Francisco Guarido, alcalde de Zamora: “Me gustaría que IU fuera con sus siglas y dejar de tontear con coaliciones fracasadas”

Francisco Guarido, en el despacho de Alcaldía de Zamora.

Juanma de Saá / Agencia ICAL

Después de haber bregado en el mundo municipal desde 1999, es difícil encontrar algún frente en la política en el que Francisco Guarido no se mueva con soltura. Conserje jubilado, diplomado en Magisterio y licenciado en Historia y en Ciencias Políticas, Paco Guarido (Zamora, 1958) mantiene intacta su afición por el detalle y por el valor de los símbolos. No llevaba corbata desde mucho antes de ser alcalde y sigue sin llevarla desde el 13 de junio de 2015, cuando levantó por primera vez el puño como regidor de Zamora. Fue coordinador de Izquierda Unida en Zamora desde 1993 hasta 1999 y ha asistido con pesar al proceso de disolución de la siglas de Izquierda Unida, que ha alcanzado cotas impensables con la retahíla de fracasos electorales que supusieron ciertas alianzas. En esta entrevista concedida a la agencia Ical, Guari, como le llaman sus compañeros, analiza la realidad actual, apuesta por intentar desarrollar proyectos hasta el último día de mandato, asegura que no volverá a presentarse a la Alcaldía y resume la ideología de izquierdas con la frase “ayudar a los pobres pero de verdad”.

¿Nota cambios en la relación del Ayuntamiento de Zamora con la Junta desde que salió Vox del Gobierno?

Para mí, ha sido lo mismo. Ya teníamos muy buena relación con Juan Vicente Herrera y, con Mañueco, igual. La cantidad de proyectos que hay ahora mismo en marcha hace inevitable una relación cordial, positiva y de trabajo, como el nuevo Conservatorio, el Centro Cívico, el Museo de Semana Santa, las 42 viviendas de alquiler social en Vista Alegre… La relación que nosotros tenemos es, simplemente, inteligente. Cuando estaba Vox, los planes de empleo se suprimieron. Todo lo que era el Diálogo Social se vino abajo. Un año entero con el convenio colectivo del personal laboral, que no todos los ayuntamientos lo aplican y es un buen convenio colectivo y son sueldos muy razonables. Además, hacían un trabajo muy importante en el mantenimiento de colegios, de aceras y jardinería e, incluso, hemos metido ingenieros para hacer los proyectos. Es el debe que ha tenido el Gobierno del Partido Popular. Hemos hemos perdido dos años y medio. La nueva consejera, Leticia García, que es de Zamora, dice que lo va a retomar y ya veremos.

Es decir, una relación fluida con la Junta.

La relación es buena, igual que la que tenemos con el Estado e igual que con la Diputación. Es que quien tiene una mala relación institucional no obra al servicio del pueblo. Nosotros podemos ser de extrema izquierda y tenemos que relacionarnos con la gente de la derecha, cuando gobiernan otras instituciones, y eso es lo democrático, lo razonable y lo que nos piden los ciudadanos.

A un año escaso de las próximas elecciones, ¿cómo valora la gestión del Gobierno presidido por Alfonso Fernández Mañueco?

A mí, me parece que la Junta de Castilla y León es una máquina de publicidad. Es una máquina de proyección pública que repite doscientas veces lo mismo y parecen cosas nuevas pero no lo son. Y esa máquina de publicidad, por desgracia, sí que está calando. Lo digo de la Junta y lo digo de más instituciones y partidos. Creo que es muy, muy difícil cambiar las cosas cuando los medios de la Junta de Castilla y León riegan de dinero, como están regando, a los medios de comunicación de todo tipo. Ese sí que es un debate político.

¿Cree que Castilla y León es una tierra de derechas, sin apelación para la izquierda?

No es derechas. La prueba es Zamora. Aquí, desde que murió Franco, ha gobernado siempre el Partido Popular en la Diputación y, en el Ayuntamiento de Zamora, la mayor parte del tiempo. Creo que la izquierda, en el Ayuntamiento de Zamora, hemos batido el récord. El PSOE estuvo cuatro años y volvió en otro mandato. ¿Qué es un ambiente conservador? Bueno, en la literatura política se pone de manifiesto. Es así, sociológicamente. ¿Eso puede cambiar? Claro que se podría cambiar en Castilla y León aunque, a lo mejor, el PSOE tenía que hacérselo mirar un poco.

¿En qué sentido?

Se beneficia de las prebendas tanto como los políticos de derechas a quienes critica. Tienen que darse cuenta de que los electores no leen los programas, sino que se fían de la imagen y los comportamientos cotidianos que quienes estamos en política transmitimos a la gente. Aunque tengas la posibilidad de disfrutar de privilegios, compórtate en la vida pública como si no estuvieras esa situación

¿Por eso es usted el alcalde de capital de provincia que menos cobra de España? 

(Sonríe). No. Mi imagen de alcalde tiene que concordar con mi imagen en la oposición. Cobro lo que debería cobrar. La gente ve en mí a una persona que vive igual, sabiendo que podría cobrar el triple y utilizar el coche oficial sin cortapisas. Yo vivo igual que si no tuviera nada de lo que ahora tengo, simplemente, porque soy así.

¿Qué panorama de posibles alianzas electorales puede tener un verso suelto como Izquierda Unida de Zamora?

En nuestro partido, y dentro de nuestras coaliciones, hay un pensamiento muy variado..He dicho muchas veces que Unidas Podemos fue un fracaso absoluto. Sumar lo está siendo y Podemos, parecido. Yo no tengo recetas mágicas pero sí se sabe lo que yo he defendido siempre. A mí, me parece que Izquierda Unida tiene que volver a sus orígenes y partir de cero y, muy especialmente, en Castilla y León, donde vemos que Podemos es un grupo absolutamente desacreditado y Sumar, simplemente, no existe. Yo no conozco a nadie de Sumar en Zamora. Y los que había de Podemos, tampoco. Solo hay que ver aquella foto de la inauguración de Podemos, en 2014. ¿Cuántos quedan de aquellos? ¡Pero si se han ido todos!

¿Y el Partido Castellano-Tierra Comunera?

Cada uno defiende lo que defiende. Fuimos en coalición con Tierra Comunera en contra de mi voluntad, modestamente, como un militante más. Tierra Comunera o UPL, por ejemplo, estas cosas de autoafirmación de un pueblo, una ciudad o una provincia de Castilla y León, no caben en una ideología como Izquierda Unida. Nosotros somos internacionalistas y defendemos a Cataluña, a Castilla y León, a Guadalajara y a Villanueva de Arriba. Y nos da igual dónde estemos porque tenemos una ideología y eso es lo que nos diferencia de otras, que son totalmente lícitas pero que son localistas.

¿Cree que la sociedad en Europa se ha dejado seducir por las ideas de la extrema derecha?

Las encuestas dicen que avalan el voto de la ultraderecha. Es lo que está sucediendo en Europa. Desde luego, deseamos que no sea así, que no haya un ambiente de ideas xenófobas, racistas, en contra del feminismo, en contra de la emigración… Sinceramente, no creo que esta gente tenga nada que ver con el Partido Popular y, por lo tanto, convendría aislar ese tipo de ideología pero vemos que no es así.

¿Ve presidente de la Junta de Castilla y León a Carlos Martínez?

Bueno, me gustaría... ¿Qué quieres que te diga? ¿Como mal menor? Hombre, mejor, él que el Partido Popular. Yo no voy a votar nunca al PSOE. Yo voy a votar donde esté Izquierda Unida pero también te digo que me gustaría que Izquierda Unida estuviera con sus siglas, como lo estuvo históricamente, y que dejáramos de tontear con coaliciones fracasadas. Nosotros tenemos todavía un prestigio social, cosa que no tienen, a lo mejor, los grupos con los que pretendemos ir o que pretenden acompañarnos. Creo que no gozan de ese calor que tuvo Izquierda Unida a nivel nacional y que siempre ha tenido a nivel local. 

¿Se refiere al espíritu de Julio Anguita?

Por supuesto. Cuando yo empecé en el Ayuntamiento, en 1999, partíamos de unos resultados previos de nuestro partido, que era Molina y Guijosa. Había dos y, cuando yo entré, estaba yo solo, con el 5,2 por ciento. Yo creo que el trabajo constante, al final, se premia. Lo que no se premia es ir con unos y, luego, con otros. Es verdad que la dispersión, según la Ley Electoral, castiga a los grupos minoritarios. No estoy en contra de las alianzas, sino a favor o no, según las circunstancias. Alianzas, sí, pero no a cualquier precio. Aprendamos de las experiencias fracasadas desde 2014. Los grupos que permanecen en su sitio, con su ideología, y haciendo una política honrada, al final, tienen su premio.

¿Está cómodo con la palabra ‘rearme’ o le pasa como a Pedro Sánchez?

No estoy cómodo. El rearme es un término que nunca ha cuajado bien en la izquierda, es verdad. Eso de ‘si quieres paz, prepárate para la guerra’, es una expresión romana pero, también, una expresión de venta de armas de Estados Unidos y de Rusia. El poder financiero y económico de los grandes grupos de armamento está ahí, como el de las farmacéuticas. Aunque todos los países europeos estemos por debajo del dos por ciento en gasto en Defensa, a lo mejor gastamos, en conjunto, lo mismo que Estados Unidos o Rusia. Europa es un conjunto muy poderoso. Al mismo nivel, quizá, que Estados Unidos en términos económicos, aunque no en operatividad.

Para este mandato, ya se vio obligado por las circunstancias y la presión de sus compañeros pero advirtió enseguida de que no repetirá como candidato. ¿Se mantiene firme?

Hasta ahora, he respondido de manera larga y, a esta pregunta, respondo de manera corta: sí, me mantengo firme. 

¿Qué relevo se perfila?

El que diga la Asamblea de Izquierda Unida. Hay gente joven y gente madura que puede suplir perfectamente. Y estoy casi ya en la Tercera Edad.

¿Y, si no hay acuerdo y le imploran que continúe?

Eso está respondido.

Es decir, no hay ninguna posibilidad de que repita.

Ya está respondido.

¿Su mayor orgullo como alcalde en estos tres mandatos es ese mantra de ‘dejamos las estanterías llenas de proyectos’?

La verdad es que, ahora mismo, tenemos muchos proyectos, aunque el aparato del Ayuntamiento es el que es, la cuestión administrativa es la que es y hay que cumplir la Ley de Contratos. Hay tantos trámites que hacer que estamos al límite del máximo de lo que da el Ayuntamiento. Yo, desde luego, y lo digo solo a título personal, me voy a ir con las botas puestas. Voy a trabajar hasta el último momento en todo, gobierne quien gobierne, que espero que sean los míos.

Entre los proyectos de este mandato, se inaugura el nuevo Museo Pedagógico.

Es un proyecto extraordinario, magnífico y de un interés social incalculable, como vamos a ver en los próximos meses. Es un proyecto del Centro Museo Pedagógico de la Universidad de Salamanca. El edificio lo pone el Ayuntamiento de Zamora. La obra la hecho el Ayuntamiento, con una inversión de 600.000 euros, y el contenido es lo que hay en la Escuela de Magisterio, un contenido extraordinario. La idea no es hacer de ese museo un plan turístico. Eso viene después. Se trata de un proyecto pedagógico en toda la regla, que lo visiten todos los escolares de Zamora, la gente de Magisterio, los profesores… Nosotros tenemos, según el convenio con la USAL, la responsabilidad de dotarlo económicamente todos los años para proyectos y la USAL, las actividades concretas. 

Está Zamora levantada por todas partes y con mucha gente que trina por las obras de las travesías.

Ya. Es que era ahora o nunca. Son fondos europeos y, si no lo gastamos, los perdemos. Y son 22 millones. Lo que quiero que entienda la gente es que, a veces, las obras se hacen bajo esas circunstancias. Nos coincide ahora y estamos levantando toda la ciudad, es verdad, pero es que son obras que van a quedar para 50 años. 

¿Por qué ha faltado una campaña didáctica para que la ciudadanía no se exasperase tanto?

Es verdad pero quien tendría que hacer la pedagogía es el promotor de las obras, que es el Gobierno de España. Igual que, como te dije antes, la Junta de Castilla y León vende veinte veces lo mismo y nos parece nuevo, el Gobierno de España lo hace muy mal porque estamos haciendo obras muy buenas de cara a las próximas décadas y no se ha molestado en hacer pedagogía. De hecho, no he visto ningún cargo del Gobierno que haya venido a presentarnos las obras. Y no solo a presentarnos, sino a prometernos otros dos millones de euros para 2026. El Ayuntamiento se ha gastado cinco millones en despejar la avenida de la Feria para que, ahora, el propietario de la Muralla venga y la rehabilite. Ese era el objetivo. Así que tomen nota y lo digo, además, viendo que el ministro de Cultura es un cargo de Podemos.

¿Qué proyectos de envergadura están en perspectiva?

Nos hablaban de un nuevo pabellón de deportes. Pues pienso dejar las bases, aunque creo que será imposible que lo vea en el mandato.. Pero hay que empezar. Si no se empiezan las cosas, no se acaban. También hay que hacer una nueva nave de obras, que es absolutamente imprescindible, aunque no se piense en ella, para meter todo el material del Ayuntamiento, los camiones de la basura… Es una nave que puede tener 10.000 metros cuadrados, en unos terrenos de Renfe que están fuera de ordenación. Tenemos que poner las bases y estamos hablando de un proyecto que puede costar cuatro o cinco millones de euros. Allí está el Banco de Alimentos también, al que tenemos que dar cobertura. Por otra parte, el nuevo contrato del ciclo del agua, abastecimiento y saneamiento, que los tenemos caducados y cuesta muchísimo trabajo hacer esto. Estamos programando una inversión de cambio de tuberías, de cambio de instalaciones, en torno a 25 millones de euros. Es un tema muy complejo y un contrato para doce o quince años. Claro, un proyecto para tuberías no es tan vistoso como el de un nuevo pabellón.

¿Cómo ve el futuro de Zamora?

Yo creo que la perspectiva de Zamora es buena. Va aumentando poco a poco la población y volvemos a estar por encima de 60.000 habitantes aunque es cierto que los pueblos pierden población. La capital no va a tener un gran despegue pero sí presenta un crecimiento sostenido. Zamora es una ciudad muy confortable. Las instituciones públicas tenemos que pensar mucho ahora en el tema de la vivienda de alquiler social y la vivienda de protección oficial. Ese es mi máximo objetivo y, por eso, he puesto a disposición de la Junta de Castilla y León unas parcelas que las que habló públicamente la directora general de la Vivienda y espero que, en un futuro próximo, acepten para hacer más vivienda pública.

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