La Academia del Aire de León 'mete internos' a más de 100 alumnos con la excusa de malas notas

La tradicional imagen de la entrega de despachos en la Academia Básica del Aire de León. / ICAL

ileon.com

La tensión interna dentro de la Academia Básica del Aire del Ejército Español, con sede en la provincia de León, está adquiriendo proporciones de altos vuelos. Y todo por la decisión adoptada por los altos mandos de esta base aérea académica del Ejército del Aire ubicada en La Virgen del Camino de anular de un plumazo en torno a un centenar de permisos de externado, es decir, que puedan hacer vida fuera del recinto militar con sus respectivas familias, padres, esposas o maridos e hijos. O dicho de otro modo, han quedado automáticamente 'recluidos' en régimen de internado en el cuartel.

El motivo esgrimido es aún una mayor fuente de quejas encendidas entre gran parte de los afectados: sus malas notas, es decir, el empeoramiento de su rendimiento académico. El problema estriba en que ni mucho menos en todos los casos ha habido ni siquiera suspensos y en otros las propias condiciones familiares podrían justificar ciertas notas.

El conflicto comenzó el pasado 12 de febrero, el día en que se llamó a una reunión con el comandante jefe del escuadrón a alumnos de primer, segundo y tercer curso, según publica Elconfidencialdigital.es y ha podido confirmar de fuentes de las familias afectadas iLeon.com. Esgrimiendo ese supuesto bajo rendimiento académico, a partir de ese momento los permisos fueron suspendidos. A todos menos algún caso en concreto.

Poco más de tres horas con la familia

Alumnos de la Academia Básica del Aire en un desfile en León capital con motivo de otorgar el nombramiento de 'Hijos Adomtivos' de la ciudad. / Carlos S. Campillo / ICAL

En la práctica esto significa que ese hipotético bajón de las notas les fuerza a pasar la inmensa mayoría de la jornada en el cuartel, cuando hasta ahora al menos disfrutaban -no ya sin dificultades administrativas y severos retrasos en los últimos meses- aproximadamente doce horas en compañía de sus respectivas familias, la mayor parte de ellas procedentes de otros puntos de España y que se han traslado a vivir a La Virgen del Camino, de alquiler, para poder estar el mayor tiempo posible con el militar al que están vinculados.

El horario ahora pasa como el comienzo de las clases a las 6.30 horas de la mañana y “la mayor parte de los días” no es hasta las 6.30 de la tarde que pueden salir, después de realizar prácticas, deportes, exámenes o guardias. Y claro, a las diez de la noche tiene que estar en formación de regreso a la Base Aérea. Resultado: apenas tres horas al día con sus maridos o mujeres o bien con sus hijos pequeños. Y en ese tiempo “teniendo que aprovechar para estudiar”, destaca un afectado, que lo considera “injusto” e “imposible de mantener”.

De ahí la indignación generalizada que, según ha confirmado este medio, se viene produciendo. Porque además, hay casos para todos los gustos y muchos de ellos ni siquiera afectan a alumnos o sargentos alumnos que hayan suspendido. El citado medio relata casos como el de un alumno de Primero con hijo recién nacido que ha suspendido un examen pero mantiene unas de las mejores notas de la promoción; otro que tiene a su cargo a su padre minusválido y que ha suspendido una asignatura con un 4.8; o una alumna, con un hijo de 4 años a su cargo y madre soltera, que dejó de convivir con su pareja de hecho y a la que, según este medio digital, se le ha obligado a iniciar de nuevo el trámite de solicitud.

Permisos: de sencillos a casi imposibles

La medida ya hace meses que viene provocando problemas, advierten los afectados. Porque los permisos de externados que antes eran sencillos, de tramitación urgente y de resolución casi inmediata han pasado a ser un suplicio interminable, apurando las más de las veces el plazo máximo de un mes. Los últimos concedidos hubieron de esperar a diciembre tras la última jura de bandera.

El régimen de externado permite a los alumnos militares con condiciones tales como tener hijos, familiares dependientes a su cargo, residir con su cónyuge o ser pareja de hecho, que puedan ir a su domicilio a pernoctar sin tener que hacerlo en el cuartel o en la academia, en este caso, en el que por cierto los que hasta ahora dormían en su casa y con su familia, han pasado a hacerlo en habitaciones que comparten 6 o 7 alumnos, donde “las condiciones de estudio dejan mucho que desear”, explican.

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