Autonomía Leonesa y democracia

Rodolfo Martín Villa haciendo el saludo fascista cuando era ministro del final del régimen.

Me van a permitir iniciar este artículo con una cita de un presidente de Estados Unidos (Wilson) que decía: “Todo poder legítimo deriva del consentimiento de los gobernados. Nadie tiene derecho a transferir los pueblos de una soberanía a otra como si fuese de su propiedad”. Creo que está frase se puede aplicar por entero al caso leonés.

Todas las encuestas desde el inicio del proceso han dejado claro que los leoneses desean un marco autonómico propio. Pero si alguien tiene dudas puede ver que en los ayuntamientos leoneses son mayoría los que se han pronunciado por una autonomía leonesa y muy pocos los que se han opuesto. Podríamos decir que están “los partidarios” y los que no se pronuncian. También la Diputación de León en diferentes momentos ha defendido la posición de una autonomía leonesa. En la calle ha habido muchas manifestaciones leonesistas y ninguna favorable a Castilla y León. En los estadios hay banderas leonesas pero no de Castilla y León. En la calle están los símbolos leoneses y en las sedes oficiales los de Castilla y León. Por todo ello cabe decir que esta autonomía de Castilla y León no deriva del consentimiento de los leoneses y por tanto no puede considerarse un poder legítimo (una cosa es que sea legal y otra legítimo).

En esa misma línea hay que denunciar que en su momento “se transfirió a la Región Leonesa de una soberanía a otra como si fuese de su propiedad”. Efectivamente Martin Villa trato la Región Leonesa como un territorio de su propiedad al que sometió a su propio criterio sin tener para nada en cuenta lo que pensaban los leoneses. Hay que recordar que Rodolfo Martin Villa era Ministro de Administración Territorial y a la vez el secretario general de UCD en León (partido mayoritario en aquel momento). El encargado de diseñar el mapa autonómico era alguien que llegaba desde el régimen franquista y que para nada creía en las autonomías ni tampoco le importaba la voluntad popular. En ese sentido su idea era formar un frente de contención respecto a los nacionalismos periféricos de Cataluña y del País Vasco. Donde tuvo suficiente poder (como León) lo hizo y considero que le hubiera gustado también incluir lo que hoy es La Rioja o Cantabria. Hoy los hechos demuestran claramente que también ese “objetivo de contención” ha fracasado. Tres peras y seis manzanas no suman.

Cuando UCD fracasa y desaparece como partido sus cargos se ven liberados del seguimiento a Martin Villa. Entonces el que fuera presidente de la Diputación, Julio Cesar Rodrigo De Santiago, promueve una votación en la que por 20 votos favorables y 4 en contra se aprueba una moción reivindicativa de la autonomía leonesa. Martin Villa desaparece de la escena política leonesa para siempre. León dejaba de ser de su propiedad, pero ahora estaba la dificultad de salir de esta situación.

León sufre que el relato lo hizo el ganador

Pero claro la creación de Castilla y León no hubiera sido posible sin el impulso que desde Valladolid daba Peces Barba. Desde el principio era el gran beneficiado de esta autonomía era Valladolid por cuanto esta unión lo situaba en el centro no sólo geográfico, también económico y político. Si se hubiera dado una autonomía de la Región Castellana y otra de la Región Leonesa Valladolid hubiera perdido esa posición y eso era algo que buscaron evitar en todo momento.

La pregunta no es ya que marco autonómico desean los leoneses. Esa ya está contestada y no creo que nadie la pueda poner en duda. La verdadera pregunta sería a los partidos y sería: ¿Cómo demócratas están dispuestos a respetar esa voluntad de la ciudadanía leonesa y actuar como representantes de aquellos que los han elegido?

Los leoneses a lo largo de su historia han sido baluartes de los principios democráticos (adaptados a cada momento histórico). Es la lucha de 'La Ley (Cortes de 1188, Fueros de León de 1017…) frente a la espada'. La del Cid Campeador que guerreaba muy bien aunque como mercenario lo hiciese en favor de aquel que le reportase beneficios.

León ha sufrido el que el relato lo ha hecho el ganador. Alguien pagaba a un juglar para que hiciese un alegato a su figura (como el cantar del Mio Cid) y luego eso ha colado en la historia a través de los siglos.

Aquel que defiende unos principios democráticos no puede apoyar un marco autonómico impuesto que está generando destrucción en toda la economía y sociedad leonesa. Apoyar una autonomía leonesa es apostar por los principios democráticos. 

David Díez Llamas es sociólogo

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