La posición del PCE en el inicio del proceso autonómico leonés

Militantes del Grupo Autonómico Leonés.

He considerado importante que en la memoria de la ciudadanía leonesa se conozca lo ocurrido durante el proceso autonómico leonés que derivo en la incorporación a la actual autonomía de Castilla y León. A ello dediqué parte de mi tesis doctoral y también la publicación de mi libro El proceso autonómico leonés

Hay que tener en cuenta que aquellos que defendemos una autonomía leonesa lo hacemos también desde el convencimiento de la necesidad de que prevalezcan los criterios democráticos que implican que los partidos actúen como representantes de la ciudadanía que los han elegido y no traten de imponer sus propias posiciones a aquellos que les han votado. 

Por eso voy a examinar brevemente lo que fue la posición de los diferentes partidos en ese proceso autonómico. Para empezar cabe decir que la gran mayoría de las denominaciones de esos partidos han desaparecido de la confrontación electoral. Tan sólo subsiste el PSOE.

Dado la dimensión del tema en este artículo me centraré en lo que fue la posición del Partido Comunista de España (PCE).

A la izquierda del partido socialista podría decirse que se cumple aquello de “dime que presumes y te diré que careces”. En los inicios, el partido de referencia era el Partido Comunista, que luego fue Izquierda Unida, más tarde se integró en Unidas Podemos y ahora parece estar en Sumar. Vamos, que aunque en la denominación se apela a la Unidad, lo que realmente se muestra es división.

El PCE podríamos decir que fue el único partido que tuvo un posicionamiento relativamente claro favorable a una autonomía “de Castilla y León”. Lo hace fundamentalmente por contraposición “a las derechas” que creen podían dirigir una autonomía leonesa. Pero claro también en ese momento surgen las discrepancias internas. Por un lado varios de sus militantes como Carlos Llamazares o Pilar Ugidos están entre los fundadores del Grupo Autonómico Leonés. Por otro lado el 18 de febrero de 1981 los críticos con el PCE publican un documento en el que textualmente se dice: “Acusamos al Comité Provincial de incumplimiento de las Resoluciones de la II Conferencia Provincial lo que se hace notar entre otras cosas en el confusionismo en el desarrollo del tema autonómico leonés, llevado unilateralmente por la dirección del partido, reunida a puerta cerrada con sectores políticos de signo contrario y sin suficiente clarificación pública, lo que determinó una irreparable pérdida de credibilidad ante la población leonesa en tan espinoso tema”.

Es decir en teoría el PCE se posiciona por una autonomía de Castilla y León como la mejor opción para “la clase trabajadora”. Sin embargo luego resulta que esa decisión se toma en reuniones a puerta cerrada con “sectores políticos de signo contrario”. Además, todo ello supone una pérdida de credibilidad ante la sociedad en general. De algún modo eran conscientes de que no era eso lo que demandaba la sociedad leonesa. Un poco era el gobierno del pueblo pero sin el pueblo.

Sin embargo el PCE en ese momento si consideraba que en el futuro parlamento autonómico deberían tener representación como tales las Regiones de León y de Castilla. Así en agosto de 1977 el que era su líder  (Manuel Azcarate) en aquel momento decía: “Me pronuncio contra la idea de que León quede sólo. Hay que evitar el minifundismo regional: las querencias cantonalistas. Por eso preconizamos que León se articule  (conservando claro es su personalidad) con una región más amplia; y la opción más real me parece que es Castilla. Proponemos que al lado de la asamblea elegida por todos los electores, de un comité ejecutivo, exista una cámara regional en la que estén representados como tales León y Castilla”.

Evidentemente este modelo que propugnaba el PCE no es el que se da actualmente. En las Cortes Autonómicas no hay una representación como tal de Castilla y tampoco de la Región Leonesa. 

El PCE desde sus posiciones 'internacionalistas' promueve que la elección evite lo que denominaba “criterios emocionales” y se prime “la racionalización”. Pero claro el racionalismo y la artificialidad son dos caras de la misma moneda.

Desde criterios 'racionales' hoy podríamos decir que caben muy pocas dudas de que para los leoneses la inclusión en este marco autonómico ha supuesto un importante deterioro de sus condiciones de vida. Cualquier indicador económico vendría a decirnos esto mismo. Descenso en la población, peor nivel de renta, envejecimiento… Claro todo eso tiene que ver en que para muchos españoles “la Región Leonesa” ha dejado de existir y, claro, lo que no existe no se puede 'vender'.

Con todo hay que decir que el papel del PCE en el proceso autonómico leonés fue bastante limitado dada su poca implantación en los órganos de decisión. En otros artículos trataré de analizar el papel del resto de partidos. Sin embargo, algo puede unir a todos ellos: una cosa es lo que fueron sus propuestas a los electores y otra cosa lo que finalmente hicieron. No fue un proceso democrático.

El sociólogo David Díez Llamas es autor del libro El proceso autonómico leonés.

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