La comitiva de piquetes informativos hizo acto de presencia, como es habitual, en el centro de la capital leonesa poco después de la diez de la mañana cuando la mayoría de ellos abren sus puertas. Muchos de los locales iban cerrando poco a poco y a medida que la principal concentración de delegados sindicales hacian acto de presencia.
Durante los primeros minutos la marcha discurrió sin contratiempos y la mayoría de los locales bajaban las rejas sin esperar a la presencia de los representantes sindicales, que, en la mayoría de los casos, animaban a los propietarios a sumarse a la jornada de huelga y en los sucesos registrados apenas superaron una voz más alta que otra.
Entre Gran Vía de San Marcos y el inicio de la calle Ordoño II la marcha avanzaba a buen paso y sin apenas resistencia salvo en algunos locales que asistían con estoica paciencia a las pitadas y los ruidos de las bocinas y los silbatos, aunque en la mayoría de los casos la disputada se saldaba con el cierre del local; bien es cierto que en muchos de los casos los cierres están tan inmediatos como la apertura a continuación.
Fue a partir del inicio de la calle Ordoño II cuando hizo acto de presencia una fuerte dotación de la Policía Nacional, que hacía acompañar con los instrumentos propios de las dotaciones antidisturbios, que no abandonó en ningún momento la protesta, aunque en ningún instante hubo altercado de ninguna clase.
El cordón policial se hacía fuerte e impenetrable ante la puerta de algunos de los negocios que decidieron mantenerlas abiertas, aunque en la mayoría de los casos finalmente cerraban aunque acto seguido, y cuando la protesta se alejaba, muchos volvían a la actividad normal.
El acceso de los manifestantes a uno de los supermercados con salida, una de ellas ,a la calle Ordoño II suscitó un momento de cierta tensión que no pasó de pitadas y sonoros bocinazos y la fuerte presencia policial cerró el capítulo sin pena ni gloria y sin incidentes. Este mismo patrón se sucedió a lo largo de toda la travesía de Ordoño II, aunque en ningún momento se intentó acceder al edificio consistorial custodiado por dos policías locales.
Ya en plena calle Ancha la marcha hizo un alto y una sentada en la que se corearon muchas de las consignadas que se pudieron escuchar a lo largo de toda la travesía relacionadas con la reforma laboral. Además se procedió a mantener un minuto de silencio en apoyo a los desempleados. Hasta entonces la valoración de los líderes sindicales que encabezaban la marcha es de plena satisfacción y además destacaban que salvo en dos casos contados, un pequeño rifirrafe verbal, la calma y la ausencia de incidetes ha sido la tónica general.