Lo del municipio minero leonés de Villablino lleva camino de convertirse de sainete en tragedia. Superados con creces los dos meses desde las elecciones municipales del 28 de mayo, aún no ha constituido la nueva Corporación ni ha podido elegir a su próximo alcalde o alcaldesa, situándole así en el podio de los municipios de España con más retraso en normalizar su situación. Retraso que, además, bloquea todavía hasta límites temporales nunca vistos la constitución de la Diputación Provincial de León.
La situación de obstrucción se ha enredado semana tras semanas a causa de un litigio entre los partidos de izquierda, que primero fue en el ámbito electoral, tras recurrir la candidatura de Izquierda Unida-Podemos 739 papeletas con votos que había recibido el PSOE, argumentando defectos en las mismas; que después se elevó al ámbito judicial; y que todavía no ve la luz al final del túnel, al menos hasta la semana que viene, bien entrado ya el mes de agosto.
El sainete se ha alimentado, además, con la tensión que dadas las fechas ha producido la posible ausencia en el ansiado pleno de constitución del cabeza de lista del Partido Popular, Roberto González, el cual se ha negado a renunciar a unas vacaciones familiares que ya tenía pagadas y cuyo importe no está dispuesto a perder.
Después de que tanto en las juntas electorales provincial y central, como en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León, le hayan dado la razón al PSOE validando aquellos 739 votos a pesar de que los apellidos de una candidata estuvieran cambiados de orden, el reparto final de concejales quedaría con seis para el Grupo Socialista (que lidera el actual alcalde, Mario Rivas), cuatro para la coalición IU-Podemos (que no se resigna aún a perder la batalla para ser la fuerza más votada) y tres para el PP.
Tales cifras, ya definitivamente firmes por sentencia, podrían escribir el siguiente episodio de esta historia, que deja la puerta abierta a otro giro de guión: la posibilidad numérica de una 'pinza' entre la coalición de izquierdas y los populares para desbancar al socialista Rivas.
Caben dos posibilidades, una más compleja de pacto de gobierno entre IU-Podemos y PP para este nuevo mandato, y otra más sencilla en la que bastaría con que los tres votos populares se sumaran a los de la coalición. Algo que todavía nadie ha querido desvelar. En tal caso, esos siete apoyos superarían a los seis del PSOE.
IU mantiene el anzuelo lanzado: insiste en que mantendrá su propia candidatura para que la alcaldesa sea su cabeza de lista y portavoz, Silvia Mozo. Y es ahí donde las vacaciones intocables del popular Roberto González serían determinantes porque sin su presencia en el Pleno de constitución, un empate daría la victoria in extremis a Rivas para gobernar, aunque en franca minoría. El propio González ya denunció públicamente el día antes antes de hacer las maletas que estaba recibiendo críticas y mucha presión a partes iguales.
Pleno, por fin, el miércoles 9
Tras los últimos pronunciamientos formales del TSJ, rechazando el último recurso electoral de IU-Podemos, y dejando claro que “no procede recurso contencioso alguno, ordinario ni extraordinario, salvo el de aclaración, y sin perjuicio del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional”, por fin la Junta Electoral de Zona del Bierzo pudo validar la semana pasada las credenciales de los concejales ya electos, de modo que el alcalde en funciones y aspirante a repetir ha convocado el ansiado pleno constitutivo para este miércoles 9 de agosto. Es decir, justo un día antes del anunciado regreso vacacional del cabeza de lista popular. Habrán transcurrido entonces 73 días tras de las elecciones municipales.
La coalición, entre críticas, ha asumido que sólo le queda la vía del Constitucional para pelear un vuelco en el resultado que sólo se daría si se deniega in extremis la validez a los 739 votos socialistas de unas papeletas que todas las instancias han santificado, aunque IU sigue considerando “muy grave” su admisión, que ve como “aceptar como legal el pago con billetes falsos”. Pero esa vía no frenará ya más el Pleno de elección de alcalde.
Sin embargo, sí hay una posible 'jugada' maestra posible aún para dar más tensión al demorado momento: que los concejales de IU y del PP no acudan al Pleno convocado, de modo que sin quórum no se pueda celebrar y deba posponerse, lo que daría tiempo suficiente al portavoz popular a regresar de sus vacaciones y poner en un aprieto, dependiente de sus votos, finalmente al alcalde socialista que aspira a la reelección. Nada se dice de si esto ocurrirá. Pero en Villablino todo es posible.
Y después, una Diputación de gobierno aún incierto
Así, entre finales de esta misma semana o comienzos de la siguiente se desbloqueará también la elección de los últimos diputados provinciales por el Partido Judicial del Bierzo, proceso que la demora histórica del Consistorio de Villablino ha congelado en el tiempo, bloqueando así el arranque del nuevo mandato en la Diputación de León.
Un mandato que, además, queda ahora pendiente de si hay o no pacto para que pueda gobernar el partido más votado y con más escaños, como es el Partido Popular, o retener la Presidencia la alternativa del PSOE. En el primer caso, bastaría con la mayoría simple de los populares o cabría un acuerdo con Unión del Pueblo Leonés (UPL), cuyo gran resultado electoral en mayo les sitúa como una llave clave que los socialistas no se resignan a no utilizar, quedando sin valor alguno en este juego de acuerdos el único representante que Vox ha conseguido por primera vez.
Ambas formaciones mayoritarias, PP y PSOE, afrontan dificultades para manejar durante los próximos cuatro años el poder del Palacio de los Guzmanes, previo acuerdo con los tres diputados leonesistas. Los primeros, porque se encuentran en medio de una clara división interna entre el sector oficialista y el crítico, que lidera el alcalde de Almanza, Javier Santiago Vélez, y que de momento ha conseguido imponerse en la elección de su equipo para la Diputación, a falta de saber si también vencerá en la comarca del Bierzo. Y los segundos, porque para seguir gobernando tendrían que reeditar un pacto con UPL que ya sustentó la última legislatura pero que la formación leonesista rompió hace un año por considerar que una mayoría de puntos de su acuerdo se habían incumplido.