El Plan Mañueco y los azucarillos...

Cuando el 'toro' de la remolacha molturada en León acaba de iniciar su paso a otra vida, Mañueco, muleta en mano derecha, termina el pase de adorno con el anuncio de... ¡Una firme oposición al cierre de La Bañeza! Entonces, la autoridad competente en lides azucareras afincada en el palco en Madrid, saca el pañuelo y libera el toro… en Toro. ¡Y que suelten otro morlaco que lo compense!

Lo que no ha soltado el ente autonómico, son la subvenciones que la empresa azucarera esperaba. Una facultad que, si no se controla, y ellos dan poca opción, emplean los caudales arbitrariamente.

Dicen, entre otros los sindicatos de agricultores, que el rendimiento por hectárea sembrada estaba resultando muy bajo, y como no es cuestión de poner cifras que no entiendo, digo y pregunto: ¿Qué más ha de pasarnos en el ente autonómico para que comprendamos que quien nos conduce nos estrella, una y otra vez en esto y más allá en lo otro?

La actuación de los sindicalistas, agricultores agrupados, parece que no ofrece garantías. Lo que ha venido ocurriendo estos años pasados, parece que se diferencia poco de la frase chascarrillo: “cojonada”; soltada por los agricultores: “este año no cojo nada”. Y pasar a sembrar otra cosa.

Habrá quien piense que empleando el raciocinio de quien vivía del campo antaño, pase a ese autoconsumo, pequeña venta y tirapalante. Una situación de emergencia, subsistencia, y en lo global provincial, autarquía asumida, dado el proceder del ente autonómico. ¿Diligente para lo leonés, cuándo? ¡Nunca!

¿Y los trabajadores de la azucarera, qué?

¿Pero, los trabajadores directos de la azucarera, los inducidos y el aura empresarial de la comarca qué? Ahora con decisión anuncian movilizaciones; son necesarias, sin desmanes, la firmeza su mejor fuerza y que no falle el apoyo popular comarcal. Pero el toro está tan pasado de largo que ni las moscas del rabo quedan.

La mirada la tengo siempre puesta en las maniobras hechas o dejadas sin hacer por los responsable junteros en cada materia, lugar y oportunidades. Ocasiones de vilipendio para lo leonés en este contexto, son de aparición constante, a poco que se esté vigilante, en la observación. Pero no por ello se ha de pasar por alto el comportamiento de los propios leoneses, que en situaciones como éstas, tenían que haber estado prestos a tratar de solucionarlo. ¿Cómo? Díganlo los politicos a los que alimentamos con el voto. Dígalo el empresariado leonés, que según lo leído estos días, se lamentaba, algo así como restañándose las heridas propias, mediante relamidas quejas: “No estar pasando por su mejor momento”.

Dónde queda el componente agrario de El Bierzo. Al parecer se ha pedido a los gerifaltes del ente que lo pongan en funcionamiento, ésos, los que alientan lo comarcal berciano, que visto lo visto, el Comité no va más allá de uso cual 'quinta columna en lo general leonés'. Y lo industrial agroalimentario, de lo que se ha venido hablando para su instauración, resulta una engañifa de contención ante el sentir autonómico libre y propio de los leoneses, aspados de tantos engaños. Pero algo falla, no hay una respuesta efectiva colectiva ante los desmanes del ente que se preocupa por arramblar con todo.

¿Y los sindicatos y la Diputación de León?

Ahora todos los sindicatos parecen haberse tomado a empeño sacar adelante lo que nunca se debió dejar atascar. Llevar “flores al difunto”, esto es sermonear a toro pasado, no dice otra cosa más que un supuesto abandono, en el que la ciudadanía ha participado con su tolerancia supina a los políticos. Y de éstos qué decir, obediencia partidista y esperar, siempre esperar… ¡Para nada!

El presidente de la Diputación, a toro bien pasado, echa su cuarto a espadas, es evidente que, habiendo pasado el tiempo, lo del seguimiento del problema bañezano, el del personal trabajador y lo que suponía para los cultivadores de remolacha, era 'un pasar'. Lo dicho por él ahora, es instar para que no le insten, cuando las posibilidades de hacer son pocas. Demasiada carcoma.

Mañueco, que va a 'cola de pelotón', ya sabe la oferta empresarial, cuando todo se ha jugado en la meta bañezana. Ahora a rebufo y en mala motocicleta, lo más que podemos obtener es cierta oferta y cierre, antes de chocar contra las pacas de paja del circuito. Esto es, junto a los despidos, ésos que citan intentando que se trague el personal la tentetiesa T, para que sea ERE, verdadera situación definitiva, y no ERTE (salvando la T), como situación de transición o coyuntural. Empresa, Junta autonómica y presión ciudadana a destiempo, una triada para un desastre. .

Y como oferta de actividad complementaria para los trabajadores, y asistencia a los cultivadores del campo: Dispersión, confusión y sacarina.