Los que no son propietarios

Una persona mira anuncios en una inmobiliaria.

Según afirman algunas estadísticas medianamente solventes, alrededor del 70% de los españoles reside en una vivienda de su propiedad, o por la cual no tiene que pagar alquiler. Este dato es muy importante para hacernos idea de por qué los políticos se comportan como se comportan y de la importancia real que se le da al problema. ¿Y qué pasa con el 30% restante?

Le he echado un ojo al tema, de un modo muy personal y peculiar, y voy a intentar compartir y explicar mis cuentas.

— Un 5% comparten piso porque están en edad o momento vital de ello. No los meto a todos en el mismo saco, porque hay muchas posibilidades y variantes. Sé que mucha gente lo hace porque no le queda más remedio. Pero entre estudiantes, trabajadores que tienen que cambiar cada pocos meses o cada año de ciudad, y casos similares, pongamos que tenemos ese 5% del que hablo.

— Otro 5% son a la vez inquilinos y caseros. Todos conocemos unos cuantos en nuestro entorno. Heredaron un piso en León y viven en Oviedo. Compraron en Salamanca y los trasladaron a Madrid. Montones de casos. Estos tienen el alma dividida, porque se asustan cuando se aprieta a los propietarios y se asustan también cuando se aprieta a los inquilinos. Y de verdad que son legión.

— Pongamos que hay otro 3% que tiene como casero a su abuela, a su padre, a su tío, o a su amante. En resumen: a alguien que no les cobra el precio de mercado. Cuento entre estos al que tiene como casero a un amigo con el pacto de “te cobro poco, me cuidas el piso, no nos metemos en mierdas, y todos contentos”. A esos inquilinos les da igual el IPC y lo tensionada que esté su zona. Cada cuatro o cinco años, y a veces por iniciativa propia, actualizan la renta y a seguir tirando millas. Conozco incluso a uno que vive en casa de su suegro después de divorciarse, y sin un problema. Pagas, me traes al nieto, y no quiero saber nada. Hay más gente sensata de lo que parece.

— Pongamos otro 2% de los que conservan la renta antigua, la vivienda protegida o algún chollo similar. Se amarran al piso como lapas y hacen bien. De vez en cuando leemos una noticia sobre alguien que se lamenta amargamente del final de la bicoca.

— Y luego, fuera de los casos mencionados, hay otro 7% al menos que vive en lugares en el quinto carajo. En Santa María del Páramo, en Puebla de Sanabria, en Chinchilla del Monte Aragón, en Valderas, en Calamocha o en Trujillo. Los alquileres son muy baratos y la gente no piensa en ello gran cosa. Por no mencionar a los que viven en Tabladas, San Juan de los Cejijuntos, Geras o La Peral. Esos pagan 200 euros de alquiler por una casa de dos plantas con huerta y ni se les pasa por la cabeza comprarla.

Así el asunto, tenemos al 22% de los españoles no propietarios, viviendo bastante a gusto, y capeando el temporal.

Los que están jodidos, verdaderamente jodidos, no pasan del 8%. Y sí, estamos hablando de casi cuatro millones de personas, que es una barbaridad, pero que nadie espere que se ponga el país patas arriba por un problema que atañe al 8% de la población. Molesta a más gente la falta de médicos, y ya veis cómo está el tema.

Por poner el asunto en perspectiva, más que nada. Una perspectiva numérica y electoral, que es lo que cuenta para los encargado de ponerle remedio al asunto.

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