Como pasa en muchas ciudades de todo el mundo, las calles de Ponferrada se convierten cada día en escenario para el deporte, de la mano del gran número de ciclistas, corredores o patinadores que cada día pisan el asfalto de la capital berciana en busca de su mejor tiempo. Aunque hay ocasiones en que el mejor tiempo no es lo más importante. Así, minimizar los riesgos asociados a la muerte súbita durante la práctica del ejercicio físico, mediante una detección precoz de patologías cardíacas que pudieran causarla, es uno de los frentes de batalla en los que trabaja la unidad de medicina deportiva (UMD) del Hospital de la Reina, que alcanza sus primeros seis meses de andadura desde su puesta de largo en febrero de este año.
Su responsable, el doctor Ricardo Vélez, valora como “muy positivo” el balance de este primer medio año de trabajo, aunque se muestra apenado porque esas “buenas noticias, desde el punto de vista egoísta” para el departamento médico hayan significado el fin, o al menos, un largo paréntesis, en los sueños deportivos de algún paciente. “Hemos detectado patologías que podrían haber derivado en una potencial muerte súbita, pero al precio de decirle al paciente que no siga haciendo deporte”, lamenta. Pese a ello, valora que alguno de esos pacientes les ha expresado más tarde su “agradecimiento” por el diagnóstico.
Dos fases de trabajo
Las muertes súbitas asociadas al deporte son una lacra de la que ninguna disciplina se salva, aunque en España quizás los casos más recordados sean los de los futbolistas Antonio Puerta y Dani Jarque. Estos dramáticos sucesos han afectado tanto el deporte de élite, como al de base, por lo que “concienciar a la gente para que pase por una UMD para minimizar riesgos antes de ponerse a practicar deporte” es una de las tareas a desarrollar por este departamento. “Mucha gente está dispuesta a gastarse mucho dinero en unas zapatillas o en una bicicleta, pero ven innecesario acudir a un especialista para obtener un diagnóstico completo”, explica.
En ese sentido, el trabajo de la unidad, la única de este tipo en la comarca del Bierzo, se dirige a todo tipo de pacientes, tanto el que hace deporte amateur, apartado en el que se incluyen los niños, como el que se aproxima a la práctica deportiva desde una perspectiva más profesional. Así, el trabajo se divide en dos fases, una previa a la competición en la que se realiza un extenso reconocimiento médico con análisis, una exploración clínica básica y una prueba funcional respiratoria en el caso de los mayores de 35 años, y una segunda fase encarada a la recuperación de una lesión, desde su diagnóstico hasta la rehabilitación.
Situación de partida
Respecto a las pruebas de valoración funcional, su objetivo es “saber cuál es la situación de partida”, explica el doctor. Dos cardiólogos se encargan de llevar a cabo un 'screening' cardiológico, compuesto por un electrocardiograma en reposo, un ecocardiograma y una prueba de esfuerzo, como “pruebas básicas destinadas a descartar una patología que potencialmente podría producir una muerte súbita”. “Cuando detectamos un problema no asociado al deporte en todas las pruebas, algo que pueda considerarse una patología médica, el paciente se deriva a la unidad correspondiente”, explica.
Además, un preparador físico se ocupa de hacer una valoración del aparato locomotor y de los riesgos lesionales, a partir de una antropometría básica que se completa con una analítica en la que constan parámetros como la fatiga muscular o la capacidad aeróbica. Este protocolo inicial no está encarado a ningún deporte en particular y su resultado es la valoración del deportista como apto o no para la práctica, así como un informe con recomendaciones a seguir, relativas a aspectos como la corrección de desequilibrios musculares, causados por una mala pisada o por tener una pierna ligeramente más corta que la otra.
El otro gran frente de trabajo para los profesionales de la unidad consiste en la rehabilitación de lesiones. Para ello, la UMD dispone de un servicio de radiodiagnóstico que, en función de la patología, practicará la pertinente ecografía, resonancia magnética o escáner. Una especialista en traumatología, un médico rehabilitador, un asesor deportivo y un fisioterapeuta son los encargados de dirigir la etapa de la rehabilitación y la readaptación al gesto deportivo.
Seguimiento
El objetivo de futuro para los miembros del departamento es llevar a cabo un acompañamiento del deportista y de sus potencialidades de mejora, de la mano de un preparador físico que mida su adaptación al ejercicio. Ello ayudaría a monitorizar fenómenos como el llamado 'corazón del deportista', que sufre modificaciones morfológicas con el entrenamiento a lo largo del tiempo, recuerda Vélez.
Al respecto, el responsable de la UMD insiste en que “una persona que practique deporte de manera continuada debería someterse a una prueba de este tipo al menos una vez cada dos años”, un plazo que se acorta a un año en el caso del deporte profesional. En cuanto a la valoración analítica, Vélez recomienda una periodicidad cuatrimestral y recuerda que muchas de las pruebas que se practican son obligatorias en el caso del deporte federado o en el acceso a determinadas oposiciones.
Hidratación, nutrición y descanso
Uno de los perfiles que más se acerca a la UMD es el de personas que se disponen a practicar deporte por vez primera y quieren conocer el tipo de ejercicio que más les conviene o la frecuencia o la intensidad con la que pueden practicarlo. Ante ese perfil y más allá de las recomendaciones médicas concretas para cada caso, Vélez recuerda que “lo más importante es asegurarse de tener un buen programa de entrenamiento en cuanto a la hidratación, la nutrición y el descanso”.
Son aspectos que “la mayoría de la gente no tiene en cuenta”, recuerda el doctor, que insiste en la necesidad de “aprender a beber y a comer, antes después y durante el deporte” como una de las asignaturas pendientes entre los que practican deporte de una manera más informal. Por ello, la unidad también dispone de un especialista en endocrinología y nutrición, que ofrece asesoramiento, control y valoración de la dieta del paciente y recomienda, en cada caso, los complementos alimenticios que aporten las proteínas, vitaminas o hidratos de carbono necesarios. Además, una correcta recuperación después del ejercicio es la mejor manera de evitar la fatiga muscular, que es el primer paso para causar una lesión, recuerda Vélez.