Aparece la olvidada Fontana de Armunia en Michaisa y el Ayuntamiento la restaurará para situarla en otro lugar
Una espectacular fuente de hace más de un siglo aparece en la finca de Miguel Gutiérrez Díez-Canseco, el potentado antiguo dueño de la zona. 'Desaparecida' desde hacía décadas, su diseño mistérico-esotérico llama poderosamente la atención y desvela que aún quedan muchas cosas por descubrir en León
La Fontana de Armunia, en la finca de Miguel Gutiérrez Díez-Canseco. Arbeas
Sorpresón en Armunia. Apareció la legendaria Fontana, la espectacular fuente de los Díaz-Canseco que dio tanto que hablar que la finca de estos potentados que cedieron al barrio la iglesia de San Antonio de Padua (la del llamado popularmente cruce de Michaisa), se llamó así. E incluso el centro de integración de San Juan de Dios de la parroquia se llama también La Fontana.
Sin embargo, se había perdido su pista por completo, pero una promoción de viviendas que necesitaba de la urbanización de la abandonada finca de Miguel Gutiérrez Díez-Canseco (uno de esos ricachones burgueses leoneses olvidados de primeros del siglo XX en León. Cosa especialmente sangrante porque casi nadie sabe hoy que fue uno de los fundadores de la Cultural Leonesa) la ha hecho volver a aparecer para tener una segunda oportunidad.
En 2020, al hacer una revisión del terreno para planificar la instalación del saneamiento, las fincas construibles y una nueva calle para conectarla con la de Fernando González Regueral, la sorpresa fue mayúscula. Rodeada de gran vegetación apareció una extraña fuente monumental, modelada en una pasta similar al cemento (de haber sido esculpida en piedra habría costado un dineral quizás hasta inmoral para esta familia católica por muy adinerada que fuera) con elementos de Art Nouveau parecidos a hadas y demonios sobre lo que parecen las estalactitas de una cueva mística de cuento esotérico.
Otra vista de La Fontana de Armunia en la finca de los Díez-Canseco en la que se puede apreciar el estanque y la plataforma con escaleras que la sostenía. Arbeas
Era la famosa Fontana que presidía la enorme finca del potentado leonés que murió sin descendencia y que mostraba los caprichos de los ricachones de la época. Se lo podían permitir y crearon, hace más de un siglo, una fuente al gusto del primer tercio del siglo pasado para decorar su finquina familiar. Un terrenín que venía a ser toda una enorme parcela en la que hoy está el cruce de Michaisa que viene de Castilla hacia Galicia por la Avenida de Portugal y de Asturias a Benavente por la Avenidad de la Ruta de la Plata. Precisamente esta posesión abandonada se encuentra en esta última avenida, en la margen de la entrada desde el polígono industrial de Onzonilla; justo pegada al concesionario de coches cercano a la glorieta.
Un descubrimiento, o más bien redescubrimiento, que ha dejado ojipláticos a los pocos que lo habían visto hasta ahora que se desvela su impactante y curiosísima imagen en este reportaje.
Un informe técnico para decidir qué hacer con La Fontana
Así, una vez inspeccionada tras localizarse de nuevo esta sorprendente pieza arquitectónica, los técnicos de Patrimonio del Ayuntamiento de León (el viejo de Armunia fue absorbido por éste en 1970 y ahora sólo queda la junta vecinal) decidieron encargar un estudio técnico a la empresa Arbeas, Formación, Arqueología y Patrimonio. El estudio de La Fontana –entregado en 2021 del arqueólogo Eduardo González Gómez de Agüero, firmado junto a Diego Herrero Alonso– la define como una estructura ornamental que, “atendiendo a las características estilísticas de las esculturas que incluye la estructura, podríamos adscribirlas a movimientos artísticos como el modernismo, si bien la posición estática de las nereidas, así como algunos detalles decorativos, el peinado o la vestimenta, podrían presentar ciertas características del Art Decó”. Aunque, sin embargo, queda el debate de si sería Art Noveau, dos corrientes similares pero más propensa a las curvas esta última y a las líneas rectas la primera.
Zona donde estuvo la Fontana de Armunia antes de trasladarla y al lado imagen del vuelo americano de la finca de los Díez-Canseco.
“Ahí, entre la maleza apareció esta extrañísima fuente y al quitar la maleza pudimos ver su extraña monumentalidad”, explica González Gómez de Agüero a ILEÓN, que se llevó todo un sorpresón al verla. “Desde luego es impresionante por su diseño, muy rara pero también muy propia de su tiempo en el que lo fantástico y lo místico era uno de los divertimentos de la burguesía de entonces. Un descubrimiento de esos que deja con la boca abierta y que muestra la cantidad de cosas desconocidas que tenemos incluso en la ciudad de León”, explica recordando aquel momento.
Sus investigaciones determinaron que el solar era la que fue, a principios del siglo XX, la finca particular de Miguel Gutiérrez Díez-Canseco, que “además de con un huerto, contaría con la presencia de una vivienda unifamiliar y la dicha fuente. Según el registro de la propiedad, la construcción de esta construcción residencial que presidía la finca se terminaría en enero de 1927, correspondiendo posiblemente todo el conjunto a esta cronología”. Allí vivía en una casa “que se encuentra actualmente en la finca en estado ruinoso”.
Una imagen más clara de La Fontana de Armunia. Arbeas
También explica que Miguel Gutiérrez Díez-Canseco “fue director del Hospicio de León y presidente de la Diputación de León en el año de 1925 y 1926, así como ministro de Fomento en el Gobierno de Primo de Rivera, además de fundador de la Cultural y Deportiva Leonesa, siendo uno de los personajes más influyentes del León de la época”.
Una decoración realizada con 'cemento' que habrá que restaurar
El estado de la fuente, cien años después, es lamentable. Al tener una decoración tan peculiar que pretendía mostrar la rugosidad de una cueva antigua, el material con la que se forró era una pasta de cemento que se podía modelar. Un siglo después las inclemencias del tiempo leonés –cuyas consecuencias conocen todos como 'el mal de la piedra'– la habían ido deshaciendo y se observan muchos daños en los elementos decorativos.
La fuente se encontró en su posición original. El informe de Arbeas indica que “se asienta sobre una plataforma de cemento sobre elevada 50 centímetros sobre el nivel del suelo. Esta estructura tiene una morfología cuadrangular, presentando en sus laterales este y oeste una ampliación semicircular. En el caso concreto de la situada en la zona oeste se observa una pequeña plataforma de tipo rectangular, no siendo posible observarla en el lado este”. Y eso es porque el paso de los años había hecho que la vegetación se comiera la plataforma de hormigón sobre la que se asentaba ya que, además de la vegetación que la cubría, en algunos puntos se documentó una sedimentación de tierra que superaba los 40 centímetros de profundidad. Pese a ello se pudo registrar la planimetría de la estructura y los diferentes elementos que la componían. Justo aquí debajo se puede ver en 3D Digital tras un escaneo apoyado por IA de la empresa RBP.
El estudio de La Fontana explica su morfología: “En la parte central de la plataforma se localizaba un estanque (con muros de una altura de 58 centímetros) que recibía el agua de la fuente. Al igual que la plataforma sobre la que se asienta, los laterales este y oeste son semicirculares, mientras que el norte y el sur presentan un retranqueo cuadrangular en su zona media. La altura de este estanque es de unos 58 centímetros. En cuanto a las esquinas, rematan en su parte exterior de forma curva y en ángulo las interiores. Por otro lado, las cuatro esquinas exteriores del estanque estarían rematadas por esferas, que estaban desaparecidas”.
“La parte central del complejo está compuesto por la fuente compuesta por varios elementos arquitectónicos y decorativos, que presenta una altura máxima de 4,5 metros. El núcleo de la fuente está configurado por una estructura prismática con una sección de 1,5 x 1,2 metros y una altura de 3,18 metros. En cuanto a la orientación, esta sería este-oeste, localizándose los lados de mayores dimensiones hacia el norte y el sur. Toda la estructura presenta una superficie irregular, estando recubierta de cemento formando diferentes 'estalactitas' de este material”, continúa el informe.
Así se encontró La Fontana de Armunia una vez eliminada la maleza que la cubría. Arbeas
“A esta estructura central se adosan toda una serie de elementos escultóricos que decoran el conjunto arquitectónico, siendo idénticos entre sí los motivos documentados en los laterales largos, fenómeno que también se ha registrado en los laterales cortos. En el centro de las cuatro caras se encuentra una máscara de un ser mitológico de la cultura grecolatina. En este caso sería una cabeza humana con cuernos de carnero, por lo que podría corresponder con un fauno o un sátiro. Hay que señalar la similitud estilística de estos elementos con las máscaras documentadas en la fuente de San Isidoro. Las máscaras situadas en los laterales norte y sur parece que tuvieron una abertura en la boca para la salida de agua, si bien en los laterales este y oeste no se ha podido documentar. Asociadas a estas máscaras, el complejo contaría con toda una serie de piletas con forma de concha, presentando unos radios muy marcados. Según la morfología de estas, parece que corresponderían a ejemplares de Chlamys varia, si bien presentan una morfología muy estilizada [para ser conchas de zamburiñas]. Los laterales largos contarían una de estas piletas a cada lado, si bien se encontraban rotas, documentando en el entorno de la fuente alguno de los fragmentos. En cuanto a los lados cortos, presentan dos de estas piletas superpuestas en cada uno de ellos, siendo de menor tamaño la superior que la inferior”, continúa la descripción.
Detalles de las figuras de ninfas y faunos de La Fontana de Armunia, muchas de las cuales necesitarán de una gran restauración. Uribe
“Por otro lado, en cada una de las esquinas del núcleo prismático se sitúa una figura femenina que sujeta un pez en su brazo derecho, pudiendo corresponder con nereidas, otro ser de la mitología greco-romana, en este caso vinculado con las aguas. En el caso del pez que sujeta en los brazos, parece que también serviría de caño, expulsando el agua por la boca. Por último, el conjunto se remataría con una copa en la parte superior del prisma con cuatro esferas formando una pirámide. Si bien no se pudo comprobar, seguramente sea desde este punto donde se encuentre la principal salida de agua de la fuente”, apuntan en detalle.
La memoria destaca una cosa más, que también resulta curiosa: “Tanto las ninfas como los faunos estarían pintados de color verde, imitando esculturas de bronce oxidadas. Un primer análisis visual ha permitido apreciar aún restos de pintura de este color en las esculturas referidas anteriormente”.
El Ayuntamiento de León conservará 'La Fontana' y la trasladará a otro lugar, aún sin determinar
Consultadas fuentes municipales, la intención es de preservar la fuente “por ser tan curiosa y tan espectacular, además de una pieza histórica de Armunia”. Pero para ello han tenido que ordenar su traslado y aceptar que sólo se podía conservar la parte central, la fuente misma, y tener que demoler la plataforma y los muros del estanque, ya que por allí va a pasar un vial del polígono en el que se construirán nuevos edificios de viviendas a la vera de la antigua Harinera Leonesa.
El desmontaje ya se ha producido. Todo con mucho cuidado, ya que para sacar la parte central de su lugar original se ha usado la técnica menos agresiva y más precisa posible, con una lanza de agua a presión para producir los menos daños posibles e intentar deteriorar lo menos posible el forro de cemento decorado. Las piezas de la fuente se trasladarán a los talleres municipales a la espera de contratar una restauración y, cuando esta esté lista, se decidirá en qué lugar de la ciudad se instala esta curiosa pieza de la Historia del León Antiguo del siglo XX.
Ante la pregunta que se ha hecho todo el mundo –“¿Pero ésto qué es y dónde está?”– pues ya lo sabemos: La Fontana de Armunia, en Michaisa. Otra leyenda leonesa y un misterio más desvelado en una ciudad en la que aún hay una cantidad inmensa por descubrir.
Tan alucinante como esto... y mucho más.
VALORACIÓN ARTÍSTICA
Una estructura única y especial en lo que es el arte leonés y en España, según los expertos
Es imposible no ver esa fuente y no quedarse ojiplático y con la boca abierta al ver su decoración. Es el típico elemento de arte contemporáneo de primeros del siglo XX que produce inmediatamente una frase de sorpresa según se ve: “¿Pero y esto qué es?”.
Esa pregunta –junto a la de si eso está en León y dónde— ha sido la frase que ha definido la investigación de este reportaje una vez el redactor localizó los restos de La Fontana y se dispuso a intentar relatar esta apasionante historia. Pero para responder eso es mejor contar con expertos en Historia del Arte que puedan dar una visión más adecuada que la de un simple periodista, arqueólogos o técnicos municipales, aunque sean conscientes todos ellos de su interés e importancia.
El profesor de Historia del Arte de la Universidad de León César García Álvarez –conocido popularmente en la ciudad por su sección semanal en Onda Cero 'Arte y Mucho Más' con más de seiscientos programas en los que trata de todo— es uno de los mayores expertos simbolistas de España y gran estudioso de la Catedral de León (de la que afirma que simbólicamente es la Piedra Filosofal de la Alquimia) y, sobre todo de la obra de Antonio Gaudí, uno de los arquitectos más simbólicos de la época (al que adjudican al modernismo, pero no fue modernista porque su arquitectura es absolutamente única) en que se debió levantar la Fontana (de hecho murió en 1926 y el año que viene se celebra su centenario), con lo que es un referente más que adecuado para explicar el por qué del peculiar diseño y composición de La Fontana de Armunia.
En un primer vistazo –después de superar la sorpresa inicial que fascina a todo el que la ve— explica: “Al primer golpe de vista, aparte de ser interesantísima, es una fuente con un contenido mitológico muy rico, con cuatro imágenes de ninfas, que sostienen delfines de los que supongo que brotaría el agua, y cabezas de faunos, todo ello con el material tratado de manera tal que evoca las falsas grutas manieristas, como la del Coloso de los Apeninos de Giambologna”.
Revisándola más a fondo, el experto apunta que le parece que “ese programa fue concebido hacia 1880-1900. Es puramente simbolista, no Art Nouveau. Pero se materializa hacia 1930, con técnicas Art Decó”, ahondando en el debate de cuál sería la mejor asdcripción a una escuela artística de este conjunto tan extraño e inclasificable. Eso sí, reconoce que “está muy pensado porque generalmente la representación es del acoso del fauno a la ninfa, como en Rodin, y aquí no se da eso”.
Y remata que “lo fascinante es que el tema y el tratamiento formal se corresponden con el siglo XVI, con un manierismo italiano reinterpretado libremente con una técnica de los años veinte o treinta del siglo pasado”.
Los historiadores del Arte César García Álvarez e Irene del Canto.
Por otra parte, la historiadora del Arte Irene del Canto –una de las jóvenes emergentes en España con una primera obra sobre el simbolismo totalmente rompedora titulada Imágenes fuera de sí. La imagen reflejada. El arte a través del espejopublicada por la Universidad de León– también ha mostrado su asombro e interés por este descubrimiento. “La verdad es que es una pasada y me he quedado impresionada”, apunta en una primera impresión de las fotos de la fuente ya desmontada.
Una de las cosas que hay que destacar es que Del Canto no ha tenido información del origen de este conjunto escultural, ni ha podido ver La Fontana entera en su disposición original (al igual que César García Álvarez), así que su descripción es de pura conjetura, pero demuestra tener unos conocimientos que dan en el clavo, con un acierto considerable: “La verdad es que es un caso complicado, porque por un un lado sorprende pensar que pueda ser antigua, renacentista, barroca o incluso decimonónica. Pero por la apariencia de las esculturas y cómo están trabajadas, más bien parece una recreación del siglo XX. Se me ocurre quizás, no sé, algún particular que encargara esa fuente, porque quisiera evocar otros periodos pasados. Es un misterio, la verdad. Al final sólo se puede especular sobre ello. Pero lo que sí está claro es que es muy especial”.
Sigue la historiadora del Arte –que no conocía de dónde salía, recordemos– conjeturando que “formalmente esa imitación de las grutas con los mascarones si esa especie de alegorías femeninas en las esquinas. Recuerda bastante tanto a las fuentes renacentistas de los jardines italianos, como incluso a algunas fuentes del siglo XVIII”.
“Me viene así a la mente tanto la que se hizo en el jardín del retiro, esta fuente que es eso, como si fuera una gruta, una montaña cavernosa. Creo recordar que también hay una similar en Aranjuez. Es como que imita ese estilo, pero además añadiéndole figuración. No me atrevería a decir que es original de esa época, seguramente sea una evocación contemporánea”, arguye.
Certificando la importancia de una obra de arte
Una de las cosas importantes que define a los buenos historiadores del Arte, y que es fundamental para el negocio del mismo, es la capacidad de certificar que las piezas artísticas proceden de una determinada época y no de otra. Muchos de ellos trabajan así –más allá del empleo que la gente cree que es el más común para ellos, dar clases en institutos o la universidad–, certificando obras de arte en un mercado que mueve miles de millones en todo el mundo.
Así que Irene del Canto, de forma involuntaria, ha pasado la prueba de tener que intentar explicar un conjunto artístico tan extraño y original sin tener más conocimiento que cinco fotografías. El resultado de su opinión deja claro cómo los expertos en Arte ayudan a certificar autenticidades: “También por el tamaño que tiene, que parece bastante grande, sorprende que esté en la finca de un particular –porque más bien parece como si hubiera estado en un parque o en algo público–, pero si hubiera estado en casa de un particular, o sea, tendría que ser, yo creo, una casa bastante grande con un jardín potente; si es que estuvo en un jardín, que es lo más probable”. De hecho, así fue.
Continúa elucubrando la experta que también le recuerda “un poco a la arquitectura de los pazos gallegos y de toda esa zona; también hay alguna finca de este estilo en Asturias o incluso en Portugal. De estos personajes así muy adinerados, porque sí que solían construir ese tipo de o mandar a hacer ese tipo de esculturas así pues con grutas naturales y luego personajes de este estilo. En Galicia también hay referencias similares como el jardín de Betanzos que también tenía todo este tipo de fuentes y grutas fantasiosas que, por cierto, ahora mismo está cerrado y era un jardín impresionante y está medio abandonado. Me recuerda mucho a eso”.
Y su intuición es –una vez que el lector ha leído el artículo entero lo puede comprobar– acertada: “Estuve buscando un poquito y no parece una fuente hecha en serie de estas que venden a veces, imitando periodos antiguos y en una determinada fábrica en la que hacen el modelo y luego las venden y las tiene muchísima gente en sus jardines o en sus chalets”.
Vista sur y oeste del 'cuerpo prismático' de La Fontana de Armunia con sus extrañas figuras mistéricas de ninfas y cabezas de fauno. Arbeas
Con más tiempo para investigar seguro que habría dado con todas las claves para dejar claro la extraordinaria importancia de que se conserve La Fontana de Armunia, la de la finca de Miguel Gutiérrez Díez-Canseco. El potentado y mecenas que donó la iglesia de Michaisa y que aún los mayores del pueblo recuerdan como el gran propietario de la zona.
Un joven operario de las obras de la actual urbanización de la finca, de nombre Israel, vecino de la zona, así lo confirmaba: “Es una cosa que todos decían pero que no sabíamos dónde estaba. Como la van a conservar, a todos los de aquí nos gustaría que, de ponerla en algún sitio, la retornen a Armunia que es donde debe estar”.
Algo que deberá considerar el Ayuntamiento de León cuando esté restaurada para dar lustre a la población principal del antiguo ayuntamiento y permitir que los vecinos de Armunia estén orgullosos de poder explicar la fascinante historia de La Fontana cuando los visitantes se queden ojipláticos y con la boca abierta diciendo todos y cada uno de ellos: ¿“Y esto de dónde ha salido?”.