Los detectives privados no existen sólo en las pelis

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Milena Pasetti

Tanta novela negra y muchas películas clase B han forjado una imagen distorsionada, casi romántica, sobre el trabajo de los detectives privados. Lamento desilusionarles, pero los integrantes de Magna Detectives no visten gabardina marrón, ni llevan una cámara de fotos semiescondida en la solapa.

Tampoco nos reciben en una destartalada oficina con cortinas americanas, sino en un modernísimo despacho equipado con tecnología que pondría los dientes largos a más de un “geek” de la electrónica. Por razones de seguridad, no podremos develar la identidad de nuestro emprendedor de esta semana, ni tampoco publicar su fotografía.

Un cierto halo de misterio, es verdad, que contribuye a fortalecer el concepto equivocado sobre el trabajo de los detectives. Algo que rápidamente se encargan de aclarar: “Nuestra actividad fundamental es la de aportar pruebas para procesos judiciales, aunque no todas las pruebas que obtenemos van a ser utilizadas en un proceso judicial.A veces, sólo las utiliza el cliente para tomar sus decisiones personales sobre un tema que le preocupa”.

“La gente tiene una imagen de los detectives que sale de la novela negra, o de CSI. Incluso, que hacemos cosas al borde de la ley. Nada que ver con eso”, indica el propietario de Magna Detectives, a quien llamaremos Francisco.

“El hecho de que las pruebas sean aportadas por un detective es lo que les da la legitimidad. Es una profesión que está regulada por el Ministerio del Interior, se requieren tres años de estudio para obtener una licencia. Por eso, las pruebas que se obtienen de manera regulada, siempre dentro de los límites legales, tienen validez ante un juez. A veces, somos los ojos del juez”, precisa.

Sus servicios

La lista de los servicios para los que puede ser contratado un detective privado es sorprendentemente larga. Desde asuntos privados de las personas (sí, las clásicas infidelidades forman una parte importante de su trabajo), hasta asuntos relacionados con protección de marcas y patentes, o la detección de un fraude laboral.

“Por ejemplo, en el ámbito de los particulares, un servicio demandado es vigilar el comportamiento de los hijos, para ver si tienen alguna adicción u otros problemas. O los informes prematrimoniales, cuando uno de los prometidos quiere saber si todo lo que conoce de su pareja es cierto, antes de dar un paso tan importante”, indica Francisco. También la vigilancia de inquilinos, deudores o ex cónyuges para denunciar el incumplimiento de determinadas obligaciones.

En cuanto a empresas, destaca que se trata de velar por sus intereses en los distintos ámbitos en los que tiene relaciones: “clientes, proveedores, sus propios trabajadores. Dentro del ámbito laboral, por ejemplo, tratamos fugas de información, bajas fingidas, absentismo laboral, o algún empleado que puede estar cobrando una comisión ilegal, o sufriendo amenazas”.

¿Es caro contratar a un detective?, le preguntamos a nuestro emprendedor. “No es un servicio barato”, admitió. Indicó que lo que hacen es estudiar cada caso en particular, para determinar las necesidades mínimas para poder garantizar un resultado. “Puede haber casos sencillos o cosas más complejas, que requieran seguimientos por varios días o la participación de más de un detective. Por eso cada caso es único”.

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