La mesa del Distrito 7 Sección 5 Mesa B, en el colegio electoral de Las Pastorinas en León, tiene la clave. Está en el centro de una enorme polémica que tiene visos de eternizarse y quien sabe si jamás aclararse. La pregunta es: ¿Fue en esta mesa electoral el partido político Vox casi cinco veces más votado que el PSOE a la hora de elegirse al partido que alcanzara la Alcaldía del Ayuntamiento de León?
Porque de ser así, como refleja el acta firmada por las tres personas integrantes de la mesa a las 23.22 horas del domingo 26 de mayo, Vox obtendría algo más del 5% del total de los votos de las pasadas elecciones al Ayuntamiento de León y por lo tanto dispondría de un concejal. Pero de haber sido el PSOE, y no la formación de Santiago Abascal, realmente la más apoyada, Vox perdería incluso ese edil, quedando sin representación municipal, y ese concejal a mayores sería de Unión del Pueblo Leonés (UPL).
El acta oficial, recontada esta mañana en la Junta Electoral de Zona de León ante la reclamación del Partido Socialista, sí lo certifica. Certifica de manera oficial que Vox obtuvo 130 sufragios, mientras el PSOE apenas sumó 28. Con esa cifra, la formación de ultraderecha habría sido la lista más votada en esta polémica mesa con gran diferencia, ya que por debajo de los 130 votos se situaría en orden descendente el PP con otros 96 votos, 90 más para Ciudadanos, 44 para UPL y 28 para los socialistas y 25 para Podemos.
Pero hay algunas cosas que, sospechosas o no -el acta es oficial-, no cuadran. Por ejemplo, que en esa misma mesa en la urna de las elecciones autonómicas Vox apenas sumara 31 votos, mientras el PSOE consechaba 119. O que en la urna de las Europeas Vox obtuviera 41 papeletas, por 137 a favor de la socialistas.
El PSOE 'barrió' en europeas y autonómicas pero quedó quinto en las municipales
Dicho de otro modo, el acta de la discordia le otorga una mayoría muy evidente al PSOE en las urnas de los comicios al Parlamento autonómico y Europeo, pero se sitúa casi en la cola en los comicios al Ayuntamiento de León. Lo contrario que le pasa al partido cuya candidata era Olga García.
Por si esto fuera poco, fuentes del Partido Socialista aseguran disponer de otras pruebas que apuntalarían a un posible error de bulto a la hora de contabilizar los sufragios en la mesa de Las Pastorinas o, en el peor de los casos, una presunta manipulación. Una de esas pruebas es un vídeo realizado por uno de sus apoderados aquella noche en la que se apreciarían otras anotaciones muy diferentes terminado el recuento de las elecciones municipales. Una captura de ese vídeo ilustra esta información.
En ella se aprecia como los 130 votos atribuidos en el acta oficial a Vox aparecen atribuidos en puño y letra del PSOE, Vox tendría contabilizados en ese momento 28, el PP los mismos 96 que recoge el acta o Ciudadanos los mismos 90. Este 'baile' de cifras, tan relevante por su posible efecto en la representatividad en el Ayuntamiento de León, se puede apreciar, dicen las mismas fuentes, en un mensaje de Whatsapp con el “recuento correcto”. E incluso no descartan, llegado el caso, pedir que puedan testificar los miembros de aquella mesa con resultado tan vital como controvertido.
No será tan fácil. Por un lado, no es posible revisar las papeletas físicamente, las mismas que depositaron aquel día los votantes. La Ley ordena destruirlas en la misma noche electoral una vez que todo el mundo da por buena el acta oficial que recoge el resultado. El acta es la única prueba oficial que queda.
¿Qué (pocas) posibilidades hay?
Por otro, cabe recurso ante la Junta Electoral Provincial. Incluso a la Junta Electoral Central, en Madrid. Y el PSOE es seguro que los presentará. También los ha anunciado UPL, ya que se juega el tercer concejal. Pero está por ver que sea fácil que, con el acta certificada en la mano, permitan revisar todo el proceso y las pruebas que dice tener el PSOE de un cambio de datos del recuento.
Si esos recursos se rechazan, quedaría la vía de presentar un recurso contencioso por la vía administrativa. No menos compleja de ganar. Aún si hubiera una sentencia ya favorable, y admitiendo un juez que pudo haber errores o manipulaciones de recuento en la mesa 7-5B, se antoja casi imposible que anule aquellos resultados sino, más bien, ordenaría repetir las elecciones en esta urna de la discordia que mantiene en un brete la configuración política en el Ayuntamiento de León.
De llegar a este punto, el de repetirse las votaciones sólo en esta mesa y sólo en la urna de las municipales, recordaría al traumático episodio ya vivido en las primeras elecciones democrática de 1979, en las que la repetición de los sufragios en cuatro mesas restó a un concejal al partido que permitía gobernar al socialista Gregorio Pérez de Lera y le dejó en bandeja a Juan Morano, entonces de UCD, el bastón de mando que tanto tiempo empuñó después.