David Díaz Revilla, candidato al Colegio de Abogados: “Tenemos que proteger pero tampoco podemos ahogar”
El viernes 31 de octubre se abre un nuevo ciclo, con elecciones para elegir a la próxima persona que dirija el Colegio de la Abogacía de León, y la decisión de Fernando Rodríguez Santocildes de no volver a presentarse hace que esa persona se vaya a estrenar en el puesto.
David Díez Revilla y los miembros de su candidatura apuran los últimos días de su campaña electoral. Él es el expresidente de los Abogados Jóvenes de León y ha ocupado cargos en la junta directiva del Colegio desde hace más de una década, bajo el mandato de cuatro presidentes diferentes. También resalta como un valor que su hermana, María Díez Revilla, actualmente es decana y presidenta del Colegio de Economistas de León.
Suma también su experiencia profesional privada, desde hace 25 años en el gabinete jurídico Trivium, en León capital, donde nació, y también institucional.Se presenta con un programa amplio y completo que le acompaña y airea durante la entrevista.
- ¿Cuál es un la hoja de ruta que proponéis para tomar las riendas de este colectivo, del Colegio de Abogados de León?
- Nosotros el programa lo venimos haciendo desde hace mucho porque yo ya tengo decidido que me presento hace tiempo. Por un problema de salud grave he estado ahí un poco en segunda línea, he sido el tesorero del Colegio y eso me ha permitido trabajar diariamente. No es un papel fácil ser tesorero, sobre todo porque supone un contacto directo con el compañero de otra manera. Y conoces las necesidades desde dentro. Parece que hay veces que tiene uno que venir desde fuera para cambiar una institución y yo soy de los que creen que las instituciones cambian desde dentro.
- Se escucha mucho una palabra: “Modernización”. ¿Es uno de los retos importantes?
- Se dice “David dice que va a modernizar el Colegio que deja Santocildes”. No, es que tengo que modernizar porque ahora continuamente tienes que modernizarlo todo. Por ejemplo, desde hace dos años para acá la IA (inteligencia artificial) nos ha comido vivos. Ahora es una formación distinta, hay que tener una mentalidad distinta. Los decanos de toda la vida que eran gente de más edad, que ven ve la vida de otra manera. Yo, si llegan a presentarse decanos 'vacas sagradas' del derecho, que decimos, no me presento porque yo valoro muchas cosas. Pero esos perfiles hoy no quieren, primero porque tienen grandes despachos, ahora en un Colegio hay que afrontar una transformación brutal.
- ¿Qué equipo acompaña a su candidatura? ¿Cómo se ha diseñado?
Yo he hablado con mucha gente para hacer un equipo, no todo el mundo que dice que sí a la primera. Se necesita gente que tenga disponibilidad de tiempo, que le guste la vida institucional y que todavía valore hacer cosas de manera gratuita por los compañeros. Ese esfuerzo común que hoy ya prácticamente no existe. La vida colegial es institucional y tenemos que ser institucionales, no políticos, que es una diferencia muy grande. Das el paso y viene un programa con una serie de medidas y cuando lo vas leyendo todavía incorporarías otras cosas, está muy vivo. Aquí varitas mágicas no hay: Es mucho trabajo y, sobre todo, contar ahora mismo con muchos medios externos. Tienes que colaborar con gente, fíjate, con el tema digital. Tienes que contar con los mejores siempre. Nosotros los abogados nos dedicamos al derecho. Y hay gente ahora mucho con la comunicación, al tema de las redes, la cosa ha cambiado, trabajamos mucho eso, con el tema de los productos bancarios se ha visto. Tienes que tirar de esa gente, porque a su vez ha trabajado con otros profesionales, tecnológicos y de comunicación.
- ¿Eso supone un perfil de candidatura más moderno?
- Tengo mucha relación con la abogacía joven. Una de las primeras cosas que hice en la candidatura fue hablar con gente de la abogacía joven, creo que sin entenderlos no puedes dirigir el Colegio. Esto no se puede ver desde arriba, desde un despacho, hay que verlo desde el suelo, con la gente que sufre el día a día. Y eso te da una visión muy diferente de lo que se necesita. Yo vengo de una época en la que se hacían muchas cosas, en la que hubo una gran movilización contra las tasas judiciales, con Gallardón. Aquel movimiento de protesta fue brutal. Eso fui yo al frente de la Confederación Española de Abogados Jóvenes. Después se sumó la Brigada Tuitera, con Pepe Muelas, que falleció estos días, a caballo. Todavía era esa época de los jóvenes de la Universidad, que discutes de derecho... Eso no se educa ahora, parece que ni está bien visto. ¿O tú puedes discutir políticamente con libertad ahora? El Colegio no puede posicionarse con nadie, salvo una barbaridad, por ejemplo si se ataca la independencia judicial.
- ¿Cómo ves entonces la evolución de la abogacía en estos últimos años?
- Yo llevo más de veinte años en la vida institucional y te digo una cosa: no es fácil. Hay que tener paciencia, saber escuchar, y tener claro que aquí nadie te aplaude. Lo haces porque crees en la profesión, no por protagonismo. Hoy en día hay un problema: parece que si dices algo que no coincide con el discurso dominante ya eres de un lado o del otro. Y eso es muy peligroso. En la abogacía no puede haber colores, aquí tenemos que defender la independencia, el respeto a la justicia y la libertad de los profesionales. Eso es lo que debería unirnos.
- Has dicho que las instituciones mejor se cambian desde dentro. ¿Qué significa eso en el contexto del Colegio?
- Significa que hay que conocerlo, que no vale llegar un día y decir: “Voy a cambiarlo todo”. No. Es un proceso que viene de equis años trabajándolo, desde dentro, también desde fuera, porque aprendes de otras instituciones, colaboras. Creo que ahora mismo dar el salto desde fuera de un colegio, sin más, es muy complicado. Porque te va a llevar dos, tres, cuatro años entender una institución. Yo llevo mucho tiempo en el Colegio, sé cómo funciona, sé cuáles son sus virtudes y sus defectos. Y sobre todo sé que la gente que trabaja en el Colegio necesita dirección, pero también apoyo. Ganar unas elecciones es solo el principio. Lo importante viene después: levantarte todos los días, estar ahí, atender a los compañeros que tienen un problema con el turno, con un expediente, con una sanción, con una queja. Por eso digo que la figura del decano no se construye en una campaña, se construye con años de trabajo. Y eso también lo valoran los compañeros.
- Entonces, ¿crees que hace falta continuidad o un cambio profundo?
- No es cuestión de continuidad o de ruptura. Cada decano deja su impronta, su estilo, su forma de hacer las cosas, pero el Colegio cambia constantemente, aunque no lo parezca. te apetece construir algo. Yo he trabajado como presidente de Abogados Jóvenes he trabajado en León siendo decano Ricardo Gavilanes, en Madrid como vicesecretario general con Jesús López Arenas, anterior decano aquí, con José Luis Gorgojo en su Junta, con Fernando Santocildes en su Junta... ¿Que si soy continuista? Es que he trabajado con cuatro decanos pero es que cada año esto se transforma de una manera distinta.
Las circunstancias políticas, judiciales o sociales te obligan a adaptarte. Mira, ahora mismo tenemos temas importantísimos sobre la mesa: el turno de oficio, la justicia gratuita, la despoblación, la digitalización, los partidos judiciales... Todo eso está cambiando, y tú tienes que ir adaptando el Colegio a ese movimiento. No puedes ser inmovilista, pero tampoco puedes ir improvisando. Necesitas equilibrio, experiencia y un equipo que entienda la institución.
- Has mencionado el turno de oficio y venimos de una considerable y reciente convulsión. ¿Qué opinas de cómo se encuentra actualmente?
- El turno de oficio es la base de la abogacía social y hay que cuidarlo. Sin turno de oficio, muchos ciudadanos no tendrían acceso a la justicia. Pero también hay que decirlo claramente: el turno de oficio tiene que estar bien remunerado. No puede ser que sigamos cobrando cantidades que, en algunos casos, no cubren ni los gastos. Eso es injusto y desmotiva a los compañeros. Y aquí no hay colores: todos los candidatos pensamos igual en esto. El turno de oficio no puede seguir siendo una heroicidad. Debe ser un trabajo digno, con un reconocimiento legal y económico adecuado. Defiendo lo mismo al turno de oficio que a los que no están, y el 80% de la actividad del Colegio se dedica al turno de oficio. Sin embargo, ¿se beneficia un abogado de pagar las cuotas? No lo sé, se beneficia el Colegio.
- Es que la Mutualidad de la abogacía ha sido un tema muy sensible, que ha vivido no pocas protestas para solventar muchos problemas.
- Sí, ese tema es muy delicado. Yo soy mutualista, llevo muchos años siéndolo. Era fácil atacarme, con el tema de la Mutualidad. Yo soy vocal pero ¿quién va a discutir la pasarela RETA? Por eso digo hay que hablar con rigor, sin demagogias. El problema es que durante años no se explicó bien y mucha gente se metió en la Mutualidad sin entender qué contrataba. Eso ha generado frustración, porque pensaban que era una pensión pública cuando en realidad es un sistema privado. Son tonterías que yo tenga conflicto de intereses, no tengo ninguno: representas a todos, defiendes a todos. Yo y mi familia somos mutualistas pero dentro del Colegio tenemos cincuenta casuísticas diferentes. Entonces abanderar... Tú defiendes una posición pero aquí hay muchas y hay que defenderlo todo.
¿Y cómo crees que hay que afrontarlo?
Ahora mismo hay que hacer pedagogía. ¿El tema de las edades? Para todo el mundo. Pero vamos más allá: ¿Por qué un abogado no va a tener derecho al complemento a mínimos, como tiene cualquier ciudadano en España? Cuando llegue el momento de decidir entre Mutualidad o la pasarela RETA, lo fundamental será que cada uno tenga la información clara y veraz para poder elegir. Y el Colegio ahí tiene que ser neutral, tiene que informar, no influir. Porque el Colegio representa a todos los colegiados, estén en la Mutualidad o en el RETA. Yo no tengo ningún conflicto de interés. Y, sobre todo, hay que defender los derechos adquiridos, garantizar que nadie se quede atrás. Por ejemplo, el complemento a mínimos o las pensiones más bajas deben estar protegidas. Eso es justicia social, y eso también forma parte de la abogacía.
- Una vez que pasen las elecciones, ¿cuál sería tu primera prioridad si resultas elegido?
- Lo primero es organizar la Junta de Gobierno. Eso significa repartir responsabilidades, definir las áreas, crear las comisiones y marcar objetivos claros. No se puede empezar a lo loco, porque entonces el día a día te come. Hay que revisar la organización interna del Colegio, ver cómo está el personal, qué procedimientos funcionan y cuáles no, cómo se están gestionando los recursos. Yo soy muy partidario de la eficiencia: si algo se puede hacer más fácil, más rápido y más útil para el colegiado, hay que hacerlo. Y luego, muy importante, la modernización tecnológica: Tenemos que actualizar la parte digital del Colegio, tanto en la gestión interna como en los servicios que damos a los colegiados. Ahora todo pasa por la tecnología: las comunicaciones, la formación, los expedientes, los pagos, todo. Mi idea es que, en los primeros meses, se elabore un Plan Estratégico a dos años vista. Un documento serio, con líneas de actuación, responsables, recursos y plazos. Porque si no tienes planificación, el día a día te arrastra, y el Colegio no puede vivir solo de apagar fuegos.
- ¿Y cómo se prepara un Plan Estratégico como el que mencionas para una institución como esta? Parece lógico que las ideas básicas ya formen parte del programa...
- Pues primero escuchando, hablando con el personal, con los colegiados, con las delegaciones, con los abogados jóvenes, con los veteranos. El Colegio no es del decano, es de todos, y las decisiones tienen que salir de la base. Después, hay que analizar los datos: cuántos colegiados somos, qué servicios se usan, cuáles no, qué demandas hay... Y a partir de ahí, priorizar, porque no se puede hacer todo a la vez. Hay que distinguir lo urgente de lo importante. Y ser realistas: el Colegio tiene unos recursos, y no puedes prometer lo que no puedes cumplir. Prefiero comprometerme a tres cosas concretas y cumplirlas, que prometer diez y no hacer ninguna.
- Ha habido en los últimos años una tensión latente, más o menos evidente, con la comarca del Bierzo. ¿Cómo planteas afrontar este problema?
- Sí, eso hay que hablarlo con claridad. En mi equipo hay gente que ya trabajó en la etapa de los Abogados Jóvenes con quienes hoy están en la Delegación del Bierzo. Tenemos una relación muy buena y de confianza y yo creo que los roces que hubo en los últimos años fueron más por la distancia que por otra cosa, porque León y Ponferrada están lejos, y a veces eso genera malentendidos o sensación de olvido. Pero no hay diferencias reales, lo que falta es comunicación constante. Mi objetivo es tender puentes, no levantar muros. Hay que tener reuniones periódicas, colaboración real y transparencia en las decisiones. El Bierzo es una parte esencial del Colegio, y tiene que sentirse escuchado. Además, quiero modernizar las instalaciones, tanto en León como en Ponferrada. Y una de las ideas que tengo es aprovechar los espacios del Colegio para crear zonas de coworking, puntos de encuentro para abogados jóvenes, incluso áreas donde se puedan realizar reuniones o formaciones. El Colegio tiene que estar vivo, ser útil, no ser un edificio vacío. Eso también ayuda a reducir costes: si los espacios se usan, se optimizan los recursos y se crea comunidad. Y, sobre todo, se refuerza la presencia del Colegio en el Bierzo.
- ¿Y los pueblos, y los partidos judiciales más pequeños?
- A ver, no podemos tener sedes abiertas en todos los partidos judiciales, eso sería inviable. Pero sí podemos dar facilidades. La tecnología tiene que servir para eso, para acercar el Colegio a los compañeros que están lejos. Por ejemplo, con herramientas digitales, con asesoramiento online, con formación a distancia. Y, sobre todo, con presencia: Hay que ir, hay que estar. En mi candidatura hay compañeros de zonas rurales, precisamente porque queremos escuchar esas realidades. No es lo mismo ejercer en León que en Cistierna, en Sahagún o en La Bañeza, y eso hay que entenderlo desde la Junta de Gobierno. El Colegio tiene que estar para todos, tiene que proteger pero tampoco puede ahogar.
- ¿Cómo te planteas que esa sociedad leonesa debe sentir el aliento de un colegio oficial el Colegio de Abogados?
Creo que el peor enemigo de los abogados somos nuestros mismos. Es decir, si miramos hacia dentro todo el tiempo, mi problema, mi problema, mi problema, y no miramos hacia afuera, ¿al final qué hacemos? Somos menos corporativistas, somos menos lobby, cuando la abogacía tenía que ser un lobby mucho mayor de lo que es. Para acercarnos mucho más a la vida social de León debemos no sólo acudir a los actos institucionales sino potenciar la presencia del Colegio mucho más allá. Por ejemplo, los abogados pueden hablar de derechos y libertades en los centros educativos. Podrían encargarse aquellos que tienen más tiempo, la abogacía joven y la abogacía senior, es motivo de motivación y de verse valorado. En centros de mayores. ¿Por qué? Porque allí la soledad, el abandono, la discapacidad, la discapacidad... generan una incertidumbre tremenda. Son conexiones sociales permanentes. También igual tenemos que hacer una participación mucho más cultural. Por ejemplo, potenciar otro tipo de ciclos, además del de cine jurídico. ¿Cómo nació la Seminci de Valladolid? No es pretencioso, se puede constituir un ciclo a nivel provincial, a nivel autonómico, nacional, que vaya ganando peso. Hay que buscar que el Colegio sea epicentro de muchos foros relacionados: Derecho y deporte; Derecho y medio ambiente; Derecho e infancia. Así atrapas a muchos colectivos, muchas capas de sociedad.
- ¿Qué diferencias principales observas entre tu candidatura y la candidatura rival en estas elecciones?
- Soy más de fijarme en lo mío que en lo de los otros. Pero bote pronto, yo no critico el proyecto o perfil de los candidatos contrarios: pongo en valor a los míos. El perfil de decano, soy una persona muy empática, muy social. Somos perfiles radicalmente distintos, muy diferentes. Pero es verdad que yo soy muy social y me relaciono con todos los colectivos desde siempre, con todos los estamentos. Tengo una cercanía con la abogacía joven, hoy clase en el Máster de acceso a la abogacía también. ¿Otro perfil distinto? La experiencia institucional, no solo yo. Yo no tengo nada contra Pilar (Pérez, que encabeza la otra lista), que estuvo en la abogacía joven hace igual 40 años, cuando empezó la abogacía joven, y nadie más. Nosotros nos relacionamos con la abogacía joven en el día a , hablamos de 30 años de diferencia, y quizá tengan una mayor confianza para acercarse a ti y demandarte cosas. Y el tema del conflicto de intereses: es mentira que yo tenga conflicto de intereses. Yo tengo mi opinión personal pero primo la representación de la institución. Con lo cual nos presentamos a decanos para dirigir un Colegio, una institución, en nombre de todos. No existe conflicto de intereses, son bazas electorales, muy lícitas, pero nada más.