Hospital de Órbigo pide que les dejen invertir el superávit en el centro de día que se ejecuta

El Ayuntamiento de Hospital de Órbigo está inmerso en la ejecución de la segunda fase del centro de día que construye en los terrenos municipales donde estuvo ubicada la piscifactoría. Ya es perfectamente visible la estructura del edificio que cobijará la instalación social que ayudará a fijar población, en la que el Consistorio, en colaboración con la Junta de Castilla y León y la Diputación Provincial, invertirá cerca de 700.000 euros.

Desde hace unas semanas, avanza el montaje de la estructura de hierro donde descansará la cubierta y la obra del cerramiento de la parcela de 3.500 metros cuadrados situada en el centro de Hospital. Estos trabajos forman parte de la segunda fase en la que se están invirtiendo 232.000 euros aportados por la institución provincial y 40.000 euros por el ayuntamiento de la Ribera.

Los servicios técnicos municipales calculan que el centro de día estará totalmente acabado en el otoño de 2020, cuando concluyan las cinco fases en las que se ha dividido la ejecución del proyecto. En este año y medio que resta para la finalización de las obras, el Ayuntamiento tendrá que solventar la financiación total de equipamiento social que será gestionado por el Consistorio y ofrecerá un servicio básico a los mayores de 65 años de este enclave rural leonés.

Con capacidad para 25 plazas, el servicio será prioritario para los vecinos de Hospital pero no se cerrarán las puertas a la población de otras localidades de la comarca del Órbigo.

La ejecución de la tercera fase está asegurada con los 100.000 euros que aportarán Diputación y Ayuntamiento, pero “a partir de ahí todavía no sabemos cómo financiaremos los casi 200.000 euros de las últimas dos fases”, una incertidumbre contra la que se revela el alcalde de Hospital porque “ahora mismo en las arcas municipales tenemos un superávit de 102.000 euros”.

Por eso, Enrique Busto asegura no estar de acuerdo en cómo el Ministerio de Economía y Hacienda mantiene “atados de pies y manos a los ayuntamientos, que estamos haciendo los deberes en el pago de nuestras deudas, para invertir el superávit”.

La regla del gasto impuesta en 2012 cuando la crisis de deuda pública puso contra las cuerdas a las administraciones españolas, “deberían adaptarla y actualizarla a la situación real de 2019, en la que ayuntamientos como Hospital de Órbigo estamos haciendo grandes esfuerzos para reducir la deuda, que ”en nuestro caso la hemos rebajado desde 1,2 millones de euros que se encontró el PSOE cuando comenzamos a gobernar en 2003, hasta los poco más de 400.000 euros que debemos en la actualidad“.

Enrique Busto asegura “en estos momentos, cuando a todos se les llena la boca con medidas para atajar la despoblación, a los ayuntamientos de las áreas rurales que estamos cumpliendo religiosamente con nuestras deudas deberían permitirnos invertir nuestros superávits” en infraestructuras sociales, como el centro de día, en las que se generarán puestos de trabajo para habitantes de la zona y que permiten que “nuestros mayores sigan desarrollando la vida en su entorno”.

El centro de día de Hospital de Órbigo necesita que fluya la inversión para rematar un proyecto que se caracterizará por ser un edificio sostenible desde el punto de energético. Como explica el regidor, “donde más estamos incidiendo es en invertir lo necesario para aislarlo con el fin de reducir el posterior gasto en calefacción y climatización”. Además, en el centro se instalará un sistema alimentado por paneles fotovoltaicos para aprovechar la energía del sol.

Los vecinos de la localidad dispondrán de un edificio con un ala de servicios generales que albergará las oficinas, la cocina y la zona para los trabajadores, y anexo a este recinto se construirá una gran sala donde se ubicarán el comedor y la zona de actividades.

Los servicios se prestarán en un edificio sin escaleras y de una sola planta muy luminosa con grandes ventanales para que los usuarios disfruten de los jardines que rodearán el centro y del sonido del agua, ya que por la parcela discurre la Presa de la Tierra, un cauce histórico de riego del siglo XV.