreso social y un mejor nivel de vida.

Ha llegado el momento de plasmar esa promesa en medidas nacionales e internacionales concretas que permitan erradicar la pobreza, promover la inclusión social y la armonía intercultural, garantizar unos medios de vida dignos, proteger el medio ambiente y construir instituciones que propicien la buena gobernanza, porque esos objetivos son los cimientos para asegurar la felicidad y el bienestar de todos los seres humanos.

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